El explorador del cuerpo
Una muestra re¨²ne en Madrid la obra del fot¨®grafo chino Zhang Huan
A Zhang Huan (An Yang, China, 1965) la formaci¨®n art¨ªstica que hab¨ªa recibido, basada en un sistema que obligaba a copiar lo ya existente, se le quedaba corta. Hasta que un d¨ªa, cuando ya se hab¨ªa trasladado a Pek¨ªn, en 1992, descubri¨® entre los escombros la pierna de un maniqu¨ª. La llev¨® a su estudio, la at¨® a las suyas y le pareci¨® interesante la forma en que su cuerpo se implicaba en una cierta forma de creaci¨®n. As¨ª naci¨® su performance, La tercera pierna (Pek¨ªn, 1993), la primera de una modalidad de expresi¨®n art¨ªstica que lo ha hecho c¨¦lebre. Una muestra del trabajo de Zhang Huan se puede ver desde ayer en la Fundaci¨®n Telef¨®nica, donde se inaugur¨® una retrospectiva del trabajo del artista, una de las exposiciones m¨¢s esperadas de la actual edici¨®n de PHotoEspa?a
"Si se usa la raz¨®n para crear, uno se encasilla en el arte convencional"
La muestra consta de 70 obras que abarcan trabajos realizados en los ¨²ltimos 10 a?os, muchos de los cuales no se han mostrado antes en p¨²blico. Buena parte son las fotograf¨ªas que han documentado las performances que se han convertido en la marca de Zhang Huan. El artista, para quien "el cuerpo es el lenguaje", ha utilizado sus actuaciones para explorar diversos sentimientos. En algunos casos, el uso de su propio cuerpo ha bordeado en masoquismo. Como cuando se encerr¨® en un ba?o p¨²blico y, tras rociarse el cuerpo de aceite de pescado y miel, se dej¨® cubrir de moscas (12 metros cuadrados, Pek¨ªn, 1994); o cuando se colg¨® de un techo en 65 kilos (Pek¨ªn, 1964), mientras le era extra¨ªdo un cuarto de litro de sangre que, transportado por un cat¨¦ter, se evaporaba en una plancha met¨¢lica; o cuando en Sonido original (Pek¨ªn, 1995), se dej¨® llenar la boca de lombrices.
Esas performances (no se han incluido en la retrospectiva) no pueden interpretarse sin tener en cuenta que Zhang Huan practica el budismo y, por tanto, persigue la ausencia de sensaciones a trav¨¦s de la meditaci¨®n. "Experimentar con el cuerpo me permite olvidarme de mi propia identidad. El cuerpo humano percibe sensaciones y siente dolor. Cuando me sent¨¦ en las letrinas me dio repugnancia. Pero se trata de olvidar esa sensaci¨®n de dolor", dice el artista.
Tambi¨¦n est¨¢ presente en la obra de Zhang Huan, frente al horror al vac¨ªo occidental, el concepto budista de vac¨ªo: "En el budismo no existe ni presente ni pasado ni futuro. Todo est¨¢ impregnado de vac¨ªo y yo, como persona normal, quiero saber qu¨¦ se siente al alcanzar ese estado de conciencia. La ense?anza budista dice que en los or¨ªgenes no existe nada. Yo quiero incorporar a mis obras ese elemento, ese estado de vac¨ªo". Aunque Zhang Huan tambi¨¦n dialoga con Occidente. Como cuando viaj¨® a Roma y realiz¨® Mi Roma (2005) en los museos capitolinos. "Mi idea de Roma es que es una burbuja; es la cuna de la cultura occidental y al mismo tiempo un peso para la misma".
"El arte", dice Zhang Huan, "es como una relaci¨®n sentimental: cuando te desprendes de la raz¨®n te encuentras a ti mismo. Si se usa la raz¨®n para crear, uno se encasilla en el arte convencional". Por eso se resiste a dar claves para interpretar sus obras.
El a?o 1998 marc¨® un hito en su carrera al participar en la muestra Inside Out. New Chinese Art, organizada por el P. S. 1 neoyorquino (filial del MOMA dedicada al arte actual) y convertirse en uno de los artistas chinos contempor¨¢neos m¨¢s emblem¨¢ticos. Se qued¨® a vivir en la Gran Manzana ocho a?os y en 2006 volvi¨® a su pa¨ªs natal para establecerse en Shanghai, donde mantiene un estudio de 7.000 metros cuadrados en el que trabaja con cientos de ayudantes. "Me march¨¦ de Nueva York porque ya hab¨ªa absorbido todo lo que pod¨ªa inspirarme", afirmaba el pasado jueves. De hecho, asegura que el dinamismo de China le ofrece numerosos elementos de inspiraci¨®n y lanza un mensaje que suena a advertencia: "China est¨¢ en permanente estado de vigilia, la gente siempre est¨¢ trabajando; Europa est¨¢n en estado de ensue?o y Am¨¦rica no ha despertado a¨²n".
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