D¨ªas de exotismo en Marraquech

De la plaza de Yemaa el Fna a la tienda de las 100.000 especias. Y en el camino, caf¨¦s, galer¨ªas de arte, el 'hamman' Ziani, el palacio Bahia y bares de copas con piscina y terraza como el Chill Out.

Si algo llama la atenci¨®n en los zocos de Marraquech son las coloridas y arom¨¢ticas monta?as de especias. Un buen lugar para comprar medicinas naturales, perfumes y condimentos es la gran tienda Aux 100.000 ?pices

El centro de la medina de Marraquech, Yemaa el Fna, la plaza de los cuentacuentos, acr¨®batas, encantadores de serpientes y dem¨¢s, fascina de tal manera a los visitantes que parece que el resto de la ciudad se hubiera edificado s¨®lo para rodear este maravilloso espacio. Sin embargo, en Marraquech hay mucho m¨¢s aparte de esta plaza, los zocos y los monumentos m¨¢s c¨¦lebres. La gran medina, anciana y espiritual, contrasta con la moderna y cosmopolita ville nouvelle, levantada por los franceses durante el protectorado. En los m¨¢rgenes de esta frontera entre los dos Marraquech hay algunas sorpresas que suelen quedar ocultas o eclipsadas en las visitas tur¨ªsticas. Siempre es un buen momento para viajar a la ciudad roja, pero si lo que se necesita es una coartada, ah¨ª va: la primera semana de julio se celebra la 42? edici¨®n del Festival Nacional de Artes Populares, el m¨¢s importante evento folcl¨®rico de Marruecos.

1 El Jard¨ªn Majorelle

En 1924, el pintor franc¨¦s nacido en Nancy Jacques Majorelle, gran amigo del dise?ador de moda Yves Saint Laurent, decidi¨® adquirir unos terrenos en Marraquech. Aqu¨ª emprendi¨® su proyecto art¨ªstico m¨¢s ambicioso: la construcci¨®n de un parque bot¨¢nico con especies de los cinco continentes que se abri¨® al p¨²blico en 1947. El resultado es casi pict¨®rico, en un lugar donde el colorido y las formas de los vegetales se combinan con los tonos brillantes de fuentes y pabellones, uno de los cuales alberga el Museo de Arte Isl¨¢mico. El parque est¨¢ en la calle de Yacub al Mansur.

2 Cita con el folclor

M¨²sica, danza, teatro, poes¨ªa... El Festival Nacional de Artes Populares de Marraquech (www.marrakechfestival.com) es una excelente oportunidad para conocer las m¨¢s interesantes expresiones folcl¨®ricas de todo el pa¨ªs. El palacio El Badi y los jardines de la Menara acogen cada a?o las principales representaciones.

3 Caf¨¦s con encanto

En los caf¨¦s tradicionales de Marraquech, los hombres charlan, leen el peri¨®dico o simplemente miran la vida pasar, siempre con un t¨¦ a la menta delante. El Caf¨¦ de France, con una buena terraza sobre Yemaa el Fna, o el Caf¨¦ Les Negociants, en el barrio de Gu¨¦liz, son los dos m¨¢s aut¨¦nticos. Pero Marraquech ofrece tambi¨¦n opciones m¨¢s peculiares: tambi¨¦n en Gu¨¦liz est¨¢ el Caf¨¦ du Livre, un agradable local con sillones, ideal para tomar algo leyendo la prensa extranjera o alguna de las novelas que ofrece este establecimiento, llevado exclusivamente por mujeres. Una opci¨®n m¨¢s chic es el Caf¨¦ ?rabe, caf¨¦-restaurante de dise?o con una de las mejores terrazas sobre la medina.

4 Un ba?o en el 'hammam'

Te dan unas chanclas y un par de cubos. Al fondo, tras una nube de vapor, hay una fuente de agua casi hirviendo donde llenas tus recipientes. Te sientas con timidez en un rinc¨®n y observas el paisaje: los usuarios, que pasan horas en el hammam, se frotan la piel unos a otros con verdadera convicci¨®n, mientras charlan tranquilamente. Cada poco tiempo pasa un kessal ofreciendo sus servicios: utilizando una manopla llamada kiss, este profesional elimina todo resto de suciedad de la piel. Uno de los mejores ba?os ¨¢rabes es el Hammam Ziani, donde por 35 dirham (3,50 euros) se puede probar esta relajante experiencia. Est¨¢ en la calle Riad Zitoune Jdid (www.hammamziani.ma).

5 Galer¨ªas de arte contempor¨¢neo

Marraquech ofrece unos cuantos espacios para los que quieran descubrir las ¨²ltimas propuestas de artistas marroqu¨ªes. El Instituto Franc¨¦s (Rue Targa, Gu¨¦liz, 00212 24 44 69 30) es uno de los referentes en la vida cultural de la ciudad. Otra galer¨ªa en la que se expone una buena colecci¨®n de obras de pintores marroqu¨ªes contempor¨¢neos es La Qoubba, situada junto al Museo de Marraquech (Souk Talaa, 91, www.art-gallery-marrakech.com). La Galerie 127 es otro espacio interesante. Recoge las ¨²ltimas tendencias fotogr¨¢ficas de autores africanos y est¨¢ situada en el 127 de la avenida de Mohamed V.

6 Cien mil especias

Si algo llama la atenci¨®n en los zocos de Marraquech son las coloridas y arom¨¢ticas monta?as de especias que se ven en muchas tiendas y puestos callejeros. Aqu¨ª no s¨®lo se venden condimentos culinarios como el famoso ras el janut (un combinado de m¨¢s de 40 especias diferentes con que se sazona el cusc¨²s), sino tambi¨¦n minerales y plantas medicinales o de usos ins¨®litos, como la bischmija, para limpiarse los dientes; las rocas de cuarzo (sipba), que hacen las veces de after shave; el gachul, un champ¨² natural, o una piedra que, humedecida, sirve de pintalabios, llamada lakar el fasi. Un buen lugar para comprar medicinas naturales, perfumes y condimentos es la gran tienda Aux 100.000 ?pices, en la Rue de la Kasbah, 57.

7 El hotel La Mamounia

Por el hotel m¨¢s lujoso de Marraquech (www.mamounia.com) han pasado a lo largo de su historia grandes personalidades de la pol¨ªtica o el arte. La habitaci¨®n m¨¢s cara es la suite Churchill, que recrea con detalle la sala en la que el estadista ingl¨¦s se alojaba. El hotel lleva cerrado desde junio del a?o pasado, pero cuando reabra sus puertas, dentro de unos meses, valdr¨¢ la pena visitarlo aunque s¨®lo sea para tomar un caf¨¦ o ver El hombre que sab¨ªa demasiado, ya que Hitchcock rod¨® en La Mamounia algunas secuencias de la pel¨ªcula.

8 Del cusc¨²s a la vanguardia

No hay mejor sitio para probar la trilog¨ªa marroqu¨ª (cusc¨²s, tay¨ªn y pastela) que los puestos que se montan por la noche en Yemaa el Fna, donde una copiosa cena no cuesta m¨¢s de 50 dirham (cinco euros). Pero la ciudad ofrece mucho m¨¢s: exquisiteces en Le Marrakch¨ª o en Jad Mahal, en la medina; cocina francesa de alto nivel en el Crystal, establecimiento de dise?o art d¨¦co ideado por el arquitecto Miguel Cancio Martino, o gastronom¨ªa de vanguardia en L'Abyssin, cuya decoraci¨®n y exquisita iluminaci¨®n nocturna le dan un curioso aire oriental.

9 El palacio de Bahia

El palacio de Bahia tiene una sola planta. No fue una decisi¨®n del arquitecto: construido a finales del siglo XIX, fue la residencia del gran visir Bu Ahmed, El Hombre Tronco, tan gordo que su pesado cuerpo era incapaz de subir una escalera. Considerado a veces un monumento menor, este lujoso edificio est¨¢ impregnado de la personalidad de Bu Ahmed, el repulsivo regente del sult¨¢n Mulay Abdelaziz, monarca que accedi¨® al trono en plena edad del pavo y dilapid¨® el tesoro real satisfaciendo sus caprichos. En el librito Historias de Marraquech (editorial Abada), del pintor y escritor Mahi Binebine, se describen las costumbres alimenticias de Bu Ahmed: a mitad de cada comida vaciaba su est¨®mago vomitando sobre una cubeta, para as¨ª hacer hueco a nuevos manjares. En el palacio pueden visitarse las estancias en las que resid¨ªan las 24 concubinas de este siniestro personaje.

10 Copas selectas

Salir de copas el fin de semana no es algo que la mayor¨ªa de los marrakch¨ªs tengan apuntado en su agenda. Ir a una discoteca en Marraquech es por definici¨®n una actividad exclusiva por su precio, adem¨¢s de algo totalmente opuesto al concepto de ocio tradicional de la cultura marroqu¨ª. Sin embargo, hay algunas opciones: La Bodega (Libert¨¦, 23) o el Montecristo Caf¨¦ (Rue Ibn Aicha) est¨¢n bien para tomar una cerveza, aunque la joya de la corona es el gigantesco complejo Pach¨¢ Marrakech (Mohammed VI. www.pachamarrakech.com), la discoteca m¨¢s grande de ?frica. En este complejo est¨¢ tambi¨¦n el Chill Out, un bar cosmopolita con piscina y terraza. Otra opci¨®n para probar el ambiente nocturno m¨¢s selecto es Bo & Zin, restaurante y bar de copas de atm¨®sfera zen.