El Teatre Lliure celebra sus 30 a?os con dos millones de espectadores y un libro, y a?ora su sede de Gr¨¤cia

El Teatre Lliure ha cumplido 30 a?os y su pastel de aniversario deber¨ªa lucir dos millones de velas: una por cada espectador conseguido en ese periodo de tiempo. La cifra m¨¢gica de los dos millones, alcanzada a finales del a?o pasado -el Lliure inici¨® su andadura el 1 de diciembre de 1976 con Cam¨ª de nit, de Llu¨ªs Pasqual-, acompa?¨® ayer a la presentaci¨®n del libro que el teatro ha publicado con motivo de su aniversario. Es un libro maravillosamente elocuente en sus dos millares de fotograf¨ªas y al que deber¨¢n acercarse con cuidado los nost¨¢lgicos o muy sentimentales, tal es la carga emotiva que contiene (ah¨ª est¨¢n Titus Andr¨°nic, Hedda Gabler, La bella Helena: qu¨¦ bellos eran todos, qu¨¦ j¨®venes y osados).

M¨¢s de 500 espect¨¢culos han pasado por el Lliure - 300 producciones propias y coproducciones-, con un total de casi 9.000 representaciones. Guillem-Jordi Graells, que se ha encargado del libro, contabiliz¨® todo eso ayer, colgando en la percha de los n¨²meros los intangibles del tiempo y el coraz¨®n. Y advirti¨®: "Lo que importan son los millones de instantes de placer que el teatro ha dado a los espectadores".

El presidente de la fundaci¨®n Teatre Lliure, Antoni Dalmau, record¨® los principios fundacionales y la vocaci¨®n p¨²blica del Lliure, y se?al¨® la "evoluci¨®n necesaria" del colectivo y el cambio de sus protagonistas. Dalmau subray¨® la "ilusi¨®n principal" del Lliure: recobrar su sede hist¨®rica de Gr¨¤cia cuya rehabilitaci¨®n esperan que comience pronto. "La a?oramos mucho", dijo, aunque a?adi¨® que est¨¢n muy contentos con la sede de Montju?c. El actual director, ?lex Rigola, quiso brindar "por el personal de la casa", la "gente an¨®nima" que hace que el teatro funcione y que son, consider¨®, los que han hecho que el testigo del Lliure, su sello, su forma de hacer, pase de generaci¨®n en generaci¨®n. Tras el somero acto por los 30 a?os, se celebr¨® la tradicional botifarrada que marca el final de temporada y a la que est¨¢n invitados todos los vinculados al teatro. Ofici¨® el propio Rigola, que luc¨ªa un sombrero de paja tejano hecho en M¨¦xico y adquirido durante su viaje a Ciudad Ju¨¢rez en busca de las im¨¢genes de su pr¨®ximo montaje, 2666.