La noche blanca de Sarkozy
Esa extra?a noche blanca de solsticio veraniego arroja un claro vencedor en la escena europea: Nicolas Sarkozy, que es el ¨²ltimo en llegar y sobre el papel el m¨¢s inexperto, pero el que mayor actividad ha desplegado de todos sus 26 colegas europeos, en una exhibici¨®n de desenvoltura, don de la oportunidad (tambi¨¦n llamado oportunismo por algunos) y habilidad diplom¨¢tica. A su pericia en la apertura pol¨ªtica a la hora de formar gobiernos a?ade ahora su capacidad de componenda y de persuasi¨®n entre los grandes de Europa. En las seis semanas que lleva instalado en el El¨ªseo ese cohete se ha situado ya en una ¨®rbita sorprendente e inalcanzable. Ha conseguido el minitratado que prometi¨®, rebautizado como tratado simplificado. Podr¨¢ vender que ha reconciliado a los franceses que lo rechazaron y a los que lo aprobaron. Ha desalojado del texto una menci¨®n a la libre competencia molesta para la tradici¨®n antiliberal francesa, a costa de las iras de los brit¨¢nicos, cuya prensa ha convertido esa batalla verbal en un vaso de agua en una derrota sufrida en el campo del honor de los principios. Pero adem¨¢s le ha robado el protagonismo a la canciller Angela Merkel, en su presidencia y en su cumbre, y lo ha hecho de forma que todav¨ªa merecer¨¢ su agradecimiento por haberla sacado del atolladero polaco.
No puede decirse que la canciller alemana no haya hecho un buen semestre presidencial y un mes de junio redondo. En la cumbre de Heiligendamm sobre el cambio clim¨¢tico y ahora en el Consejo Europeo de clausura de la presidencia alemana de la UE sobre la descarrilada Constituci¨®n Europea ha alcanzado sendos compromisos que salvan la cara de todos pero permiten seguir avanzando hacia un nuevo acuerdo en la reducci¨®n de emisiones y en la construcci¨®n europea, respectivamente. Las resistencias de Bush en la reuni¨®n del G-8 y de los gemelos Kaczynski en la Cumbre de Bruselas han puesto a prueba su paciencia y su capacidad para alcanzar acuerdos, pero al final se han revelado inagotables en esta mujer tan habituada a la componenda que ella misma es canciller gracias al acuerdo de Gran Coalici¨®n entre socialdem¨®cratas y dem¨®crata cristianos, basado precisamente en el consenso entre los dos grandes partidos inventados en principio para oponerse uno a otro. A la preparaci¨®n de la se?ora Merkel para acercar las posiciones m¨¢s encontradas se une la posici¨®n central que ocupa su pa¨ªs desde todos los puntos de vistas, econ¨®mico, demogr¨¢fico e incluso geogr¨¢fico. Pero todas estas consideraciones de nada sirven o incluso son perjudiciales a la hora de tratar con Polonia, pa¨ªs que ha hecho valer precisamente su miedo a Alemania, hist¨®ricamente tan justificado, para poner contra las cuerdas a la canciller e intentar arrancar un acuerdo absurdo.
Sarkozy ha sabido ver que se abr¨ªa el hueco para actuar un segundo mediador y aparecer as¨ª como el salvador de Polonia justo en el momento en que Merkel amenazaba con dejar en la cuneta a los Kaczynski y a sus odiosas reivindicaciones. "No ibamos a dejar de lado al mayor pa¨ªs de Europa del este, cuando todav¨ªa no se cumplen 20 a?os de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn", ha dicho en tono de reproche hacia Merkel. Ya sabemos pues qui¨¦n ser¨¢ el protagonista de los diez pr¨®ximos a?os de Uni¨®n Europea. Quien quiera tener pista, sabe tambi¨¦n con quien debe entenderse. El presidente espa?ol, por lo que se ha visto, ya lo sabe y ha actuado en consecuencia.
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