Un recreo de cuentos y magia
En el parque holand¨¦s Efteling viven los h¨¦roes infantiles
Holle Bolle Gijs se lo traga todo. Y los ni?os lo alimentan, de manera que no queda un papel en el suelo. Brujas y monstruos, bellas doncellas y otros h¨¦roes dan rienda suelta a la imaginaci¨®n.
Qu¨¦ larga es la trenza de Rapunzel". "Pulgarcito, qu¨¦ peque?ito". "?C¨®mo ronca el enanito Dormil¨®n!". Comentarios varios de los ni?os que visitan el parque holand¨¦s de Efteling, donde habitan los protagonistas de los tradicionales cuentos europeos con los que hemos crecido. H¨¦roes y hero¨ªnas. Bellas doncellas, brujas y monstruos de tama?o real que respiran, hablan, observan. Que se mueven cual seres vivos arropados por una impecable y detallista escenograf¨ªa y una mimada iluminaci¨®n que maravilla a mayores nost¨¢lgicos y a peque?os que creen a ciegas haberse colado en ese mundo fant¨¢stico que s¨®lo existe en los sue?os.
El resultado es bueno. Es dif¨ªcil no conmoverse ante la imagen de la rom¨¢ntica Blancanieves dormida, con la respiraci¨®n relajada, mientras espera a su pr¨ªncipe. O no sufrir ante la escena de Hansel y Gretel chillando desde su jaula mientras la malvada bruja de la casa de chocolate calienta el horno y busca nuevas v¨ªctimas. Puertas que se abren desde donde esp¨ªan viejas feas y perversas. Casas encantadas donde los espejos advierten a las bellas que no se miren. Coquetas setas habitadas por gnomos que esconden m¨¢gicos secretos. Tesoros protegidos por fieros dragones. El lugar derrocha magia e invita a dar rienda suelta a la imaginaci¨®n.
Ni?os boquiabiertos
Estos personajes cl¨¢sicos conviven en la zona llamada Marerijk (El Bosque Encantado) con otros peculiares inquilinos como Langenek, llamativo mu?eco cuyo cuello se estira cual chicle. Es habitual encontrar a ni?os boquiabiertos contemplando c¨®mo esa cabeza sube y sube hasta perderse entre los ¨¢rboles. O el gord¨ªsimo Holle Bolle Gijs, muy popular en Holanda. Es grande y come todo lo que le den. Y da las gracias a todos cuantos se dignan a alimentarle... En resumen: ni?os que rastrean el suelo en busca de cosas que tirar y que esperan ansiosos su turno para cebar a la gran papelera parlanchina. Hay muchos Holle Bolle Gijs, aut¨¦nticos e imitadores, repartidos por el parque, y papeles por el suelo, ninguno. ?Limpieza asegurada!
Son ¨¦stos los habitantes m¨ªticos de Efteling, nacidos hace 55 a?os, cuando el parque, el m¨¢s viejo de Europa, abri¨® sus puertas. En estos a?os, el parque ha ido creciendo, y al mismo Langenek del cuello largo ya le cuesta identificar los l¨ªmites de este gran complejo que abarca las 65 hect¨¢reas iniciales, a las que se han unido siete hect¨¢reas m¨¢s de atracciones, un hotel de cuatro estrellas (abierto en 1992) y un aparcamiento (que suman 14 m¨¢s), y un campo de golf de 18 hoyos (inaugurado en 1995). Conviene plantearse pasar el d¨ªa entero en Efteling porque hay mucho que ver.
Y muchas atracciones. La relajada contemplaci¨®n que caracteriza esa primera zona donde reinan los cuentos contrasta con los kilos de adrenalina que se derrochan al recorrer las tres zonas restantes, donde encontramos atracciones menos originales, pero m¨¢s excitantes, como las tres monta?as rusas: la suave Pegasus, la oscura Fata Morgana o la terrible Pit¨®n, que vuela fren¨¦tica a 85 kil¨®metros por hora y donde los ni?os que midan menos de 1,20 metros tienen prohibido el acceso.
Tambi¨¦n la adrenalina chorrea con el impulsivo balanceo del Half Moon Pirate Ship. El raudo descenso del Bobsleigh Run por una pista de hielo a 65 kil¨®metros por hora es otra cita para amantes de experiencias fuertes.
Atracciones cl¨¢sicas
Con la imagen de Blancanieves a¨²n en la retina, los peque?os disfrutar¨¢n perdi¨¦ndose en el laberinto de Maza, donde se cruzan puentes colgantes, se esquivan aguas saltarinas, y donde es m¨¢s f¨¢cil encontrar la salida si se escucha a las figuras parlantes que salen al paso... Y es ah¨ª justo donde los que no hablan holand¨¦s est¨¢n en desventaja. En Efteling, la informaci¨®n en otros idiomas escasea; hasta el ingl¨¦s brilla por su ausencia. Aunque no hace falta hablar para disfrutar de las panor¨¢micas que se ven desde La Pagoda, atracci¨®n que se eleva hasta 45 metros de altura.
Tambi¨¦n se entienden los gritos que se escuchan durante la traves¨ªa en La Pira?a, una especie de rafting de choque donde los valientes navegantes que viajan a bordo de un flotador gigante acaban empapados, pero contentos. Y las carcajadas que retumban al contemplar los simp¨¢ticos mu?ecos ataviados con trajes t¨ªpicos de todo el mundo que desfilan en el Carnaval Festival pertenecen al vocabulario b¨¢sico internacional.
No faltan atracciones cl¨¢sicas. Los carruseles de caballos de fant¨¢sticos colores. O las zonas de juegos con imaginativos columpios y coloridos toboganes donde los peque?os pueden seguir corriendo mientras los mayores se dan un respiro, despu¨¦s de tantas emociones, sentados tranquilamente en una terraza. Otras opciones de descanso son el tren que recorre el parque o un paseo en barca. En Efteling siempre hay otra opci¨®n. Hasta para comprar recuerdos.
Aunque aviso a consumistas locos: la oferta de merchandising es la correcta. En Efteling no hay tiendas de recuerdos por doquier ni nadie obliga a pasar por caja al dejar el parque. El mejor recuerdo queda en la imaginaci¨®n de los visitantes, y a los peque?os seguramente les esperen muchas noches cargadas de sue?os protagonizados por los personajes animados del parque encantado.
![Papelera en el parque Efteling con la efigie del gordo Holle Bolle Gijs, mu?eco muy popular en Holanda.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z6HRN6XX32Z2WSKND3UTYB5BN4.jpg?auth=40b1458b41c651b6a5d7d8dbda367584ef0031136c81da97856f62d1e49cee8f&width=414)
![El mu?eco Langenek, cuyo cuello se estira como el chicle.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YH3QKYOR3Z3BDUEOQSLSP3RIT4.jpg?auth=986c65838487891436f1f6433496aa68fd448b198d3d19c5e6177d4f14938a99&width=414)
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Parque Efteling (www.efteling.nl; 00314 16 28 81 11).- D¨®nde est¨¢. En Holanda, a unos 50 kil¨®metros de Eindhoven, entre Kaatsheuvel y Tilburg.- Horarios. Efteling abre, hasta el 28 de octubre, de 10.00 a 18.00. Los s¨¢bados, desde el 9 de julio hasta el 26 de agosto, abre hasta las doce de la noche.- Tarifas. Adultos, 26 euros. Menores de cuatro a?os, gratis. Pase de dos d¨ªas, 47 euros. Desde el 9 de julio hasta el 26 de agosto, adultos, 28 euros.- Dormir. Hotel Efteling, al lado del parque. Habitaciones dobles, a partir de 90 euros, sin desayuno. Otra opci¨®npara familias es alojarse en los albergues de la cadena Stayokay (www.stayokay.com). El m¨¢s cercano a Efteling es el de Dordrecht, a media hora del parque. Disponen de habitaciones con ba?o para 4, 6, 8 o 10 personas. Precios: a partir de 26 euros por persona y noche.
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