"El ciclismo ya es s¨®lo un trabajo"
Entra Alberto Contador en una cafeter¨ªa de Pinto y un conocido le pregunta c¨®mo le va. El escalador, que acaba de regresar de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦, le contesta que estuvo en una carrera en Francia, pero, se disculpa, s¨®lo pudo terminar el sexto. Hace un a?o, Contador (Pinto, Madrid; 24 a?os) sufri¨® una de sus mayores desilusiones cuando los reglamentos y los efectos colaterales de la Operaci¨®n Puerto obligaron a su equipo, el Astan¨¢, a abandonar el Tour la v¨ªspera de empezarlo. Aquel hecho cambi¨® su visi¨®n de la vida y del ciclismo m¨¢s a¨²n que alg¨²n problema de salud que estuvo a punto de acabar de forma tempranera con su vida y su carrera. "He madurado a marchas forzadas", dice Contador ahora, enrolado en el Discovery Channel, el equipo de Lance Armstrong. "Para m¨ª, el ciclismo ha perdido el lado rom¨¢ntico. Ya es s¨®lo un trabajo", sentencia.
"De juvenil, era bonito. Quer¨ªa ganarme la vida con esto y lo logr¨¦. Pero, de profesional, lo desmitificas"
Pregunta. Por fin, el Tour.
Respuesta. El esfuerzo que he hecho todo el a?o es para el Tour. Hacer un principio de temporada como el que he hecho
[el madrile?o gan¨® en marzo la Par¨ªs-Niza y la Vuelta a Castilla y Le¨®n] me da m¨¢s tranquilidad. Llevo al Tour en la cabeza todo el a?o.
P. ?Con sentido de urgencia? ?Un agobio?
R. Cada a?o que pasa se tiene m¨¢s necesidad de estar adelante. Tengo un equipo que me ha arropado m¨¢s que antes porque los resultados me avalan. Me tratan como l¨ªder.
P. Pero, oficialmente, en el Tour, el l¨ªder es Leipheimer...
R. Es normal que sean los veteranos los que asuman la responsabilidad. Leipheimer fall¨® el a?o pasado, pero tiene calidad para estar muy delante. Yo s¨®lo tengo 24 a?os.
P. Tendr¨¢ 24 a?os, pero ha vivido m¨¢s experiencias que una persona de 50.
R. Eso s¨ª. He multiplicado la experiencia por dos o por tres y mi nivel de madurez es bastante alto. Historias como la del a?o pasado, quedarme sin equipo... He tenido experiencias que no viven otros en diez a?os, y de ellas trato de sacar lo positivo y lo negativo.
P. Desde muy joven tuvo que tomar decisiones trascendentes. Por ejemplo, el cavernoma [una especie de aneurisma cerebral] que sufri¨® en la Vuelta a Asturias hace unos a?os le oblig¨® a decidir entre dejar el ciclismo y seguir, supongo.
R. Y en esos momentos Manolo Saiz se port¨® de una manera incre¨ªble. Estuvo a mi lado y me ayud¨® como persona dejando el ciclismo al lado. Agradecer¨¦ toda mi vida su comportamiento esos d¨ªas. Cuando me oper¨¦, s¨®lo pensaba en la posibilidad de no correr m¨¢s en bicicleta, pero despu¨¦s, en el hospital, sab¨ªa que mi vida corr¨ªa peligro. Una vez que supe que podr¨ªa volver, la ilusi¨®n fue enorme. Y al a?o siguiente gan¨¦ en Australia.
P. Tambi¨¦n sufri¨® un ataque en Burgos.
R. Fue un mareo como consecuencia de la operaci¨®n. Eso no se puede volver a reproducir. Son unos capilares que se queman y extirpan. Es verdad que hay que mirarlo bien y hacer revisiones para evitar irregularidades. En condiciones normales, no importar¨ªa mucho, a no ser que te pase en el coche. Pero, en mi profesi¨®n, ya ve. Me ca¨ª en un bosque, pero imag¨ªnese que hubiera sido en un barranco. Hoy en d¨ªa, el tema es por precauci¨®n, pero tampoco es una cosa demasiado preocupante si tengo un control exhaustivo. No pasa nada.
P. Y llega el Tour de 2006 y le mandan para casa.
R. Fue un palo gordo. Te pones a pensar en las ilusiones y los sacrificios y el entrenamiento que se echan a perder... Con mi familia all¨ª, en Estrasburgo, a verme en el pr¨®logo, y el d¨ªa antes me dicen que no puedo salir porque estoy relacionado con alguien a quien ni conozco
. Se me quitaron las ganas de todo. Hasta de ver la tele. Una injusticia.
P. ?Y qu¨¦ hizo?
R. Me fui tres d¨ªas a casa de unos familiares en Francia, donde tuvo menos repercusi¨®n. Pero el cabreo me dur¨® diez d¨ªas.
P. Carlos Abell¨¢n, que fue compa?ero suyo en el Liberty, comentaba que, a ra¨ªz de la Operaci¨®n Puerto, hab¨ªa perdido idealismo y ganado escepticismo. ?Tambi¨¦n usted?
R. Perd¨ª la ilusi¨®n. Cuando se es juvenil, todo es perfecto, muy bonito. Yo quer¨ªa ganarme la vida con esto y lo he logrado. En ese sentido, debo sentirme un privilegiado. Pero cosas como aqu¨¦lla quitan la ilusi¨®n, aunque sigo teniendo objetivos y ganas. Al final, te lo tomas m¨¢s como un trabajo. Me hago mayor y las cosas las veo diferentes. Cada vez me cuesta m¨¢s salir de casa. El sentido m¨ªtico lo pierdes en tanto que te haces un nombre. Cuando pasas a profesional, desmitificas y poco a poco vas creciendo. Aunque me imponen nombres como Alpe d'Huez, Tourmalet...
P. A usted es a quien menos le cost¨® encontrar equipo tras aquello. Bruyneel, el patr¨®n del Discovery, llevaba mucho tiempo tras usted.
R. Y, si no hubiera entrado el Liberty, habr¨ªa ido antes al Discovery. Sab¨ªa que era el equipo al que me motivar¨ªa irme. Tal vez, por la figura de Armstrong. Sufr¨ª una operaci¨®n que pudo costarme el ciclismo y la vida como a ¨¦l un c¨¢ncer.
P. Se habla de usted, desde hace tiempo, como el Perico Delgado del siglo XXI. ?Se reconoce en la forma de correr del segoviano?
R. Pero no me puedo comparar con ¨¦l. Quiz¨¢s me parezco en que tambi¨¦n me gusta la monta?a y soy inconformista. No soy de los que quiere ir c¨®modo hasta arriba y esprintar. Me gusta mover el ¨¢rbol por ver si cae alguno y, a veces, cuando arranco, la gente toma precauciones. A veces, es un error mi forma de correr, pero me ha dado m¨¢s ventajas, aunque es cierto que en el Tour hay que ser un poco conservador.
P. En este su segundo Tour, ?buscar¨¢ ganar una etapa, perdiendo tiempo en el llano para tener libertad, o la general?
R. Prefiero ser cuarto o quinto al final que ganar una etapa. Es un ¨¦xito grande ganar etapas, pero prefiero el top ten. ?Por qu¨¦? Porque mi formaci¨®n va encaminada a luchar por el Tour. Para mi proyecci¨®n es mucho mejor estar entre los diez primeros que ganar una etapa.
P. ?La medicina es para los que no se entrenan?
R. Como en la vida, algunos buscan ascender de una manera y otros de otra.
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