Riquelme a un toque
Argentina se somete a la versi¨®n m¨¢s perfecta del jugador del Villarreal
La Caravana de Argentina se traslad¨® el martes a los llanos del Orinoco con su agitaci¨®n habitual. Antes de la semifinal con M¨¦xico, que se disputaba esta pasada madrugada, en Puerto Ordaz, reinaba el debate. Hasta que se presenta el causante de la pol¨¦mica. Entonces todos callan. Porque cuando Riquelme pide la pelota, los actos mandan. En la acci¨®n impera su ley. La ley de Don Torcuato, del potrero, de los terrenos bald¨ªos de los confines de Buenos Aires donde naci¨® una cosa que, con s¨ªntesis enigm¨¢tica, los argentinos llaman la nuestra. Nadie explica qu¨¦ es eso, porque no hay palabras. La nuestra se comprende viendo jugar a Riquelme, un hombre introvertido que habla poco, no entiende de PlayStation, toma mucho mate y goza del respeto reverencial -casi miedo at¨¢vico- de todos. Incluido el de Juan Ver¨®n, viejo caudillo de la oposici¨®n, hoy sometido.
Quienes le critican aseguran que Riquelme ralentiza el juego. Hasta Maradona dijo que Argentina da "demasiados pases atr¨¢s". Quienes le defienden, se escandalizan porque creen que los nuevos aficionados, y algunos futbolistas, han perdido la memoria. Ya no saben c¨®mo es la nuestra. Y censuran a Riquelme por tocar mucho en horizontal cuando lo que de verdad est¨¢ haciendo es "ablandar" al adversario. Frente a Estados Unidos, Colombia y Per¨², durante el primer tiempo, Riquelme jug¨® de espaldas a la porter¨ªa contraria, repartiendo el juego de modo que todos sus compa?eros participaran sin buscar profundidad. Seg¨²n fuentes del cuerpo t¨¦cnico, todo responde a una estrategia del propio Riquelme, a quien definen como "jugador conceptual". El chico al que Alfio Basile, el seleccionador, proclam¨® p¨²blicamente "el l¨ªder" de la selecci¨®n, cree que es in¨²til desgastarse contra adversarios que, de entrada, sit¨²an a ocho hombres por detr¨¢s del bal¨®n. Basile entiende que cuando evita el choque y la verticalidad durante 45 minutos, Riquelme est¨¢ preservando las fuerzas de sus compa?eros al tiempo que desgasta al rival f¨ªsica y mentalmente. Todo es una maniobra de distracci¨®n y Riquelme es el principal responsable.
Riquelme sabe que si Argentina no levanta la Copa ser¨¢ el principal acusado. No parece importarle. Se le ve seguro, s¨®lido y m¨¢s humilde. Antes de partir hacia Venezuela, por primera vez en su carrera admiti¨® haber incorporado ideas distintas de las que aprendi¨® en el potrero. "La experiencia en Villarreal me sirvi¨® para conducir y gambetear menos", dijo. "Ahora juego m¨¢s a un toque, recibo menos golpes, choco menos, y me siento m¨¢s entero para llegar al gol como lo estoy haciendo".
Riquelme ha marcado seis goles en los ¨²ltimos cuatro partidos que ha disputado. Su producci¨®n se ha disparado. Que lo hiciera entre el final de la Copa Libertadores y la Copa Am¨¦rica, en situaciones de m¨¢xima exigencia, dan relieve a su haza?a. Hace ocho meses el jugador, de 30 a?os, estaba apartado del Villarreal por una presunta insubordinaci¨®n contra su t¨¦cnico.
Basile explica la evoluci¨®n de Riquelme con voz de terremoto. El viejo defensa del Racing se emociona: "Riquelme siempre fue uno de los mejores jugadores del mundo, como estratega, y como conductor. Lo que le pas¨® en el Submarino Amarillo no fue por causas futbol¨ªsticas. En Boca cay¨® en su h¨¢bitat natural. All¨ª se sinti¨® como en casa, blindado por todos los hinchas, mimado, querido. Se sinti¨® c¨®modo y volvi¨® a jugar feliz. Feliz es una palabra que ¨¦l repite constantemente, y cuando est¨¢ feliz generalmente juega bien".
"A m¨ª Riquelme siempre me gust¨®...", Basile hace una pausa y concluye: "Al que le no le gusta c¨®mo juega Riquelme no lo entiendo nada".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.