Inversiones con firma
Una gran liquidez, la especulaci¨®n y la incorporaci¨®n de China al coleccionismo, catapultan el mercado mundial del arte
El mercado del arte contempor¨¢neo vive d¨ªas de vino y rosas sumido en una borrachera de ventas y revalorizaciones como no se recordaba. La enorme liquidez que hay en el sistema econ¨®mico; el tir¨®n del coleccionismo ruso y asi¨¢tico; la aparici¨®n de fondos de inversi¨®n especializados y la excelente consideraci¨®n social que tiene entre las ¨¦lites coleccionar arte explican la pujanza de este mercado.
Nunca antes el mercado del arte hab¨ªa disfrutado de un momento de euforia como el actual. En los seis primeros meses del a?o 4.023 artistas han logrado un r¨¦cord en su cotizaci¨®n, seg¨²n la consultora Artprice. Y en muchos casos lo han hecho con precios de v¨¦rtigo.
Christie's vendi¨® arte por valor de 4.670 millones de d¨®lares (unos 3.800 millones de euros) en 2006, un 36% m¨¢s que el a?o anterior
Un comprador an¨®nimo pag¨® en junio, por ejemplo, 14,3 millones de euros por la obra del brit¨¢nico Damien Hirst, de 42 a?os, "Lullaby Spring" (2002). La pieza es una gran estructura de acero inoxidable que guarda, a modo de alacena, 6.136 p¨ªldoras de bronce coloreadas, y tiene el privilegio de ser la obra m¨¢s cara vendida por un creador vivo. Parad¨®jicamente en mayo se subast¨® "Lullaby Winter" (2002) por unos 5,37 millones de euros (en defensa del comprador hay que decir que "Lullaby Spring" tiene m¨¢s pastillas y en colores m¨¢s vivos).
El problema, analiza la coleccionista Helga de Alvear, "es que Hirst, siendo un magn¨ªfico artista, se ha convertido en un shooting star por culpa de galeristas, fondos de inversi¨®n, millonarios, etc¨¦tera". De Alvear avanza un componente que puede transformarse en un verdadero problema: la especulaci¨®n.
Revalorizaci¨®n del 400% anual
La semana pasada estaba comiendo con un coleccionista cuando son¨® su tel¨¦fono, recuerda el comisario y asesor de arte contempor¨¢neo Carlos Urroz. Era un galerista que le ofrec¨ªa recomprar por 50.000 d¨®lares un dibujo que hab¨ªa vendido un a?o antes por 10.000. Esto, lejos de reafirmar al coleccionista, le cre¨® una serie de dudas sobre el mercado. ?Por qu¨¦ se quintuplican los precios en un a?o? Y, sobre todo, ?cu¨¢l es el valor real de esa pieza: 10.000, 50.000 o los posiblemente 75.000 d¨®lares que pagar¨ªa el comprador final por esa obra?
Los resultados de las ¨²ltimas subastas y el aumento de los precios de reventa de creadores muy j¨®venes est¨¢ produciendo alarma en los coleccionistas. "Los precios son una barbaridad y est¨¢n disparatados. Adem¨¢s, hay un componente muy claro de especulaci¨®n en el mundo de las subastas", reflexiona el coleccionista Emilio Pi.
Y cu¨¢l es la opini¨®n del artista. "Hay una inflaci¨®n exagerada. No hay relaci¨®n directa entre el potencial del trabajo y el precio que alcanzan algunos artistas en el mercado", lamenta el videoartista afincado en Nueva York Sergio Prego.
Nadie parece dispuesto a poner cordura. Incluso entidades como Merril Lynch no dudan en dejarse arrastrar. "El mercado del arte tiene un gran atractivo incluso para aquellos que no sienten una pasi¨®n especial por coleccionar, pues est¨¢n viendo la pintura, los dibujos o la escultura como un veh¨ªculo para diversificar sus carteras dada la baja correlaci¨®n existente entre los precios del arte y mercados c¨ªclicos como las acciones o el inmobiliario", se lee en el informe World Wealth Report 2007 de la entidad financiera.
?sta es una de las claves que explican la pasi¨®n desatada. Si hist¨®ricamente el arte contempor¨¢neo se hab¨ªa visto influido por los ciclos econ¨®micos, movi¨¦ndose sincronizadamente, la experiencia de la ¨²ltima d¨¦cada evidencia que est¨¢ pasando a ser un valor refugio como el oro o los francos suizos y perdiendo parte de su condici¨®n de art¨ªculo de lujo.
A esta reflexi¨®n se aferran quienes afirman que no hay burbuja en los precios y que no va a repetirse un desplome de las cotizaciones como sucedi¨® en los noventa. Cada vez hay m¨¢s actores en el juego procedentes de las nuevas econom¨ªas -India, Rusia, China... -¨¢vidos de comprar un arte que refleje su tiempo y defina sus valores culturales, lo que ayuda a sostener precios. Este movimiento hacia nuevos pa¨ªses ha sido detectado r¨¢pidamente por las grandes salas de subasta. Christie's, por ejemplo, ha abierto oficina en Dubai y Sotheby's en Mosc¨² y Beijing. El objetivo: mejorar sus resultados.
Un planteamiento que no resultar¨¢ f¨¢cil habida cuenta de los extraordinarios ingresos logrados en 2006. En ese ejercicio Christie's vendi¨® objetos de arte por valor de 4.670 millones de d¨®lares (unos 3.800 millones de euros), un 36% m¨¢s que en 2005. La cifra m¨¢s alta jam¨¢s alcanzada en el comercio del arte, acorde con sus responsables. Incluso el mercado espa?ol, a pesar de su modestia, es fiel reflejo de esta euforia. En nuestro pa¨ªs la firma brit¨¢nica alcanz¨® en 2006 unas sorprendentes ventas de 15,2 millones de euros. Parte de este boom se explica, seg¨²n Juan V¨¢rez, consejero delegado de Christie's Espa?a, "por la aparici¨®n de un nuevo tipo de coleccionista espa?ol que ha crecido con Arco y que quiere obras de su generaci¨®n". Todo ello sin obviar el efecto llamada que al arte tiene para el dinero procedente del sector inmobiliario y la construcci¨®n.
Santa Rufina y las p¨ªldoras
En este ambiente, hay que plantearse otras consideraciones: ?tiene alg¨²n sentido que el lienzo "Santa Rufina" de Vel¨¢zquez -aunque su autor¨ªa no est¨¦ totalmente clara- recientemente subastado en 11 millones de euros, valga menos que las p¨ªldoras pintadas de Hirst? El problema reside en que "el presente lo domina todo. Manda la juventud y se pierde la memoria hist¨®rica", analiza la galerista Soledad Lorenzo. Por su parte, Juan V¨¢rez lo interpreta as¨ª: "Una cosa es el valor de mercado y otra, muy diferente, la valoraci¨®n art¨ªstica". Arte y mercado suelen ir juntos pero rara vez de la mano. O como dice Helga de Alvear: "Un Vel¨¢quez no se compra con dinero destinado a especular".
Este torbellino de dinero propicia un riesgo evidente: el que las galer¨ªas (primer mercado) se sientan tentadas a trasladar en mayor o menor medida estos precios a las obras de sus artistas. "Una mala pol¨ªtica de precios perjudica sobre todo a los artistas, a su carrera. Las galer¨ªas tienen una gran responsabilidad; podr¨¢n obtener muchas ganancias en un momento de fuerte crecimiento elevando la cotizaci¨®n de sus artistas, pero cuando el ciclo cambie tendr¨¢n que mantenerlas. Si los creadores no pueden tener una carrera f¨¦rtil durante su vida activa, ?de qu¨¦ vivir¨¢n las galer¨ªas? Sin ellos no hay actividad art¨ªstica, no hay sector art¨ªstico, no hay mercado...", sentencia la galerista Elba Ben¨ªtez.
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