Par¨ªs, por fin Par¨ªs
Domingo 29 de julio. Estoy en el Beerhouse&more caf¨¦, en el aeropuerto de Dresde, en Alemania. Son ya las seis de la tarde, y el Tour acaba de terminar en Par¨ªs hace apenas unos minutos. Desde hace una hora, una treintena de corredores de diferentes equipos (he contado seis, todos ellos del Pro-Tour) entre los que me incluyo, estamos viendo en la televisi¨®n del establecimiento c¨®mo nuestros compa?eros dan las ¨²ltimas pedaladas de este Tour por los Campos El¨ªseos.
Hemos tenido que pedirle a la camarera que si, por favor, pod¨ªa ponernos el canal en el que lo retransmit¨ªan. No ha puesto muy buena cara, la verdad, pero visto que la gran mayor¨ªa de la clientela as¨ª lo ped¨ªa (es decir, nosotros), ha accedido. Aunque -y no son imaginaciones m¨ªas- a veces miraba al resto de clientes como avergonzada para luego se?alarnos a nosotros con la mirada y un movimiento de cejas, como diciendo, "es que ya ven, son muchos y no puedo hacer nada contra ellos". Recuerdo que esto es Alemania, y aqu¨ª la caza de brujas contra ese deporte maldito llamado ciclismo no es ninguna broma.
Hemos vivido el sprint con m¨¢s bien poca pasi¨®n. Tambi¨¦n es verdad que, exceptuando a los del CSC, que esperaban un ataque (que nunca se produjo) de Cancellara, en el resto de equipos no ten¨ªamos ning¨²n implicado en la lucha final. Nosotros los del Rabobank nos conformamos con ver a Flecha en las escaramuzas hasta la ¨²ltima vuelta. Y la victoria de Contador, pues la hemos vivido igual, con la misma falta de pasi¨®n. Lo mismo que el resto de clientes del caf¨¦, de los que, por cierto, muy pocos estaban pendientes de la pantalla. A m¨ª la verdad es que me da pena y hasta me culpo por ello: ha ganado Contador, es un buen chaval, "deber¨ªas alegrarte m¨¢s por ¨¦l", me digo. "S¨ª, pero la victoria ha llegado como ha llegado, y eso t¨² no lo puedes cambiar", me respondo en un ejercicio de c¨®mo matar el tiempo uno consigo mismo.
Comentaban por aqu¨ª que los corredores franceses, a los que por cierto tan bien se les da interpretar el papel de los buenos de la pel¨ªcula, hab¨ªan amenazado con pararse un metro antes de la llegada como protesta no se sabe muy bien contra qu¨¦. ?Contra el mundo, contra los que no se paren? No lo s¨¦, pero ellos desde luego no hab¨ªan preguntado a nadie m¨¢s si quer¨ªa unirse a su protesta. Claro que la presencia de otros apoy¨¢ndoles no hubiese venido muy bien para vender la imagen de que ellos son los ¨²nicos limpios. Al final, nada de nada.
Y poco despu¨¦s de que ganase Benatti, y viendo a Contador siendo felicitado por sus compa?eros, han cortado la conexi¨®n y han comenzado con un documental sobre el traslado a Los ?ngeles de la familia Beckham. Los ciclistas hemos dejado libres nuestros sitios y el resto de clientes han comenzado a prestar atenci¨®n a la pantalla.
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