Jueces contra las leyes
Las creencias religiosas de algunos magistrados provocan decisiones judiciales contrarias a derecho
Ra¨²l Robles-Fraile y Marcus Hon intentaron casarse despu¨¦s de pasar 18 a?os conviviendo. Vanesa de las Heras quiso adoptar a Candela, la ni?a que su esposa Susana hab¨ªa concebido a trav¨¦s de la inseminaci¨®n artificial. Pero todos se toparon con jueces que no estaban de acuerdo con que ellos ejercieran los derechos que la ley les otorga y que, adem¨¢s, estaban dispuestos a hacer todo lo posible para imped¨ªrselo.
La aprobaci¨®n en julio de 2005 de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo ha estado rodeada de pol¨¦mica judicial desde el principio. El Partido Popular recurri¨® de inmediato la ley ante el Tribunal Constitucional, entendiendo que desnaturalizaba "la instituci¨®n del matrimonio", y no tardaron en aparecer jueces del Registro Civil neg¨¢ndose a casar homosexuales. Laura Alabau, en Denia, o Francisco Javier Garc¨ªa Garc¨ªa-Sotoca, en Telde (Gran Canaria) paralizaban los expedientes matrimoniales que les llegaban y presentaron numerosas cuestiones de inconstitucionalidad contra la ley a pesar de que los jueces del Registro no pueden hacerlo porque no ejercen funciones jurisdiccionales. Alabau lleg¨® a asegurar que se sent¨ªa "perseguida por el aparato propagand¨ªstico del Gobierno".
Una secretaria judicial tambi¨¦n intent¨® objetar para no participar en ninguna boda gay
Un juez aconsej¨® ir a la iglesia a una pareja en proceso de separaci¨®n
El Tribunal Constitucional los llam¨® al orden. Por ocho votos frente a cuatro inadmiti¨® a tr¨¢mite las consultas y les record¨® que deben aplicar la ley y dejar de cuestionarla. El Consejo General del Poder Judicial expedient¨® a Alabau y la sancion¨® con una multa de 305 euros y con una advertencia. El Poder Judicial tambi¨¦n rechaz¨® el recurso presentado por un juez del Registro Civil de Sagunto (Valencia) que invoc¨® la objeci¨®n de conciencia para abstenerse de casar gays. Le respondieron que los magistrados ¨²nicamente est¨¢n sometidos al imperio de la ley y que no pueden ejercer la objeci¨®n de conciencia.
Mientras tanto, los jueces segu¨ªan protestando. Un juez de paz de Pinto (Madrid) lleg¨® a presentar su dimisi¨®n alegando que no pod¨ªa casar homosexuales por "imposibilidad moral". Y no s¨®lo los magistrados han intentado dejar de aplicar la ley. La secretaria judicial de Colmenar Viejo (Madrid) Isabel L¨®pez-Nieto tambi¨¦n intento ampararse en un supuesto derecho a la objeci¨®n de conciencia para no intervenir en bodas gays. Las defini¨® como "una aut¨¦ntica subversi¨®n de los principios m¨¢s b¨¢sicos del orden social" y dijo que sus creencias religiosas le imped¨ªan incluso firmar las notificaciones. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid le respondi¨® que deb¨ªa "atenerse a las normas".
El ¨²ltimo episodio en esta lucha entre creencias religiosas y legalidad vigente lo ha protagonizado el juez de familia de Murcia Fernando Ferr¨ªn Calamita. Cat¨®lico devoto y lector de Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, est¨¢ en profundo desacuerdo con la ley de matrimonios gays. Le parece que estas bodas no crean "familias normales" y que un menor no debe crecer en ese entorno. Por ello, impide adoptar a los homosexuales y prefiere conceder la custodia de los ni?os, en los casos de separaci¨®n y divorcio, al progenitor heterosexual. Le preocupa que los menores sean homosexuales en el futuro. Eso s¨ª, ¨¦l no admite que lo recusen por sus creencias y asegura que s¨®lo act¨²a movido por el respeto a las leyes, las mismas que ¨¦l mismo reconoce no querer aplicar.
Hay otras resoluciones en las que las creencias religiosas de los jueces pesan m¨¢s que las leyes y el sentido com¨²n. En Cantabria, el magistrado de la Audiencia Provincial Esteban Capelo impuso una pena de multa a una mujer por abofetear a su marido y dedic¨® dos folios de su resoluci¨®n a aconsejar a los c¨®nyuges, que se estaban separando, que fueran a la iglesia. Les ped¨ªa que pusieran en medio de sus vidas "el Esp¨ªritu de Jesucristo resucitado, capaz de llenar el anhelo de vida que tiene vuestro coraz¨®n" y que acudieran "a quien dispone de esa fuerza salvadora, que es la Iglesia Cat¨®lica, diciendo a sus ministros que quer¨¦is participar y comer de ese fruto". El magistrado fue expedientado por la comisi¨®n disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial.
A finales del mes pasado, un juez en Alicante revoc¨® en nombre de Dios una orden de alejamiento de una madre hacia su hija dictada en un procedimiento por malos tratos. "Cuando me hice juez jur¨¦ por Dios y promet¨ª por la constituci¨®n guardar y hacer guardar las leyes. Hoy es para el juzgador una tarea dif¨ªcil y dolorosa y pido a Dios que me asista en el cumplimiento de mi deber", dice el auto. "La situaci¨®n que estamos viviendo es ya complicada y dolorosa de por s¨ª, independientemente de otras circunstancias, pero encuentro que, a pesar de las ¨®rdenes de alejamiento, no se puede privar a los hijos de su madre, ni a la madre de sus hijos, de que se tengan los unos con otros, lo ¨²nico que siempre queda es la familia".
Estos magistrados tienen muy claro c¨®mo debe ser la "familia normal" y parece que dictan sus resoluciones bas¨¢ndose m¨¢s en la Biblia que en las leyes vigentes. Mientras tanto, los ciudadanos s¨®lo pueden recurrir, recusar o presentar quejas. Pero deben esperar meses o incluso a?os para que les dejen ejercer sus derechos. Vanesa de las Heras lleva ya 14 meses esperando que le permitan adoptar.
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