Sed de cenizas
Decenas de incendiarios se lanzan cada verano al monte por razones psicol¨®gicas o econ¨®micas
Un pir¨®mano y un incendiario no son lo mismo, aunque sus acciones tengan id¨¦ntico resultado. Elena Borges, una tinerfe?a que compagina estos d¨ªas su labor de psic¨®loga cl¨ªnica con la indignaci¨®n por los incendios que han convertido 11.000 hect¨¢reas de bosque canario en la mayor reserva nacional de ceniza, acota los l¨ªmites de la patolog¨ªa: "Una persona que tiene intereses econ¨®micos o personales en un incendio no es un pir¨®mano". "El pir¨®mano", describe, "es un enfermo incapaz de controlar sus impulsos y que act¨²a movido por su pasi¨®n por el fuego y sus consecuencias, a menudo, envalentonado por el alcohol". La de incendiario es una categor¨ªa m¨¢s amplia, que incluye a los que buscan venganza, pastos o compensaciones econ¨®micas.
El 60% de los siniestros forestales son intencionados, estiman fuentes del Seprona
Todav¨ªa no se sabe si ¨¦l lo es, pero en un rasgo t¨ªpico de los pir¨®manos, Juan Antonio Navarro, el vigilante incendiario de Gran Canaria, dio la alarma del fuego que hab¨ªa provocado. Avisan "despu¨¦s de haber disfrutado de la contemplaci¨®n de su obra, que es lo que m¨¢s les complace", explica Borges. Tras la satisfacci¨®n nace la culpa, porque no son psic¨®patas insensibles al dolor. El tratamiento es dif¨ªcil. La psic¨®loga considera que los enfermos son a menudo caracteres fr¨¢giles que "suelen carecer de la voluntad de curarse". De ah¨ª la importancia de la prevenci¨®n, sobre todo en la infancia, y del estricto control de los diagnosticados.
Pir¨®manos o no, los incendiarios se sienten due?os de los montes en verano. Fuentes del Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) estiman a partir de pruebas periciales que el 60% de los incendios forestales son premeditados. Pese a ello, ni la Fiscal¨ªa de Medio Ambiente ni Justicia tienen un listado de condenas. S¨®lo existe uno, oficioso y no exhaustivo, de Greenpeace, que recoge 70 sentencias por incendios cometidos desde 1993. ?nicamente 29 de ellas son condenas por quemar intencionadamente.
Miguel ?ngel Soto, responsable de Bosques de Greenpeace, denuncia la situaci¨®n de impunidad que transmite la estad¨ªstica: "Presumimos desde 1994 del c¨®digo penal m¨¢s moderno de Europa, pero no se aplica en todo su rigor".
Celso Rodr¨ªguez, teniente de la brigada de investigadores forestales de la Guardia Civil de Galicia, afirma que es sencillo demostrar que un fuego es intencionado. Pero no es f¨¢cil condenar a un incendiario: las llamas destruyen las pruebas inculpatorias. Las autoridades insisten en la importancia de la colaboraci¨®n ciudadana. "Los fuegos surgen en peque?as poblaciones, aisladas, donde todos los vecinos se conocen y evitan los problemas; adem¨¢s, el deterioro de la memoria tambi¨¦n juega a favor de los incendiarios", explica el teniente Rodr¨ªguez. En el caso de Seraf¨ªn Pardi?as, de 53 a?os, no hubo olvidos, s¨®lo silencios y miedo. Pardi?as, un alcoh¨®lico de la aldea de Bugar¨ªn (Pontevedra), se convirti¨® en 2006 en responsable de un incendio que dej¨® atr¨¢s tres v¨ªctimas y 8.500 hect¨¢reas de carb¨®n. El testimonio de sus vecinos, que hasta entonces se hab¨ªan resistido a delatarle, sirvi¨® para imputarle 92 incendios m¨¢s.
?lvaro Garc¨ªa Ortiz, el fiscal de incendios de Galicia, reconoci¨® el mi¨¦rcoles que Pardi?as es el ¨²nico de los 194 incendiarios detenidos el a?o pasado que sigue en prisi¨®n. Otros tres est¨¢n en psiqui¨¢tricos. Desde el Seprona consideran que el dato es "enga?oso" porque "el 98% de los detenidos est¨¢n implicados en procesos judiciales, pero no se les puede tener en la c¨¢rcel indefinidamente". Por el momento, de los 20 detenidos este a?o en Galicia por fuegos premeditados, dos est¨¢n en prisi¨®n preventiva, y otros dos bajo vigilancia.
Miguel ?ngel Soto considera que "pir¨®manos e incendiarios reincidentes deber¨ªan estar sometidos a una vigilancia intensa" que vaya m¨¢s all¨¢ de las visitas de control actuales. La Fiscal¨ªa de Medio Ambiente est¨¢ de acuerdo con ello. El fiscal responsable considera que internar a los reincidentes durante el verano "es parte de la soluci¨®n". Por lo pronto, el fiscal coordinador de Medio Ambiente a nivel estatal, Antonio Vercher, ha anunciado que el detenido de Gran Canaria ser¨¢ el primer incendiario que se someta a una prueba psicol¨®gica voluntaria destinada a crear un retrato robot del criminal.
Los casos de empleados en la lucha contra el fuego que se revelan incendiarios son los m¨¢s impactantes, y no escasean. En 2003, un vigilante de una torreta incendi¨® unas 20 hect¨¢reas de monte en Almod¨®var del Campo (Ciudad Real) para perjudicar a la empresa administradora de las tierras, con la que ten¨ªa una disputa familiar. Un trabajador del ret¨¦n de extinci¨®n muri¨® de un infarto y el vigilante ahora espera sentencia.
El C¨®digo Penal castiga el delito con penas que se deciden en funci¨®n de la gravedad del fuego y el peligro en que pongan la vida de personas. La m¨¢s alta es de 20 a?os, pero se aplica raramente porque implica que el acusado reconoce su culpa y que era consciente de las consecuencias de sus actos. Hasta el momento, la condena m¨¢xima son los diez a?os de prisi¨®n de Juan Jos¨¦ Cos¨ªn, de 39 a?os, que destruy¨® 5.300 hect¨¢reas de pinos en 1994 en Los Serranos (Valencia). Al acusado no se le pudieron imputar m¨¢s incendios a pesar de que la Guardia Civil identific¨® en fuegos anteriores un veh¨ªculo id¨¦ntico al suyo, una furgoneta roja cargada de latas de combustible.
La polic¨ªa busca al incendiario que redujo a carb¨®n 3.000 hect¨¢reas en Los Realejos, Tenerife. El jueves, el Cabildo de la isla present¨® el arma del crimen bajo el misterioso nombre de "dispositivo de ignici¨®n". La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, apostill¨® que "casi, casi" se conoc¨ªa al culpable. Los vecinos de la zona describen a un pir¨®mano de manual y confiesan que desde hace a?os tem¨ªan la llegada del fuego: las brigadas forestales ya hab¨ªan sofocado "cien conatos" en el mismo punto en que naci¨® el incendio, explicaba el mi¨¦rcoles el presidente del Cabildo, Ricardo Melchior. Los rumores insisten en la imagen de un enfermo con dedos de fuego. Si finalmente la Guardia Civil le detiene, sin duda ser¨¢ un certero golpe de efecto. Pero har¨¢n falta pruebas para condenarle.
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