Asesinos al volante
La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT), que tiene su sede en Arturo Soria, ese bulevar que conecta la Castellana con la calle de Alcal¨¢, all¨¢ donde esta calle tan noble como kilom¨¦trica alcanza el n¨²mero cuatrocientos y pico, lanza una campa?a de concienciaci¨®n sobre la distancia de seguridad. En mi modesto conocimiento de las autov¨ªas madrile?as puedo decir que en la autov¨ªa M-607, que une Madrid con Colmenar Viejo y por la que circulo ahora a diario, no hay d¨ªa que no me tope con un asesino, con dos o tres peligros p¨²blicos con bomba de mano al volante que, adem¨¢s de circular a m¨¢s de 150 kil¨®metros por hora, se pegan al coche que les precede con un frenes¨ª amoroso como quiz¨¢ nunca lleg¨® a sentir Petrarca por su amada Laura.
En general, la conducci¨®n por esta autov¨ªa, salvo a las 7.30 de la ma?ana en que las masas obreras -hoy ya altamente cualificadas- se empe?an en ir a trabajar y colapsan la autov¨ªa, es una maravilla porque, adem¨¢s de tener por lo general un tr¨¢fico fluido, el cielo no te priva de una emoci¨®n fuerte ni en los momentos de tr¨¢fico m¨¢s sosegado. Ya nos advirti¨® Jesucristo que no hay que bajar nunca la guardia porque, en el momento en que nos relajamos, aparece el Diablo y, al cogernos desprevenidos, nos da un hachazo en el parachoques y ya esa noche cenamos en el infierno. No hay que descartar que Jesucristo, con su gran visi¨®n de futuro, al decir esto estuviera pensando tambi¨¦n en los conductores que circulan por la M-607, m¨¢s conocida popularmente como carretera de Colmenar (ya se sabe que el p¨²blico, por ahorro de energ¨ªas, y aun m¨¢s ahora que el calor recomienda no mover ni la ¨²vula, no llega a especificar si es de Colmenar Viejo, de Colmenar de Oreja o de alg¨²n otro Colmenar que hay por ah¨ª).
?Qu¨¦ tiene de muy emocionante la carretera de Colmenar? Esta carretera cuenta con la escalofriante emoci¨®n de que un asesino se te pegue al coche con el alt¨ªsimo riesgo que conlleva. No hay vez que circule por esta autov¨ªa sin que aparezca un conductor -que, por la velocidad que gasta, debe ser piloto de avi¨®n frustrado- y haga una de esas exhibiciones de demente digna de ser inmortalizada por Juan Madrid, nuestro m¨¢ximo experto comunitario en novela negra.
Coincidiendo con la Operaci¨®n Salida de principios del mes de agosto inmortalizado por Faulkner en su hom¨®nima novela Luz de agosto, y por tanto con un auge millonario de los viajes por carretera, la DGT nos ha inculcado los riesgos de accidente que puede producir el no guardar la distancia de seguridad entre veh¨ªculos. Y ?qu¨¦ tipos de accidentes se producen por esta causa?: colisiones m¨²ltiples, colisiones laterales y colisiones por alcance, que en 2006 llevaron al cementerio a 247 personas y ya a 85 en el primer semestre de 2007.
Aunque mi deseo es informarme por estudios vern¨¢culos sobre los asuntos que trato en esta secci¨®n, hoy tengo que hacer una excepci¨®n y tengo que ofrecer datos que nos suministra el Programa de Sensibilizaci¨®n y Reeducaci¨®n Vial, elaborado por el Instituto de Tr¨¢fico y Seguridad Vial (Intras) de la Universidad de Valencia. El informe comienza con un mensaje filos¨®fico de comprensi¨®n relativamente sencilla. Dice el Intras que el primer efecto de la velocidad sobre la conducci¨®n es el aumento de la distancia de detenci¨®n. Aunque hay asesinos a quienes esto no les entrar¨ªa en el cerebro ni tras pasar con este fin por el quir¨®fano, a mayor velocidad, m¨¢s espacio recorre un conductor antes de poder parar completamente el veh¨ªculo. Y el siguiente mensaje del Intras ya requiere una mayor preparaci¨®n filos¨®fica. Me entreno, pues, con algunos p¨¢rrafos de Espa?a invertebrada, de Jos¨¦ Ortega y Gasset, el fil¨®sofo m¨¢s c¨¦lebre que ha dado Madrid, y leo esta sentencia del Intras que inyecta porosidad en mis meninges por el esfuerzo que tengo que hacer para comprenderla. Dice el Intras: y ?por qu¨¦ a mayor velocidad se recorre m¨¢s espacio antes de poder detener el veh¨ªculo? Porque la distancia de detenci¨®n es igual a la suma de la distancia de reacci¨®n (espacio que se recorre antes de pisar el freno) m¨¢s la distancia de frenado (espacio que se recorre durante la frenada).
Circulando a 120 kil¨®metros por hora, un veh¨ªculo recorre en tres segundos una distancia de algo m¨¢s de 100 metros, la equivalente a la longitud del c¨¦sped del Santiago Bernab¨¦u, o del Vicente Calder¨®n que, ay, tiene los d¨ªas contados, y por tanto ¨¦sa podr¨ªa ser la referencia para calcular la distancia de seguridad necesaria.
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