Espa?a "patrocinar¨¢" una unidad afgana para que 'limpie' su provincia de talibanes

Ser¨¢n lo m¨¢s parecido a las "tropas n¨®madas", las unidades formadas mayoritariamente por nativos que hasta su descolonizaci¨®n en 1975 aseguraron la presencia del Ej¨¦rcito espa?ol en los desiertos del S¨¢hara Occidental. Con la diferencia, no desde?able, de que Afganist¨¢n es un pa¨ªs soberano. Por eso, el Ministerio de Defensa est¨¢ negociando con su hom¨®logo afgano el acuerdo t¨¦cnico que definir¨¢ las condiciones del "patrocinio" de una unidad del Ej¨¦rcito afgano cuya primera misi¨®n ser¨¢ limpiar de talibanes la provincia de Badghis, donde opera el contingente espa?ol.

Los expertos calculan que el coste de la nueva unidad puede ir de 10 a 20 millones de euros

El pasado viernes, una columna del Ej¨¦rcito afgano cay¨® en una emboscada a 90 kil¨®metros al norte de la capital provincial, Qal-e-Naw. Una secci¨®n espa?ola, con 27 efectivos, acudi¨® en su auxilio y pidi¨® el apoyo de los aviones de la OTAN. El balance, tras m¨¢s de dos horas de combate, fue de siete militares afganos y 20 talibanes muertos. Los espa?oles resultaron ilesos. Este enfrentamiento, el m¨¢s cruento que se ha producido desde la llegada de las tropas espa?olas a Afganist¨¢n, en 2002, demuestra que la insurgencia est¨¢ s¨®lidamente asentada en Badghis.

Sin embargo, el Ej¨¦rcito afgano no cuenta con ninguna unidad permanente en la zona. Los militares atacados el viernes estaban all¨ª de manera temporal. Las ¨²nicas fuerzas locales de seguridad con que cuenta la provincia, que tiene la extensi¨®n de Galicia y medio mill¨®n de habitantes aproximadamente, son unos 250 polic¨ªas poco disciplinados y peor equipados. Cuando el 9 de junio unos 150 insurgentes atacaron tres comisar¨ªas e incendiaron la alcald¨ªa de distrito de Bala Murghab, los agentes huyeron en desbandada.

En enero pasado, durante su ¨²ltima visita a Afganist¨¢n, el ministro de Defensa, Jos¨¦ Antonio Alonso, anunci¨® que Espa?a aportar¨ªa 52 instructores para formar dos batallones del Ej¨¦rcito afgano, dentro de un programa de la OTAN conocido como OMLT?s (Equipos de Enlace e Instrucci¨®n Operativa, en sus siglas en ingl¨¦s). Estos militares ir¨¢n a Camp Stone, una base pr¨®xima a Herat, donde sustituir¨¢n a instructores de EE UU.

Pero ninguno de estos dos batallones se desplegar¨¢ en Badghis. El Gobierno de Karzai ya ha decidido que lo har¨¢n en Herat. A pesar de que la escalada de violencia ya afecta tambi¨¦n a esta provincia, una de las m¨¢s pobres del pa¨ªs, su nombre no figura entre las prioridades de las autoridades de Kabul. Si Espa?a quiere que haya tropas locales junto al Equipo de Reconstrucci¨®n Provincial (PRT) espa?ol, deber¨¢ rascarse el bolsillo.

Eso es lo que supone, en t¨¦rminos diplom¨¢ticos, la f¨®rmula del "patrocinio". Espa?a costear¨¢ todos los gastos de creaci¨®n y sostenimiento de una unidad de infanter¨ªa ligera del Nuevo Ej¨¦rcito Afgano (ANA) con base en Qal-e-Naw, cuya instrucci¨®n debe empezar en oto?o para que est¨¦ operativa la pr¨®xima primavera.

Costear todos los gastos significa que Espa?a deber¨¢ financiar la construcci¨®n del acuartelamiento, la dotaci¨®n del armamento, los veh¨ªculos, los uniformes, los equipos de combate, las comunicaciones, el material de mantenimiento y hasta la asistencia sanitaria. Inicialmente, se quiere formar una compa?¨ªa, (es decir, entre 150 y 170 efectivos), para ampliarla progresivamente hasta un batall¨®n (de 500 a 700).

Las principales inc¨®gnitas, que el ministro Alonso deber¨¢ despejar en el Congreso despu¨¦s del verano, son el coste del proyecto y el n¨²mero de militares espa?oles implicados. Los expertos estiman que el presupuesto puede ir de cerca de diez millones de euros para la compa?¨ªa hasta unos 20 para el batall¨®n. Los militares espa?oles podr¨ªan rondar los 25, si se toma el modelo de los equipos de instrucci¨®n de la OTAN. Estos no se limitar¨¢n, sin embargo, al adiestramiento de las tropas afganas. Tambi¨¦n actuar¨¢n como asesores en log¨ªstica, comunicaciones, administraci¨®n, etc¨¦tera. Se pretende que el reclutamiento y la administraci¨®n corran a cargo de los afganos, quienes progresivamente deber¨¢n asumir mayores responsabilidades sobre el sostenimiento y funcionamiento de la unidad.

Los pasados 23 y 25 de julio, sendas columnas de militares espa?oles y polic¨ªas afganos fueron atacadas en el mismo lugar; a unos 40 kil¨®metros al noroeste de la base de Qal-e-Naw, en el l¨ªmite de la zona past¨²n donde mandan se?ores de la guerra y narcotraficantes. Afortunadamente no hubo ning¨²n herido.

"Lo l¨®gico habr¨ªa sido ir a por ellos. No esperar sentados a que ataquen de nuevo y confiar en que la pr¨®xima vez no tengan m¨¢s suerte o mejor punter¨ªa", reconoce un mando espa?ol.

No obstante, las reglas de enfrentamiento de la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad), de la que forman parte las tropas espa?olas, impiden ir a buscar a los talibanes en su escondrijo. "Podemos contestar si nos atacan, incluso perseguirlos, pero no tomar la iniciativa", agrega la misma fuente. Cuando est¨¦ lista, esa misi¨®n corresponder¨¢ a la nueva unidad del Ej¨¦rcito afgano. Con el patrocinio de los espa?oles.