"Los corruptos han sido rehabilitados"
Lo dejo porque los corruptos han sido rehabilitados". Con estas palabras, el juez italiano Gherardo Colombo dimiti¨® en marzo como fiscal en el tribunal de Mil¨¢n, 15 a?os despu¨¦s del esc¨¢ndalo Manos Limpias y 33 despu¨¦s de su primera investigaci¨®n. Con 61 a?os ha decidido dedicarse a la justicia de otra forma: escribiendo y reuni¨¦ndose con j¨®venes para ense?arles el significado de las leyes.
Colombo fue uno de los personajes clave en la historia reciente de Italia: en 1981 investig¨® el caso de Michele Sindona, asesor en cuestiones econ¨®micas de Pablo VI, al que luego se conocer¨ªa como el banquero de la Mafia. Sindona hab¨ªa mandado matar al abogado Giorgio Ambrosoli, encargado por el Gobierno para liquidar los bienes de la Banca Privada Italiana, propiedad de Sindona, tras la quiebra. Colombo descubri¨® las listas de la logia mas¨®nica Propaganda Dos (P2), casi un Estado paralelo que pretend¨ªa implantar un r¨¦gimen autoritario en Italia. Se descubri¨® as¨ª que miembros de la Iglesia, el Gobierno y los servicios secretos pertenec¨ªan a esta organizaci¨®n, liderada por el gran maestre Licio Gelli, que eludi¨® la c¨¢rcel.
"El porcentaje de prescripciones para los delitos de 'Manos Limpias' es de m¨¢s del 50%"
"Hubo muchas investigaciones dificultadas por los servicios secretos, infiltrados por la P2"
En 1992 investig¨® con Antonio di Pietro el caso Manos Limpias, trama de sobornos en la que estaban involucrados pol¨ªticos de todas las tendencias, y termin¨® con el procesamiento de m¨¢s de 1.000 dirigentes pol¨ªticos y empresariales, incluidos los ex primeros ministros Bettino Craxi y Giulio Andreotti. Quince a?os despu¨¦s de aquella fecha, el 50% de los cr¨ªmenes de aquellos a?os ha terminado en prescripciones. Gherardo Colombo dej¨® su trabajo porque no cree que los tribunales puedan, solos, imponer la legalidad. "La Administraci¨®n de justicia solamente puede funcionar cuando los ciudadanos tienen una buena relaci¨®n con las leyes", asegura a EL PA?S. Ahora, Colombo se dedica a encontrarse con los j¨®venes en las universidades para hablar de legalidad y justicia. En Italia le piden firmas por la calle como si fuera una estrella de rock. Esta entrevista se desarroll¨® durante un trayecto en tren entre Mil¨¢n y Bolonia.
Pregunta. En su libro El vicio de la memoria, usted cuenta que pens¨® dejar la magistratura varias veces. ?Por qu¨¦ lo ha hecho ahora?
Respuesta. He sido magistrado 33 a?os y me ha tocado investigar casos muy distintos. Muchos tuvieron una enorme repercusi¨®n. He investigado sobre la corrupci¨®n. A veces, investigaciones que pod¨ªan llegar a revelar delitos de dirigentes de muy alto nivel fueron trasladadas a otras fiscal¨ªas y despu¨¦s no se vieron m¨¢s. Paralelamente, empec¨¦ a ir a hablar en escuelas y universidades, y me invitaron desde otros pa¨ªses. Llegu¨¦ a la convicci¨®n de que esta actividad pod¨ªa ser m¨¢s fruct¨ªfera que la de magistrado. Porque la Administraci¨®n de justicia s¨®lo puede funcionar cuando la sociedad civil tiene una buena relaci¨®n con las leyes.
P. ?Cu¨¢ndo fueron desviadas sus investigaciones?
R. Por ejemplo, en el caso de la P2. Descubrimos la logia el 17 de marzo de 1981, y en septiembre el tribunal de casaci¨®n decidi¨® pasar el caso a la fiscal¨ªa de Roma. En pocos d¨ªas se archivaron datos de supuestos delitos.
P. Quince a?os despu¨¦s del esc¨¢ndalo de los sobornos que afect¨® a la clase pol¨ªtica en los a?os noventa, los italianos vuelven a mostrar cierto desprecio hacia la pol¨ªtica. Seg¨²n un sondeo de La Repubblica, s¨®lo el 10% de la gente dice confiar en los pol¨ªticos. ?Hay riesgo de que se repita una situaci¨®n parecida a la de los noventa?
R. Algunas cosas se repiten: la atm¨®sfera que hab¨ªa al principio de nuestras investigaciones, con desconfianza hacia la pol¨ªtica.
P. ?Pero la situaci¨®n es an¨¢loga?
R. Hay problemas de transparencia. El problema en las investigaciones de Manos Limpias es que empezaron hace mucho tiempo. Algunos delitos han prescrito, pas¨® demasiado tiempo sin sentencia. Cuando dej¨¦ de guardar estad¨ªsticas acerca del tema, a principios de 2005, el porcentaje de prescripci¨®n para estos delitos era superior al 33%. Han pasado dos a?os m¨¢s, y yo creo que ya pasa del 50%. Y han sido modificadas leyes sustanciales. Han sido muy pocas las condenas definitivas. ?sta es la causa de la difusi¨®n de una sensaci¨®n de impunidad.
P. En 1981, cuando usted empez¨® las investigaciones acerca de la P2, enseguida resultaron evidentes las conexiones con los servicios secretos. El a?o pasado ocurri¨® lo mismo con las investigaciones de la fiscal¨ªa de Mil¨¢n acerca de los vuelos secretos de la CIA. ?Qu¨¦ pasa con los servicios secretos italianos?
R. Ahora no recuerdo todos los nombres de los agentes que pertenec¨ªan a la P2, pero eran numerosos, incluso de nivel muy alto. Muchas investigaciones acerca de matanzas de aquellos a?os han sido dificultadas por los servicios secretos. Todos los involucrados resultaron ser miembros de la P2.
P. ?Sigue existiendo la P2?
R. [Respira larga y profundamente]. Yo no creo que aquella P2 siga existiendo. La logia fue puesta fuera de la ley. Los nombres pertenecientes a las listas que encontramos fueron publicados. Pero hay unos cuantos puntos de interrogaci¨®n. No hemos encontrado todos los documentos de la P2, sino tan s¨®lo una parte; el resto ten¨ªa que estar guardado en Uruguay. Acerca de la posibilidad de la existencia de alg¨²n contacto, alguna relaci¨®n, alguna trama que no se conoce, no s¨¦ qu¨¦ decir...
P. En el curso de sus investigaciones m¨¢s delicadas, ?nunca ha sido objeto de amenazas o se ha sentido en peligro?
R. En realidad, nunca le prest¨¦ mucha atenci¨®n a esa posibilidad. Hubo cartas amenazantes, algunas sensaciones de este tipo, pero no creo que se tratase de un riesgo muy grave. En otro caso no estar¨ªamos usted y yo hablando aqu¨ª en el tren.
P. ?Qu¨¦ proyectos tiene ahora?
R. Quiero seguir hablando en colegios y universidades, aunque creo que me voy a tener que organizar de manera distinta, porque ya tengo la agenda llena hasta julio de 2008. En los meses que siguieron a mi abandono de la magistratura no logr¨¦ controlar las peticiones, as¨ª que ahora me encuentro ocupado m¨¢s all¨¢ de lo posible.
P. ?Le piden que hable de legalidad?
R. S¨ª. Y hay un enorme inter¨¦s por parte de los chicos. Adem¨¢s, encuentro siempre much¨ªsima gente en los lugares a los que voy a hablar, y la atenci¨®n se mantiene alta durante todo el tiempo. Adem¨¢s, me han nombrado vicedirector de la editorial italiana Garzanti. Hay muchas formas de hablar de legalidad, pero creo que ¨¦stos son los canales apropiados: contactos personales, por un lado, y editorial, por el otro.
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