El 'coladero' de los falsos medicamentos

Colirios para curar las cataratas o jabones contra la depresi¨®n. Una r¨¢pida vuelta por revistas, programas de radio, teletiendas y algunos establecimientos comerciales ofrece un muestrario de supuestos f¨¢rmacos cuya eficacia nadie ha comprobado. Internet es un puntal clave en estas pr¨¢cticas comerciales il¨ªcitas, que permanecen fuera del alcance de las autoridades. En la Red se anuncian y venden miles de productos milagro de todo tipo y, por supuestos, falsos medicamentos. Los datos cantan: el medio centenar de funcionarios de la Agencia Espa?ola del Medicamento consigui¨® en 2006 tres retiradas de medicamentos ilegales del mercado. En 2005 fueron ocho. En total, el a?o pasado hubo 22 comunicaciones a los juzgados.

S¨®lo EE UU y Nueva Zelanda permiten la publicidad directa de medicinas

Un tel¨¦fono gratuito facilitar¨¢ a pacientes, consumidores y particulares la denuncia

Para Sanidad la cifra es una "buena se?al". "Indica que hay pocos fraudes", se?ala un portavoz. Pero las organizaciones de pacientes o de consumidores no comparten esa impresi¨®n, y afirman que falta mucho rigor en las inspecciones. Como ejemplo, s¨®lo en la web de Solnatura -ahora cerrada-, la empresa que ofrec¨ªa colirios contra las cataratas a 100 euros mensuales, se anunciaban m¨¢s de una veintena de productos.

El Ministerio de Sanidad prepara desde hace cuatro meses un nuevo mecanismo de denuncia y detecci¨®n que refuerce los sistemas actuales. La directora de la Agencia Espa?ola del Medicamento, Cristina Avenda?o, admite la limitaci¨®n del sistema. "Llevamos cuatro meses trabajando en una nueva estrategia para luchar contra los medicamentos falsificados", explica. La clave est¨¢ en facilitar el primer paso: la denuncia que ponga en marcha y la Guardia Civil, las comunidades aut¨®nomas o los servicios de inspecci¨®n del Estado act¨²en.

En el mundo, s¨®lo dos pa¨ªses desarrollados, Estados Unidos y Nueva Zelanda, permiten la publicidad directa de los f¨¢rmacos a la poblaci¨®n. En Espa?a esta informaci¨®n se reserva a un grupo de medicamentos, las llamadas especialidades farmac¨¦uticas publicitarias, que, como la aspirina -por poner el caso del m¨¢s conocido- son para s¨ªntomas menores y tienen pocos riesgos.

Estos anuncios tienen que pasar la supervisi¨®n de la Agencia, que se encarga de que no puedan prometer curaciones que no facilitan. Los espectadores saben que son correctos porque al final tienen la muletilla de que "este anuncio es de un medicamento; en caso de duda consulte con su m¨¦dico o farmac¨¦utico".

Pero a esta estricta limitaci¨®n le revientan las costuras. Por un lado est¨¢n los f¨¢rmacos que se anuncian ilegalmente. Por otro, hay muchos productos en el l¨ªmite, como algunos alimentos que usan sus supuestas propiedades saludables para promocionarse. Pero, sobre todo, est¨¢ Internet.

El caso Solnatura es s¨®lo la punta del iceberg. Cualquier persona con una direcci¨®n de correo electr¨®nico est¨¢ acostumbrada a recibir ofertas de medicamentos como la viagra (un f¨¢rmaco que facilita la erecci¨®n masculina).

"Se reciben pocas denuncias", afirma Avenda?o. "Y la mayor¨ªa son por medicamentos legales", insiste, "porque haya una partida en mal estado o un tap¨®n que se rompe", a?ade. Pero estos casos tampoco son muchos: 83 retiradas en 2006, de acuerdo con los datos de la propia Agencia.

La soluci¨®n est¨¢ en ampliar los controles y en facilitar la actuaci¨®n de asociaciones de pacientes, de profesionales sanitarios e incluso de particulares. Ahora, cualquiera puede denunciar un falso medicamento en la web del ministerio o por tel¨¦fono, el 902 510 100. La idea del proyecto es que las llamadas, por ejemplo, sean gratuitas y est¨¦n atendidas m¨¢s horas.

La clave para evitar los fraudes es la definici¨®n de f¨¢rmaco. ?sta no obedece a su composici¨®n, sino a sus fines. Cualquier sustancia que se elabore o anuncie para aliviar o curar enfermedades lo es, y, por tanto, est¨¢ regulado, insiste Avenda?o.

"No tiene sentido acudir a v¨ªas ilegales" para conseguir un medicamento. "Jam¨¢s se debe comprar uno por Internet, porque no tiene ninguna garant¨ªa, aparte de que se corre un riesgo para la salud", insiste Avenda?o.

La secretaria de Pol¨ªticas Sociales del PP y ex ministra de Sanidad, Ana Pastor, coincide: "Tiene que haber una regulaci¨®n muy especial de Internet. En eso no se puede transigir. El control de la publicidad tiene que ser mucho m¨¢s exhaustivo, y hay que introducir nuevos sistemas de vigilancia", se?ala.

Las divergencias entre ambas empiezan al hablar de competencias. "Nosotros informamos a la Guardia Civil, pero en muchos casos es la comunidad aut¨®noma la que tiene que actuar", afirma Avenda?o. Los medicamentos ilegales son "un problema de salud p¨²blica, no s¨®lo un fraude, y ah¨ª el Ministerio de Sanidad s¨ª tiene competencias", rebate Pastor.

Tambi¨¦n ciertas terapias, por m¨¢s que parezcan inocuas, pueden inducir al enfermo a abandonar sus tratamientos m¨¦dicos.