Peluches de un mill¨®n de d¨®lares

"Son como peluches", ha dicho la reina Sof¨ªa cada vez que ha contemplado de cerca un panda gigante. La primera vez, en 1978; la ¨²ltima, el pasado junio, cuando se anunci¨® la cesi¨®n al zoo de Madrid de Bing Xing y Hua Zui Ba, un "tesoro nacional".

China lleva invertidos en la protecci¨®n de los pandas gigantes 9.700 millones de euros. La cesi¨®n de ejemplares (nunca venta) ha formado parte de la diplomacia china desde los a?os setenta. Adem¨¢s de Madrid, han sido receptores de pandas distintos zool¨®gicos europeos y americanos. Los responsables espa?oles y chinos son remisos a dar cifras, pero ya en 1972 el zoo de Washington daba la cifra de un mill¨®n de d¨®lares al a?o, m¨¢s un porcentaje en las ventas de souvenirs, como pago por una pareja de pandas. La misma cifra manej¨® la prensa estadounidense en 1984, cuando otros dos pandas llegaron al zoo de Los ?ngeles.

Estos osos blancos y negros de aspecto apacible son peluches caros de mantener. "Es un animal muy valioso", comenta la veterinaria Eva Mart¨ªnez, que conoci¨® a Chu-Lin cuando era peque?a y "participar ahora en la conservaci¨®n de una especie en extinci¨®n" le supone un reto profesional. Lo mismo que a Mario Robledillo, jefe de cuidadores, 30 a?os en el zoo, que vel¨® por Chu-Lin "como por mis dos hijos", asegura. Adem¨¢s de una dieta "mejor dise?ada", centrada en bamb¨² (el 99%), verduras y fruta. La ca?a de az¨²car ser¨¢ una chuche de premio tras los entrenamientos: abrir la boca para mirarles los dientes, tumbarse panza arriba para una ecograf¨ªa, sacar la patita para que se la radiograf¨ªen o les saquen sangre...