C¨®mo escenificar la 'Espa?a rota'
El PP usa los ataques minoritarios al Rey para ilustrar su concepto de crisis institucional
Los incidentes aislados de las ¨²ltimas semanas contra la Monarqu¨ªa han servido al presidente de honor del PP, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, para establecer el mensaje central de la campa?a de su partido para las elecciones generales de marzo: la Espa?a en crisis de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero versus la Espa?a prometedora de Mariano Rajoy. Los dardos m¨¢s arteros y de mayor impacto p¨²blico contra la Corona proceden, empero, de antiguos aliados de ruta de Aznar y actuales apoyos medi¨¢ticos del PP como la cadena Cope. La garantizada publicidad que ofrecen los medios de la derecha a los protagonistas de los actos constituye una recompensa para quienes los provocan, anim¨¢ndoles de hecho a seguir incluso con mayor virulencia.
Los augurios de ruptura de Aznar y la Cope siguen sin cumplirse, pero queda el mensaje
La irrupci¨®n de Aznar, aprovechando uno de los cada vez m¨¢s raros momentos que sus negocios le permiten permanecer en Espa?a, evoca los tiempos en que comenz¨® a afirmarse en su carrera pol¨ªtica. Quien piense que est¨¢ poniendo a punto una nueva estrategia derivada de la actual situaci¨®n pol¨ªtica se equivoca.
Tampoco es exactamente lo que el entonces l¨ªder del PP ensay¨® en el lapso 1993-1996. Hay que remontarse m¨¢s atr¨¢s, a las elecciones generales de 1979. Aznar escribi¨® en La Nueva Rioja el 23 de febrero de 1979: "Tal como est¨¢ redactada la Constituci¨®n de 1978, los espa?oles no sabemos si nuestra econom¨ªa va a ser de libre mercado o, por el contrario, va a deslizarse por peligrosas pendientes estatificadoras y socializantes, si vamos a poder escoger libremente la ense?anza que queremos dar a nuestros hijos o nos encaminamos hacia la escuela ¨²nica, si el derecho a la vida va a ser eficazmente protegido, si el desarrollo de las autonom¨ªas va a realizarse con criterios de unidad y solidaridad o prevalecer¨¢n las tendencias gravemente disolventes agazapadas en el t¨¦rmino 'nacionalidades".
Los incidentes protagonizados por algunos militantes independistas radicales en Catalu?a han venido, pues, como anillo al dedo para pintar una vez m¨¢s un cuadro de crisis. El rey Juan Carlos, en su comparecencia del 1 de octubre, intent¨® disipar ese cuadro, destacando la estabilidad alcanzada en Espa?a a trav¨¦s de la monarqu¨ªa parlamentaria.
Pero hay quien ve m¨¢s lejos. Un pol¨ªtico socialista que prefiere mantenerse en el anonimato apunta: "En el fondo, lo que a la derecha le irrita es que el Rey se lleve mejor con un gobierno de izquierdas que con uno de derechas. Ya ocurri¨® con Felipe Gonz¨¢lez. Y ha vuelto a ocurrir con Zapatero. Por eso, la derecha aprovecha las algaradas de los grupos republicanos extremos contra el Gobierno. Pero est¨¢ jugando con fuego, porque consciente o inconscientemente est¨¢ alentando esos actos".
Es lo que ha pasado con el libro de Luis Herrero, eurodiputado del PP, sobre Adolfo Su¨¢rez, en el que pone en labios del ex presidente la idea de que, en 1994, el Rey debi¨® abdicar. La animadversi¨®n contra la Monarqu¨ªa de ciertos sectores es un hecho. El martes, Federico Jim¨¦nez Losantos, director del programa La ma?ana, de la Cope, tras reiterar su posici¨®n de que el rey deber¨ªa abdicar en su hijo, el pr¨ªncipe Felipe, se?al¨®: "Lo que yo he dicho sobre el Rey ya lo dije en El Mundo hace dos a?os. Tengo mala la costumbre de acertar un poco antes de que pasen las cosas".
A primeros de noviembre de 2005, Losantos sosten¨ªa en una entrevista con la periodista Esther Esteban, que "la figura del Rey est¨¢ profundamente erosionada. Por muchas razones, pero sobre todo porque a la hora de la verdad s¨®lo se lleva bien con los socialistas y muy mal con la derecha. La derecha cree que les ha traicionado, porque no ha ejercido su papel de moderador".
He aqu¨ª su diagn¨®stico de entonces: "Don Juan Carlos ha perdido apoyo a chorros e, indudablemente, la Monarqu¨ªa se ve afectada por eso. S¨®lo se podr¨ªa salvar si el Rey abdicara y el Pr¨ªncipe asumiera ese papel nacional, moderador, que evite los separatismos que el padre ha dejado de asumir. Quiz¨¢ la dinast¨ªa puede salvarse si el Pr¨ªncipe no sigue el camino de su padre... En un par de a?os o esto se ha roto del todo, o estamos en una dictadura a la mexicana, o hemos tenido una crisis balc¨¢nica. Esto da de s¨ª hasta las pr¨®ximas elecciones".
Losantos atac¨® duramente al monarca tras la formaci¨®n del primer Gobierno tripartito en Catalu?a, por la "calurosa recepci¨®n del Rey al nuevo presidente del Parlamento Catal¨¢n, Ernest Benach", a quien el pol¨ªtico, el monarca le habr¨ªa dicho que "hablando se entiende la gente". En su libro De la noche a la ma?ana, publicado en 2006 por la Esfera de los Libros, editorial del diario El Mundo, Losantos recuerda: "Cuando se concret¨® la gran traici¨®n a Espa?a y a la Libertad del Pacto de Perpi?¨¢n [reuni¨®n secreta a primeros de 2004 entre el entonces presidente en funciones de la Generalitat, Josep Lluis Carod-Rovira y representantes de ETA] no me priv¨¦ de recordar ese 'hablando se entiende la gente' como s¨ªmbolo de la claudicaci¨®n de la Corona ante el nacionalismo y el terrorismo".
El par de a?os ya est¨¢ aqu¨ª. Ni Espa?a, como vaticinaba Losantos (y Aznar y el PP) "se ha roto del todo", ni hay una "dictadura a la mexicana". Se trata, pues, de que esa previsi¨®n se convierta en realidad virtual. ?C¨®mo? Tanto la ampliaci¨®n de la imagen de la quema de fotos del Rey como la denuncia sobre la resistencia a enarbolar la bandera espa?ola sirven al objetivo de crear la Espa?a rota virtual.
Algunas fuentes han se?alado que el discurso de Aznar en defensa de la Monarqu¨ªa ha causado curiosidad en el Palacio de la Zarzuela: "Las relaciones entre el ex presidente del Gobierno y el Rey nunca gozaron de una qu¨ªmica especial, para decir lo menos. No parece, pues, que se tomen muy en serio sus palabras y s¨ª que se valoren como el aprovechamiento de una buena oportunidad de marketing pol¨ªtico".
El marketing y el tr¨¢fico de favores son t¨¦cnicas que Aznar domina. Hay una an¨¦cdota sobre su capacidad de maniobra. La cuenta el periodista Bob Woodward en su libro Plan de ataque, sobre la planificaci¨®n de la guerra de Irak. Seg¨²n extrae Woodward de las agendas de Bush, ¨¦ste le pide el 17 de marzo de 2003 a Aznar que llame al presidente chileno Ricardo Lagos. "?Puedes llamarle y urgirle a que no intente ninguna maniobra de ¨²ltimo minuto?", pregunt¨® Bush. "Aznar dijo que llamar¨ªa a Lagos y a?adi¨® su propia petici¨®n. 'Mira, realmente, me ayudar¨ªa enormemente si llamases al rey Juan Carlos. S¨®lo para quede constancia'. El Rey es el jefe de Estado de Espa?a y aunque es en gran medida una figura decorativa, es popular y toma el juramento al presidente del pa¨ªs. Aznar quer¨ªa dejarle satisfecho. 'Gran idea, respondi¨® Bush".
"Algo m¨¢s tarde", sigue Woodward, "Bush pag¨® su deuda con Aznar y habl¨® con el Rey de Espa?a durante cuatro minutos. 'Majestad, he aqu¨ª lo que est¨¢ pasando. Vamos a retirar la de resoluci¨®n y yo voy a hablar al pueblo americano'. El Rey agradeci¨® cordialmente la llamada".
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