Tormentas sobre el apag¨®n
La Generalitat se dispone a discutir una proposici¨®n de ley para desplazar a Red El¨¦ctrica Espa?ola de la red de transporte en las ciudades catalanas tras la crisis de julio
M¨¢s de 320.000 catalanes se quedaron sin luz durante tres d¨ªas de julio. Endesa y Red El¨¦ctrica de Espa?a (REE) intentaron explicar a su modo las causas del gran apag¨®n, pero s¨®lo consiguieron tirarse los trastos a la cabeza. Por fin, un relamido informe de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE), el regulador del mercado el¨¦ctrico en Espa?a, ha canonizado puntillosamente las causas del desastre mediante un recurso escol¨¢stico: a Endesa se le cay¨® un cable sobre una instalaci¨®n de Red El¨¦ctrica y, con la calculadora en la mano, es responsable de dejar a oscuras a 40.000 usuarios; REE es culpable de la oscuridad de m¨¢s de 280.000, porque no fue capaz de reparar los da?os causados en un plazo razonable. Por descontado, la CNE orilla explicar qui¨¦n rayos -nunca mejor dicho- gestion¨® la red el¨¦ctrica de Barcelona desde 1997, porque eso exigir¨ªa rastrear la aplicaci¨®n de inversiones de Endesa en Catalu?a durante un decenio o descubrir que la CNE o los responsables pol¨ªticos catalanes se preocuparon lo justo, es decir, nada, de imponer el cumplimiento de unas calidades m¨ªnimas en el suministro. Tampoco parece contar demasiado para los ¨¢rbitros el¨¦ctricos que Endesa tuviera el contrato de gesti¨®n de las estaciones damnificadas -Collblanc y Maragall- hasta diciembre de 2005. Es m¨¢s f¨¢cil atribuir a cada compa?¨ªa un n¨²mero de afectados y confiar en que el avisado lector del informe identifique la abultada cantidad de damnificados de REE y la modesta de Endesa con la cuota de culpabilidad que hay que reclamar. Siempre es m¨¢s f¨¢cil se?alar con el dedo a una empresa semip¨²blica que afear la conducta a otra cuyos directivos pueden organizar cualquier vodevil medi¨¢tico con la Constituci¨®n en bandolera.
La red de transporte que est¨¦ soterrada deber¨¢ pasar a titularidad de las distribuidoras; ¨¦sa es la norma crucial que debatir¨¢ el Parlament
Las compa?¨ªas el¨¦ctricas no est¨¢n de acuerdo con el operador ¨²nico de transporte y pretenden recuperar la red de 220 kilovatios
Por m¨¢s oscuro que parezca, el gran apag¨®n es la excusa perfecta para obtener grandes rentabilidades pol¨ªticas. A seg¨²n qu¨¦ fuerzas vivas de Catalu?a -a CiU, por ejemplo- y a seg¨²n qu¨¦ facciones de la Generalitat -a ERC, sin ir m¨¢s lejos- no le gusta que REE, una empresa con un 20% de capital p¨²blico y marca Espa?a, controle el transporte el¨¦ctrico en Catalu?a. Prefieren con mucho una empresa aromatizada de catal¨¢n y FECSA, marca en Catalu?a de Endesa, cumple ese requisito.
Desde el otro flanco, Endesa e Iberdrola arrastran un indisimulado malhumor por la presencia de REE en el transporte el¨¦ctrico de las ciudades. Una breve aclaraci¨®n hist¨®rica. En 2002, el Gobierno de Aznar cay¨® en la cuenta de que algunas compa?¨ªas el¨¦ctricas iban a vender parte de su red de transporte a compa?¨ªas extranjeras. Rodrigo Rato, ese gran liberal vicepresidente econ¨®mico entonces, mir¨®, salt¨® y anduvo en probaturas hasta que consigui¨® que REE, controlada por el Gobierno, adquiriese el cableado en venta. Iberdrola, Endesa y otras el¨¦ctricas hicieron caja con la venta pero, que casualidad, al comprador no se le ocurri¨® la minucia de reclamar una auditor¨ªa para comprobar el estado de los activos comprados a pesar de la evidente cochambre de muchos de ellos.
Los efectos de aquel cambalache han sido un fracaso. Las el¨¦ctricas privadas reniegan de la norma que impone un transportista ¨²nico -el l¨ªmite son esos preciados 220 kilovatios- y presionan para recuperar el cableado de 220 kilovoltios que vendieron entonces, porque la retribuci¨®n de esos activos es individualizada mientras que los activos de distribuci¨®n -por debajo de 132 kilovatios- se retribuyen en funci¨®n de la cuota de mercado, que ni sube, ni baja, ni todo lo contrario. REE sufre porque se enfrenta a problemas de distribuci¨®n a los consumidores para los que, como demuestra el apag¨®n, est¨¢ poco preparada; y menos con la mala calidad de los tendidos, estaciones y subestaciones que, al menos en Catalu?a, recibi¨® de Endesa.
Con esta tensi¨®n de fondo, la Generalitat ha aterrizado con gran estr¨¦pito para ponerse al lado de Endesa y ajustar las cuentas a REE. El pasado 25 de septiembre, el Consell Executiu de la Generalitat aprob¨® una proposici¨®n de ley que, en la pr¨¢ctica, permitir¨¢ la expulsi¨®n de Red El¨¦ctrica de las grandes ciudades catalanas. Establece que la red el¨¦ctrica tiene que estar mallada, es decir, que cada centro de transformaci¨®n dentro de la ciudad debe estar conectado al menos por tres puntos. Pero tambi¨¦n, y esto es lo importante, que los cables el¨¦ctricos soterrados de 220 kilovatios que transiten por municipios con m¨¢s de 20.000 suministros y sus instalaciones subsidiarias (hoy de REE) ser¨¢n titularidad de las empresas distribuidoras (es decir, de Endesa). As¨ª que bastar¨¢ que un Ayuntamiento, preocupado por la calidad del suministro, reclame el soterramiento del tendido de 220 para que pasen a propiedad de la distribuidora. La proposici¨®n no desciende a la trivialidad de revelar qui¨¦n financia las obras, ni si es aplicable a activos presentes o futuros, ni descubre a trav¨¦s de qu¨¦ conjuro m¨¢gico se transmutar¨¢ la propiedad de la red, porque el titular de un derecho o activo no est¨¢ obligado a cederlo ni a venderlo, est¨¦ a dos metros bajo tierra o a flor de suelo. Tampoco ilustra, faltar¨ªa m¨¢s, sobre las condiciones de precio o plazo de la supuesta transacci¨®n obligada.
A nadie debe sorprender la inepcia de la proposici¨®n. Responde a la retorcida pr¨¢ctica de que en Espa?a los que deciden no son los mismos que pagan y al motivo probable, compartido entre las fuerzas vivas catalanas y Endesa, de reducir la presencia de REE de las ciudades catalanas. El mallado de la red el¨¦ctrica en Barcelona, orillado por Endesa en los ¨²ltimos diez a?os, debe ser un objetivo prioritario de inversi¨®n, pero no est¨¢ tan claro qui¨¦n debe pagar el soterramiento de los cables cuya decisi¨®n parecen atribuirse la Generalitat o los ayuntamientos.
Un berengenal
Si cupiera esperar del Ministerio de Industria, silencioso observador de este berenjenal, alg¨²n gesto de firmeza, bien podr¨ªa ejercerlo con la imposici¨®n de las siguientes condiciones inexcusables para precisar y desarrollar la propuesta del Consell: 1. Todos los soterramientos deber¨¢n ser autorizados, uno por uno, por el departamento del se?or Clos; 2. La tarifa, es decir, la bolsa constituida por los ingresos que provienen de los recibos de todos los consumidores espa?oles, sufragar¨¢ el mallado de la red de Barcelona; lujos como los cables soterrados deber¨¢n cargarse en las cuentas auton¨®micas o municipales; 3. Si finalmente, y como efecto de un debate en el Parlament, resultara que el cableado de 220 bajo tierra y las estaciones y subestaciones a?adidas debe caer en manos de Endesa u otra distribuidora privada, el precio de venta de los activos deber¨ªa ser al menos de 7,98 veces el Ebitda de esos activos, es decir, de los ingresos reconocidos que se derivan del flujo de caja a fecha de hoy. Porque ¨¦sa es exactamente la cantidad que pag¨® REE a Endesa por los cables e "instalaciones subsidiarias" a partir de 2003.
Seguro que la Generalitat, Endesa, las fuerzas vivas catalanas y la propia CNE son los primeros interesados en defender que el vaiv¨¦n de compraventas no tenga como efecto secundario que las plusval¨ªas se quedan en el sector privado, como en tiempos del INI franquista.
Desperfectos del pasado y conflictos futuros
Los responsables de REE cometieron el error de comprar los activos de transporte de Endesa e Iberdrola y otras compa?¨ªas sin comprobar el estado de lo comprado. Compete desde luego al comprador cerciorarse de la calidad de lo que se compra. Hoy es demasiado tarde para excusarse en la mala calidad de las estaciones, subestaciones y cables adquiridos, pero al menos un recuento de calidades aclarar¨¢ las pr¨¢cticas negligentes de algunas empresas durante a?os.
REE pag¨® a Endesa unos 900 millones de euros por los activos de transporte en toda Espa?a. No ha sido un gran negocio. Pronto hubo que organizar un plan de inversi¨®n para "reparar" los desperfectos de las compras; y es un plan caro, porque asciende a 124 millones de euros. La exposici¨®n de motivos de ese plan interno consideraba urgente acomodar la calidad de las compras a los est¨¢ndares de Red El¨¦ctrica. En unos dos a?os se ha ejecutado una inversi¨®n de unos 80 millones de euros.
Antes de que termine octubre, la CNE se propone discutir algunos remedios para el desorden el¨¦ctrico catal¨¢n y el que se adivina en otras ciudades y en otros puntos cr¨ªticos del suministro el¨¦ctrico. Los consejeros se reunir¨¢n sin un temario demasiado estructurado, pero los corredores de apuestas cotizan como motivos de gresca interna el requerimiento de un operador independiente del transporte el¨¦ctrico -en la actualidad REE es al mismo tiempo el operador- y la calificaci¨®n funcional del transporte -es decir, que en una ciudad la red de 220 sea considerada de distribuci¨®n y no transporte-, una sugerencia perfectamente alineada con la proposici¨®n de Ley del Consell Executiu.
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