Dilemas y paradojas de Manuel Conthe
Encontrar libros sobre econom¨ªa divertidos o, al menos, entretenidos y bien escritos es tan dif¨ªcil como disfrutar de esa amenidad en las comparecencias de los ministros de Econom¨ªa o de los banqueros centrales de medio mundo, por no hablar de las p¨¢ginas de econom¨ªa de algunos peri¨®dicos. Hay muy pocos, contados. Tal vez El economista camuflado, de Tim Harford -periodista, por cierto-, o textos m¨¢s cortos como el casi inencontrable El reloj, el gato y Madagascar, de Jos¨¦ Luis Sampedro. En ingl¨¦s no escasean tanto, y en los ¨²ltimos a?os han aparecido t¨ªtulos como Reinventing the Bazaar, de John McMillan, o Naked Economics, de Charles Wheelan, por citar algunas sonadas excepciones a la regla. El nuevo libro de Manuel Conthe (Madrid, 1954) intenta transitar por esa v¨ªa.
La paradoja del bronce
Manuel Conthe
Editorial Noema
ISBN 978-84-8432-954-1
Fiel a las obsesiones del autor, La paradoja del bronce es un libro dif¨ªcil de clasificar. Presenta dilemas, aparentes contradicciones y espejismos a caballo entre la econom¨ªa, el derecho y la pol¨ªtica. El libro est¨¢ trufado de citas literarias -muy del gusto de Conthe, que las usa profusamente en p¨²blico- y funciona casi como una segunda parte de El mundo al rev¨¦s, anterior t¨ªtulo del autor. Con alguna sorpresa a?adida: descubre una faceta desconocida de Conthe. La de or¨¢culo.
"San Manuel [Bueno M¨¢rtir, de Miguel de Unamuno] acab¨® canonizado, sin desvelar que hab¨ªa perdido la fe. En el mundo real, el genuino santo, h¨¦roe o estadista es quien cuenta la verdad. Aunque a veces acabe martirizado", cuenta en el cap¨ªtulo 'Dilemas de san Manuel', en lo que parece casi un ep¨ªlogo de su sonada salida de la CNMV. "Ni bueno, ni santo ni mucho menos m¨¢rtir", se describ¨ªa con divertida iron¨ªa el propio Conthe en la presentaci¨®n del libro, el pasado jueves en Madrid.
Conthe es licenciado en Derecho y curs¨® tambi¨¦n estudios de Econom¨ªa. En su curr¨ªculo destacan varios cargos en la Administraci¨®n y su paso por varios organismos internacionales, con tres a?os en Bruselas y seis en Washington, en el Banco Mundial. Conthe se autodefine como "keynesiano perezoso" en su trabajo como escritor: el libro se nutre de forma predominante de las cr¨®nicas que escribi¨® desde EE UU entre 1999 y 2003, que se hab¨ªa comprometido a escribir para Expansi¨®n. Como buen libro de paradojas, ¨¦se es uno de sus puntos fuertes y a la vez una de sus flaquezas.
Las cr¨®nicas, agrupadas en cap¨ªtulos que giran en torno a una idea central, funcionan como c¨¢psulas que facilitan la lectura. Y a su vez dejan la impresi¨®n de una segmentaci¨®n excesiva, de cierta reiteraci¨®n en algunas tem¨¢ticas, como el propio Conthe reconoce.
Aun as¨ª, el libro est¨¢ salpicado de hallazgos. El t¨ªtulo est¨¢ inspirado en una paradoja psicol¨®gica que se constat¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Los atletas que ganan medallas de bronce se sienten m¨¢s felices que quienes consiguen la plata. La raz¨®n es que el medallista de bronce se compara con quienes no suben al podio, no con quienes han ganado el oro. Conthe ofrece una lectura destinada a la pr¨¢ctica empresarial. O a la vida cotidiana: "Crear falsas expectativas o albergar esperanzas excesivas es un grave error: puede conducir a la frustraci¨®n en caso de fracaso y a la falta de aprecio del ¨¦xito".
El autor alud¨ªa en la presentaci¨®n al error que supone leer La paradoja del bronce a la luz de su biograf¨ªa reciente. Pero la tentaci¨®n est¨¢ ah¨ª, pr¨¢cticamente a cada p¨¢gina. El cap¨ªtulo sobre los espejismos de la memoria describe la escasa fiabilidad de los recuerdos por el "sesgo retrospectivo". "Filtrado el desasosegador efecto de la incertidumbre, el pasado se nos aparece m¨¢s feliz de lo que en realidad fue", escribe Conthe, quien a su vez se declaraba "tremendamente satisfecho" de la decisi¨®n de dimitir al frente de la CNMV, ya con unos meses de perspectiva. Locuaz, directo y, como siempre, de lo m¨¢s c¨¢ustico ante la prensa: "El libro est¨¢ ya en las librer¨ªas, pero tal vez algunas no le han prestado la atenci¨®n suficiente. Ser¨¢ cuesti¨®n de escribir un futuro Cartas a un joven inversor, o cosas as¨ª".
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