El Rey, Zapatero y el consenso que hizo posible el nuevo Prado

El nuevo Prado nacido de la cabeza y los dedos de Rafael Moneo vivi¨® ayer su primer momento de la verdad, tras una d¨¦cada de reformas y ampliaci¨®n. Han sido necesarios m¨¢s de 152 millones de euros y un alto grado de consenso para sacar adelante el proyecto, uno de los m¨¢s comentados y controvertidos de los ¨²ltimos tiempos en Espa?a. Coincidieron en ello los Reyes y el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, encargados de cortar la cinta inaugural.

"M¨¢s que un gran d¨ªa para un excepcional museo, es un gran d¨ªa para Espa?a", dijo el presidente, "porque lo es para todos los que aman el arte, la expresi¨®n m¨¢s alta de la cultura decantada de los pueblos, la que trasciende ¨¦pocas y fronteras, y la que es capaz de unir en un mismo sentimiento y en un id¨¦ntico disfrute a todos cuantos compartimos la misma condici¨®n humana". Rodr¨ªguez Zapatero fue especialmente generoso a la hora de repartir m¨¦ritos: "Este proyecto se debe por igual al anterior Gobierno del PP y al actual Ejecutivo", reconoci¨®.

"El proyecto se debe al actual Gobierno y al del PP", dice el presidente

El rey Juan Carlos, que mostr¨® gran inter¨¦s en muchos detalles de la ampliaci¨®n, incidi¨® en la misma idea. Aprovech¨® su discurso para alabar el consenso pol¨ªtico que hizo posible que las obras salieran adelante pese a los numerosos problemas que hicieron peligrar el proyecto en varias ocasiones. "Ahora, el Prado se ha convertido en un buque insignia de nuestro rico y variado patrimonio pict¨®rico y escult¨®rico en el siglo XXI", dijo.

Los Reyes, los pr¨ªncipes de Asturias, Rodr¨ªguez Zapatero, y Pl¨¢cido Arango, presidente del patronato del museo, recorrieron el Prado de Moneo y las dos exposiciones inaugurales: El siglo XIX en el Prado y El toro mariposa, de Goya. Y eligieron el lugar preciso en el que quer¨ªan posar para la posteridad: la monumental obra Fusilamiento de Torrijos y sus compa?eros en las playas de M¨¢laga, de Antonio Gisber, un encargo del Gobierno liberal de Sagasta como ejemplo de la defensa de las libertades.

El Prado que visitaron es mucho m¨¢s luminoso y tiene un 50% m¨¢s de capacidad que antes de la reforma m¨¢s importante de sus casi 200 a?os de historia (la ampliaci¨®n ha sido de 22.400 metros cuadrados). Se ha convertido adem¨¢s, seg¨²n destacaron ayer, en un reflejo de la modernidad de Espa?a.

Los fastos inaugurales del renacido Prado arrancaron al filo del mediod¨ªa. Pero una hora antes de que las autoridades se personaran en el museo, el gran vest¨ªbulo al que se accede por la puerta de los Jer¨®nimos y que sirve de distribuidor entre la parte antigua y la nueva se encontraba ya abarrotado de invitados relacionados con el mundo de la cultura.

Entre las personalidades de la comitiva que asisti¨® al acto se encontraban los directores de algunos de los m¨¢s importantes museos del mundo, de visita estos d¨ªas en Madrid, adem¨¢s de un gran n¨²mero de galeristas y de artistas. Junto a ellos, gente del ¨¢mbito de las finanzas como Florentino P¨¦rez, Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA, entidad que patrocina la exposici¨®n inaugural, o Jos¨¦ Mar¨ªa Entrecanales.

No faltaron tampoco antiguos directores del museo y ex ministros de Cultura, aunque se ech¨® de menos a alguno de ellos, como Jorge Sempr¨²n o Carmen Calvo. La ausencia de ¨¦sta fue la m¨¢s comentada a lo largo de un recorrido que termin¨® ante las inmensas puertas de la escultora Cristina Iglesias. El Rey se interes¨® por el mecanismo que hace que las monumentales piezas de acero se abran como si fueran de papel.

?se fue el primer momento de la verdad del nuevo Prado. El segundo llegar¨¢ hoy mismo, cuando el edificio concebido por Villanueva y retocado por el arquitecto navarro se abra por fin al p¨²blico, en lo que se presume una jornada de colas interminables.

Pl¨¢cido Arango, presidente del Patronato del Prado; C¨¦sar Antonio Molina, ministro de Cultura; Sonsoles Espinosa y Rodr¨ªguez Zapatero, los Reyes, los pr¨ªncipes de Asturias y el director del Prado, Miguel Zugaza (de izquierda a derecha), posan ante el cuadro Fusilamiento de Torrijos y sus compa?eros en las playas de M¨¢laga, de Antonio Gisbert.