La incertidumbre se traslada a China
Ahora que el d¨®lar ha ca¨ªdo m¨¢s de un 40% desde la que fue su cotizaci¨®n m¨¢s alta frente al euro, el proceso de reequilibrio financiero mundial est¨¢ en camino. El d¨¦ficit comercial y de cuenta corriente estadounidense ha empezado a disminuir en proporci¨®n al PIB estadounidense y mundial. Los excedentes por cuenta corriente asi¨¢ticos est¨¢n tambi¨¦n a punto de disminuir, en especial si el crecimiento se ralentiza notablemente en Estados Unidos como consecuencia del final del auge inmobiliario.
Por el momento, Europa es la que m¨¢s ha acusado el golpe, ya que el valor del euro respecto al d¨®lar ha subido m¨¢s y con m¨¢s rapidez. Pero Latinoam¨¦rica y Asia empezar¨¢n tambi¨¦n a experimentar dificultades, ahora que el papel de importador de ¨²ltimo recurso para la econom¨ªa mundial que Estados Unidos ha mantenido durante una d¨¦cada se aproxima a su fin.
La econom¨ªa mundial se enfrenta al peligro de un desplome repentino del valor del d¨®lar y del euro frente a las monedas asi¨¢ticas
Siempre que los desequilibrios de los flujos de comercio y capitales mundiales se relajen lenta y suavemente, la magnitud de cualquier tensi¨®n econ¨®mica mundial deber¨ªa ser relativamente peque?a. Por supuesto, no le parecer¨¢ peque?a a los exportadores y a sus trabajadores que pierdan los mercados estadounidenses, o a los estadounidenses que pierdan el acceso al capital barato proporcionado por los extranjeros. Pero los pr¨®ximos a?os traer¨¢n un problema de pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s amenazador y grave que la relajaci¨®n de los desequilibrios mundiales.
S¨ª, Estados Unidos podr¨ªa experimentar una peque?a recesi¨®n; las probabilidades de que ocurra son del 50%. S¨ª, una recesi¨®n estadounidense podr¨ªa extenderse al resto del mundo y causar una recesi¨®n mundial. Y s¨ª, es improbable que el crecimiento mundial de los pr¨®ximos cinco a?os sea tan r¨¢pido como el de los cinco anteriores. No hay, sin embargo, una probabilidad abrumadora de que se d¨¦ una recesi¨®n formal, y es probable que sea peque?a. La perspectiva de que el aterrizaje sea forzoso se hace menos probable cada d¨ªa que pasa.
En dos supuestos veros¨ªmiles -ambos referentes a China- la relajaci¨®n de los desequilibrios mundiales podr¨ªa causar una depresi¨®n regional o incluso global. En el primer supuesto, China sigue intentando mantener el pleno empleo en Shanghai, Guangzhou no mediante el est¨ªmulo de la demanda interna sino intentando fomentar a¨²n m¨¢s las exportaciones a costa de mantener el renminbi estable respecto al d¨®lar y devalu¨¢ndose respecto al euro.
El esfuerzo de mantener la tasa de cambio d¨®lar / renminbi a un nivel aprobado por el Consejo Estatal chino ya ha provocado un enorme aumento de la liquidez financiera de la econom¨ªa china. Las consecuencias de dicha liquidez se manifiestan ahora en la inflaci¨®n inmobiliaria y del mercado burs¨¢til, pero todav¨ªa no en una inflaci¨®n desatada y descontrolada de los precios al consumo, al menos por el momento. Pero si China no acelera la revalorizaci¨®n del renminbi, el mundo podr¨ªa contemplar un gran estallido de la inflaci¨®n al consumo en China en los pr¨®ximos tres o cuatro a?os. Si eso ocurriese, las consecuencias variar¨¢n entre la destructiva inflaci¨®n descontrolada conocida por buena parte de Latinoam¨¦rica despu¨¦s de la II Guerra Mundial o la estanflaci¨®n. Las consecuencias de este supuesto, sin embargo, se limitar¨¢n en gran medida a Asia.
El segundo supuesto es m¨¢s peligroso para todo el mundo. En ¨¦l, nuevamente China sigue intentando mantener el pleno empleo a costa de conservar el renminbi infravalorado. Pero esta vez, el Gobierno chino consigue controlar la inflaci¨®n interna, de modo que el d¨¦ficit comercial estadounidense con Asia deja de caer y empieza a subir nuevamente, al igual que el de Europa, mientras que Latinoam¨¦rica se encuentra expulsada de sus mercados de exportaci¨®n por un exceso de precio. De aqu¨ª a cinco o seis a?os, el mundo se enfrenta al peligro que afront¨® hace dos a?os, aunque el temor esta vez no es un desplome repentino del valor del d¨®lar, sino un desplome repentino del valor del d¨®lar y del euro frente a las monedas asi¨¢ticas.
El secretario del Tesoro de Richard Nixon, John Connally, dijo que mientras el d¨®lar fuese la moneda estadounidense, su alineamiento incorrecto era problema de Europa. Hoy, el alineamiento incorrecto del d¨®lar y del euro frente al renminbi es cada vez m¨¢s un problema de Asia.
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