"El cine es una especie en extinci¨®n"
Vicente Molina Foix (Elche, 1946) se considera "un escritor con veleidades de cine" al que la suspensi¨®n del rodaje de su segunda pel¨ªcula (El dios de madera) en abril de 2006 supuso "una bendici¨®n". Una pausa indefinida que le permiti¨® afrontar con m¨¢s ganas la conclusi¨®n de su novela El abrecartas (Anagrama), ungida con el Premio Nacional de Narrativa, y la redacci¨®n de dos nuevos libros: Tintoretto y los escritores (Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores) y El cine de las s¨¢banas h¨²medas (Espejo de Tinta), que promociona estos d¨ªas. Sobre la mesa de su cuarto de estar, situado en un decimosexto piso con vistas a todo Madrid, una hoja de sellos con la cubierta de El abrecartas impresa en ellos. As¨ª Correos y Tel¨¦grafos ha decidido homenajearle y ¨¦l muestra la serie orgulloso: "Voy a emplearlos en mandar cartas a mis amigos".
"Me dejaban entrar en pel¨ªculas que la f¨¦rrea censura eclesi¨¢stica no permit¨ªa, e incluso ve¨ªa las 'gravemente peligrosas"
En Espejo de Tinta le encargaron un libro sobre sus ¨ªdolos cinematogr¨¢ficos y ¨¦l, divertido con la idea pero convencido de que la mitoman¨ªa "es una enfermedad juvenil", opt¨® por rendir tributo a los "mitos compartidos". Un recuerdo al mit¨®mano que fue. "No quer¨ªa que fuese un libro para ancianos mit¨®manos, sino sobre el mito. En el cine y el teatro los textos son fundamentales, pero en realidad son artes de la representaci¨®n, y eso lo hacen los actores. Por ello El cine de las s¨¢banas h¨²medas tiene una mirada hacia el Olimpo de las grandes figuras, los grandes dioses. B¨¢sicamente los muertos, porque es entonces cuando se alcanza esa categor¨ªa".
Su cultura de cine naci¨® en una filmoteca de Londres. All¨ª vivi¨® nueve a?os y raro era el d¨ªa que no la frecuentaba. Aunque su afici¨®n se remonta a su infancia alicantina. "Ten¨ªa una ventaja y es que siendo ni?o no pagaba. Mi padre, por su cargo en la diputaci¨®n, ten¨ªa pase para los cines y yo lo pod¨ªa utilizar. Adem¨¢s, me dejaban entrar en pel¨ªculas que entonces la f¨¦rrea censura eclesi¨¢stica no permit¨ªa, e incluso ve¨ªa las gravemente peligrosas. El pase me hac¨ªa sentir m¨¢s adulto".
En su lista de mitos no hay espacio para feos oficiales, pero ¨¦l se defiende: "Hay gente a quien no le parece guapo Elvis. Me dicen: 'Parece una mu?econa'. Marlene Dietrich o Greta no son guapas en el sentido tradicional. Lo son Rita y Ava, que no est¨¢n porque no quer¨ªa hacer un cat¨¢logo. Quer¨ªa que el libro tuviese la dimensi¨®n que tiene, doscientas y pico p¨¢ginas, un cat¨¢logo de maravillas todo ¨¦l".
Quienes tampoco han encontrado un hueco son los artistas espa?oles -tan s¨®lo es protagonista ?ngela Molina-, y ¨¦l se escuda en el pudor. "Estuve tentado de meter a Imperio Argentina, que para m¨ª es una verdadera leyenda. La conoc¨ª, escrib¨ª un libro... me fascin¨®. Pero para mucha gente no es ya conocida. Pero hablo de Javier Bardem, Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, Ana Bel¨¦n, Banderas...". Con ?ngela Molina hab¨ªa trabajado en su ¨®pera prima como cineasta, Sagitario, y le pareci¨® la mejor manera de plantear "la necesidad de enamorarte del actor que tiene el director y quiz¨¢ el espectador".
Un amor al cine que, en opini¨®n de Molina Foix, es necesario preservar: "Nadie piensa que hay que dejar de subvencionar la ¨®pera, la m¨²sica sinf¨®nica... El cine forma parte de esas especies en extinci¨®n que debemos proteger. Es triste pero es as¨ª. Igual que queremos que haya un mart¨ªn pescador en una marisma, a una pel¨ªcula de autor hay que ayudarla. Es la norma". Una defensa que pasa por las ayudas p¨²blicas. "Es un sentimiento un poco franquista pensar que el Estado te va a dar la subvenci¨®n para que no le critiques. El cineasta no pierde ninguna libertad, lo que pierde es tiempo en comisiones...".
Como muchos compa?eros de generaci¨®n, explica el autor de El novio de cine, no supo si quer¨ªa ser director o escritor. Aficionado al cine, cr¨ªtico, guionista de Augusto Mart¨ªnez Torres -El esp¨ªritu animal (1971) y Correo de guerra (1972)- e incluso actor en dos filmes de ¨¦ste: El pecador impecable (1987) y Las pel¨ªculas de mi padre (2007), dio el paso a la direcci¨®n con Sagitario.
"Hice la pel¨ªcula, disfrut¨¦ much¨ªsimo y tuve los inconvenientes que se tienen habitualmente en el cine espa?ol. ?C¨®mo llegar al p¨²blico? ?Qui¨¦n decide c¨®mo hacerlo? En fin, sufr¨ª todas las miserias del cine espa?ol, pero la pel¨ªcula me dej¨® muy buen sabor y lleva camino de convertirse, como alguien vaticin¨®, en una pel¨ªcula de culto", recuerda sobre el filme estrenado en 2001. "Luego descans¨¦ de la parte m¨¢s antip¨¢tica del cine, me repuse plenamente y escrib¨ª dos o tres libros nuevos. Y hubo otro proyecto, a petici¨®n de alguien que quer¨ªa producir una pel¨ªcula. Estuvo a punto de hacerse en alg¨²n momento de los ¨²ltimos dos a?os, pero que se desvaneci¨®". En abril de 2006 todo parec¨ªa preparado, hab¨ªa hecho un casting, ten¨ªa protagonista... y las citadas ayudas no llegaron. Hubo que echar el freno.
Ahora ve el par¨®n como una ventaja que le facult¨® para terminar El abrecartas, que tantas alegr¨ªas le ha dado. "Cog¨ª con m¨¢s ganas la novela, la termin¨¦, la correg¨ª, supervis¨¦ unas pruebas que fueron muy delicadas. Ha sido un libro con cr¨ªticas muy buenas, sobre todo las de la gente...", se felicita. Su intenci¨®n tras sacar tres libros al mercado en un a?o es contenerse para no "abrumar" al lector. Probablemente retome el largometraje con un productor distinto y con unas perspectivas que se le antojan mejores.
"Bigas Luna me recomend¨® que hiciese tres pel¨ªculas y que luego me retirara si quer¨ªa, porque si no sabr¨ªa qu¨¦ es realmente el cine". Y ¨¦l est¨¢ dispuesto a seguir el consejo pues disfruta con todo el proceso -"incluidas cosas aburridas para los directores como son los castings, las localizaciones"- porque logra romper el aislamiento propio de su quehacer. "En Sagitario estuve muy protegido y aprend¨ª mucho. Ahora sabr¨ªa hacer mejor cine y me gustar¨ªa aplicarlo". -
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