La furia acompa?a el entierro de Bhutto
Cientos de miles de personas acuden al sepelio en el pueblo natal de la pol¨ªtica - Las protestas se extienden por varias ciudades de Pakist¨¢n y causan 31 muertos
Hakim Ali Mangi, el im¨¢n que enterr¨® en 1979 a Zulfikar Ali Bhutto, fue el encargado ayer de presidir el entierro de su hija Benazir, asesinada el jueves tras pronunciar un mitin en Rawalpindi. Zulfikar Ali Bhutto fue el primer presidente civil de Pakist¨¢n y fue derrocado por un golpe militar en un s¨ªmbolo m¨¢s de la violencia pol¨ªtica que azota Pakist¨¢n desde su independencia en 1947. Cientos de miles de personas acudieron indignadas al sepelio de la ex primera ministra y presidenta del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP) en Garhi Khuda Bakhsh, la localidad natal de Benazir Bhutto, en el distrito de Larkana, al sur del pa¨ªs. La pol¨ªtica ten¨ªa 54 a?os.
La multitud llor¨®, grit¨® y mostr¨® su rabia al acompa?ar en el cortejo f¨²nebre al viudo de la pol¨ªtica, Asif Ali Zardari, y a sus tres hijos, que segu¨ªan al f¨¦retro cubierto con los colores rojo, verde y negro del PPP. Los tres hijos de la pareja son Bilawal, un muchacho de 19 a?os, y las chicas son Bakhtawar, de 17, y Aseefa, de 14. Asif Ali Zardari vive exiliado en Dubai.
El viudo de Bhutto y los tres hijos de la pareja presidieron el sepelio
La multitud lanz¨® gritos contra Musharraf y contra Estados Unidos
En una ceremonia ca¨®tica, los restos de Benazir Bhutto fueron enterrados en el mausoleo familiar, cerca del lugar donde descansa su padre. Los manifestantes corearon consignas contra el presidente paquistan¨ª, Pervez Musharraf, y contra Estados Unidos, una potencia a la que acusan de respaldar al antiguo general con la esperanza de que mantenga la estabilidad en un pa¨ªs que dispone de capacidad nuclear y azotado por la violencia islamista. "?Verg¨¹enza para el asesino Musharraf! ?Verg¨¹enza para los asesinos de Estados Unidos!", gritaron.
El cad¨¢ver de la dirigente de la oposici¨®n paquistan¨ª hab¨ªa sido trasladado en un avi¨®n militar hasta Sukkur, en la sure?a provincia de Sindh, y el cortejo f¨²nebre parti¨® de la residencia familiar en la localidad de Naudero hasta Garhi Khuda, distante unos cinco kil¨®metros. Sus seguidores se concentraron junto al mausoleo, adonde llegaron en coches, autobuses, tractores y todo tipo de veh¨ªculos. Las masas formaron espont¨¢neamente hileras para rezar en la explanada cercana al pante¨®n. Muchos de los fieles se golpeaban la cabeza y el pecho en se?al de duelo y desesperaci¨®n.
A la casa familiar acudi¨®, adem¨¢s de su marido y de sus hijos, su hermana Sanam, la ¨²nica que queda viva en la familia, ya que otros tres hermanos de Benazir fueron asesinados. Entre los asistentes al sepelio se encontraba el vicepresidente del PPP, Amin Fahim, que ayer declar¨® 40 d¨ªas de luto en el partido. Esta formaci¨®n opositora, que aparec¨ªa como favorita para las elecciones legislativas del pr¨®ximo 8 de enero, debat¨ªa ayer sobre su participaci¨®n en los comicios despu¨¦s del brutal atentado, en el que la cifra de v¨ªctimas se eleva a 28 personas.
Al igual que en el resto del pa¨ªs, en las calles de Garhi Khuda se respiraba una mezcla de perplejidad, ira y desesperaci¨®n por la muerte de la l¨ªder opositora al r¨¦gimen de Pervez Musharraf. "Con su muerte hemos perdido toda esperanza", coment¨® Abbas Raza, un empleado de banca de Lahore, citado por la agencia Reuters, que resum¨ªa el estado de ¨¢nimo de buena parte de la poblaci¨®n. Adorada en las zonas rurales y pobres de Pakist¨¢n, la asesinada Benazir Bhutto se hab¨ªa convertido tambi¨¦n en un faro, una referencia para la cada d¨ªa m¨¢s amplia clase media del pa¨ªs.
El gran ausente en el sepelio fue el dirigente de la Liga Musulmana-N, Nawar Sharif, que dio el p¨¦same por tel¨¦fono al marido de Benazir. No obstante, razones de seguridad aconsejaron al otro gran l¨ªder de la oposici¨®n no asistir al entierro. El Gobierno paquistan¨ª advirti¨® a Sharif de que pod¨ªa ser objetivo de un ataque terrorista.
Desde que se conociera la muerte de Benazir Bhutto, v¨ªctima de un atentado suicida el jueves por la tarde en Rawalpindi, sus seguidores han salido a las calles de varias ciudades de Pakist¨¢n para manifestar su furia y para culpar a Musharraf del asesinato de su l¨ªder. Las protestas m¨¢s violentas se han desarrollado en ciudades del sur del pa¨ªs, feudo del PPP. En total, 31 personas murieron ayer en los disturbios y enfrentamientos con la polic¨ªa, seg¨²n informaron distintas autoridades gubernamentales. Grupos de opositores al Gobierno destrozaron oficinas bancarias, incendiaron autobuses y trenes y saquearon tiendas en una fren¨¦tica escalada de violencia. La cadena de televisi¨®n Dawn inform¨® de que hab¨ªan sido destruidas unas 200 sucursales bancarias. Los sectores m¨¢s radicalizados llegaron incluso a bloquear carreteras con barricadas.
Las manifestaciones alcanzaron tal virulencia en algunas urbes, como Karachi y Hyderabad, que obligaron al Gobierno a ordenar la salida de tropas a la calle para patrullar. El despliegue militar vino a sumarse a la presencia policial que, en el caso de Karachi, la ciudad m¨¢s poblada de Pakist¨¢n, alcanz¨® los 10.000 miembros de las fuerzas de seguridad. El ministro del Interior de la provincia de Sindh, Akhtar Zaman, se?al¨® ayer: "Estamos previendo que la situaci¨®n puede empeorar todav¨ªa m¨¢s despu¨¦s del funeral".
Las medidas de seguridad se extendieron ayer a la vecina India, donde el Gobierno orden¨® a sus destacamentos fronterizos que se situaran en "estado de m¨¢xima alerta". Asimismo, las autoridades indias decidieron suspender, hasta nuevo aviso, algunas l¨ªneas de autobuses y de trenes entre los dos pa¨ªses ante el temor a una ampliaci¨®n de los disturbios en ciudades paquistan¨ªes. Entre las reacciones que llegaron del otro lado de la frontera destac¨® la de Sonia Gandhi, viuda del tambi¨¦n asesinado dirigente pol¨ªtico Rajib Gandhi, que calific¨® el atentado contra Benazir Bhutto de un "acto abominable".
India suele ordenar el estado de alerta a sus fuerzas fronterizas en respuesta a las crisis que vive Pakist¨¢n. Ambos pa¨ªses, que cuentan con armamento nuclear, mantienen litigios en torno a la regi¨®n de Cachemira. La condici¨®n de potencia nuclear de Pakist¨¢n es motivo de preocupaci¨®n tanto en India como en las capitales occidentales ante la incertidumbre sobre la evoluci¨®n de los acontecimientos.
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