La experiencia contra el cambio
Hillary Clinton explota su paso por la Casa Blanca ante la juventud de Barack Obama
![Antonio Ca?o](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fbeac12ba-699c-4d3e-89c6-e30be1d9a86c.png?auth=74fed457e58f28ed1f5682cefdc437f0ffd7a482e0124e2212ab78e056c83af2&width=100&height=100&smart=true)
Iowa ha sido, probablemente, el ¨²nico lugar del mundo en el que el asesinato de la ex primera ministra de Pakist¨¢n Benazir Bhutto no ha desatado una ola de angustia por el peligro que representa para la paz mundial. A cuatro d¨ªas de los caucuses para elegir candidato presidencial, la magnitud de ese terrible acontecimiento se mide, como todo lo dem¨¢s, en t¨¦rminos de su influencia en esta campa?a electoral, la m¨¢s apretada que se recuerda en Estados Unidos. Lo que m¨¢s importa del asesinato de Bhutto en Iowa es saber a qui¨¦n beneficia y a qui¨¦n perjudica para ser presidente.
Aunque todos fueron muy cuidadosos para no ser acusados de utilizar pol¨ªticamente una tragedia de esas dimensiones, no ha sido dif¨ªcil comprobar que Hillary Clinton, cuyas principales credenciales son las de la experiencia, la solvencia intelectual y la prudencia, ha cre¨ªdo ver en los acontecimientos de Pakist¨¢n la prueba de que su propio perfil es el que mejor se ajusta al del l¨ªder que los norteamericanos necesitan en estos momentos.
En Iowa, Pakist¨¢n cuenta para saber a qui¨¦n beneficia para ser presidente
Un 40% prefiere a Hillary Clinton como comandante en jefe ante Obama (29%)
Una victoria en Iowa convierte a un candidato en el personaje de moda
Obama: "Conf¨ªo en que la gente vote seg¨²n sus sue?os, no seg¨²n sus miedos"
Barack Obama, que, por el contrario, corre sobre una plataforma de cambio y relevo generacional, tuvo que modificar el jueves lo que se esperaba como su gran discurso de cierre de campa?a, basado en su buc¨®lico panorama regeneracionista, y adaptarlo deprisa y corriendo a las concretas y preocupantes noticias que llegaban de Rawalpindi.
No es este un terreno c¨®modo para Obama, a quien los electores ven con m¨¢s reservas por su juventud e inexperiencia que por el color de su piel. En una encuesta reciente de The Wall Street Journal y la cadena NBC, un 40% del electorado consideraba que Hillary Clinton se acoplaba mejor que ning¨²n otro candidato al papel de comandante en jefe que lleva consigo la presidencia. S¨®lo un 29% prefer¨ªa a Obama con esa responsabilidad.
El senador de Illinois ha tratado de salir de esta imprevista circunstancia internacional vinculando los sucesos de Pakist¨¢n a la guerra de Irak y al voto a favor que en su d¨ªa emiti¨® la tambi¨¦n senadora Hillary Clinton. "No se puede estar en sinton¨ªa con el pensamiento tradicional en asuntos tan profundos como una guerra y al mismo tiempo ofrecerse como el l¨ªder que est¨¢ preparado para conducir al pa¨ªs por un nuevo y mejor camino", repite Obama en sus m¨ªtines.
M¨¢s claro, el principal estratega de la campa?a de Obama, David Axelrod, manifest¨® a los periodistas tras el asesinato de Bhuttho que "Obama se opuso a la guerra de Irak porque tem¨ªa que pudiera desviar la atenci¨®n sobre Al Qaeda, Pakist¨¢n y el conjunto de la regi¨®n". "Obama considera", explic¨® Axelrod, "que ahora se necesita un presidente que sepa analizar estos acontecimientos, que comprenda el mundo y que sepa llevarnos por el camino adecuado, en contra de las ideas tradicionales".
Obama estaba todav¨ªa este fin de semana ligeramente por delante de Clinton en las encuestas en Iowa, pero es consciente de que esa ventaja de apenas dos puntos no es suficiente para garantizar su victoria el jueves, d¨ªa 3 de enero. Menos a¨²n si se considera la fama del electorado dem¨®crata de Iowa de decantarse, en el ¨²ltimo momento, por el candidato m¨¢s s¨®lido, el m¨¢s seguro, el que m¨¢s posibilidades tenga de obtener la victoria final en las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
Iowa es el primer paso hacia esa fecha. Un paso decisivo, no tanto por lo que ese Estado representa en s¨ª mismo en cuanto a n¨²mero de electores, sino por el efecto de contagio que suele producir en el resto del pa¨ªs. Una victoria en Iowa convierte autom¨¢ticamente a un candidato en el personaje de moda, le da primeras p¨¢ginas en los peri¨®dicos y le otorga dimensi¨®n nacional. Ganar en Iowa es como pasar un test de credibilidad, como ganar unas oposiciones o un concurso de televisi¨®n.
Para Hillary Clinton, que todav¨ªa tiene una ventaja en torno a los 20 puntos en el conjunto nacional, una victoria en Iowa resulta fundamental para conservar su papel de favorita. Precisamente por eso, los responsables de su campa?a apenas pudieron disimular la ventajosa posici¨®n en la que el asesinato de Bhutto hab¨ªa puesto a su candidata.
"He conocido a Benazir Bhutto por m¨¢s de 12 a?os, he tenido el honor de encontrarme con ella como primera dama cuando era primera ministra", dijo Clinton inmediatamente despu¨¦s del crimen para disipar dudas sobre qui¨¦n lleva m¨¢s tiempo en esto de la pol¨ªtica y de las relaciones internacionales. "La verdad es que, a nivel personal, para aquellos que la conocimos", insisti¨®, "para los que pudimos observar su gran compromiso, su dedicaci¨®n, su deseo de seguir la estela de su padre, que tambi¨¦n fue asesinado, esto es una terrible, terrible tragedia".
Clinton relacion¨® sutilmente esa tragedia con la oportunidad que la democracia norteamericana ofrece a los ciudadanos de elegir a sus mejores representantes e invit¨® a los electores a acudir a votar teniendo presente que "estos terribles sucesos nos recuerdan lo importante que es que la poblaci¨®n de Iowa sea parte de este proceso". Termin¨® esa intervenci¨®n con el mismo lema que utiliza desde hace d¨ªas en todos los m¨ªtines de su campa?a: "Vamos a elegir un presidente". No a un muchacho aventurero que ni siquiera conoci¨® a Bhutto, le falt¨® por decir.
Este gran acontecimiento internacional ha potenciado lo que ha sido desde el principio una de las bases de la campa?a de Hillary Clinton. "Nadie aporta la combinaci¨®n de experiencia, visi¨®n y estrategia que yo he demostrado durante mucho tiempo", dijo la semana pasada en una entrevista al diario The Boston Globe.
La mayor parte de esa experiencia la debe Clinton al hecho de estar casada con el ex presidente Bill Clinton, cuyo paso por esta campa?a est¨¢ resultando irregular; intenso y beneficioso a veces, perjudicial en otras. A Bill Clinton le pierde en ocasiones su mala memoria, como cuando mencion¨® que ¨¦l hab¨ªa estado desde el principio en contra de la guerra de Irak, y frecuentemente obliga a los periodistas a recordarle su pasado. En los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a, Hillary ha preferido la compa?¨ªa en los actos electorales de su madre y su hija, lo que robustece, al mismo tiempo, el ¨¢ngulo femenino de su plataforma.
En la entrevista al Globe, Clinton se refiri¨® prudentemente a su experiencia acumulada durante sus a?os en la Casa Blanca y neg¨® que la Administraci¨®n de Clinton hubiese sido, en realidad, una copresidencia. "No, yo s¨®lo era un miembro del equipo", declar¨®. El diario The New York Times publicaba esta semana que, aunque, en efecto, Hillary Clinton influy¨® en su marido en algunos asuntos delicados como el affaire Monica Lewinsky, lo cierto es que nunca se sent¨® en una reuni¨®n sobre seguridad nacional ni particip¨® en las grandes decisiones sobre pol¨ªtica exterior, con lo que su experiencia acumulada en esos a?os es relativa. Por lo dem¨¢s, nunca ha ocupado un cargo de elecci¨®n popular.
En cualquier caso, frente a la exhibici¨®n de experiencia por parte de Clinton, Obama concluye su campa?a en Iowa apelando a la valent¨ªa de los ciudadanos para atreverse con la verdadera revoluci¨®n que ¨¦l representa y promete. "Quiero estar seguro de que la gente se concentra en hacer posible este gran cambio", dijo este fin de semana, "en que la gente se concentra en distinguir qui¨¦n tiene el mejor cr¨¦dito en el combate contra los intereses creados". "Conf¨ªo", repite solemnemente, "en que la gente vote atendiendo a sus sue?os y a sus esperanzas, no a sus miedos".
La experiencia frente a la ilusi¨®n y el cambio, Clinton frente a Obama. La alternativa m¨¢s clara que el electorado dem¨®crata tiene ahora delante, no es, sin embargo, la ¨²nica alternativa en Iowa.
John Edwards, el ex senador de Carolina del Norte y compa?ero de candidatura de John Kerry en 2004, no pudo presumir estos d¨ªas de haber conocido a Bhutto, pero s¨ª de haber hablado por tel¨¦fono con Pervez Musharraf, el presidente de Pakist¨¢n, con quien, por lo visto, se hab¨ªa entrevistado ya hace a?os en Islamabad para hablar de la ense?anza que se imparte en las madrazas y otros asuntos que pueden afectar a la seguridad de Estados Unidos. "Le he alentado", declar¨® Edwards, "a continuar por el camino de la democratizaci¨®n y le he pedido que permita que investigadores internacionales se ocupen de determinar qu¨¦ ha ocurrido, de forma transparente, lo cual tambi¨¦n beneficiar¨ªa al desarrollo de las elecciones del 8 de enero".
Edwards est¨¢ pegado a Obama y Clinton en las encuestas en Iowa. Le separan entre dos y cuatro puntos. Su desventaja respecto a ellos es que no ha conseguido adue?arse de ning¨²n espacio pol¨ªtico en particular. Ni representa una novedad, como Obama, ni es un valor seguro acreditado, como Clinton. Puede ser, no obstante, una buena opci¨®n para aquellos que buscan un candidato que combina algo de las dos estrellas y que no tiene ninguno de los inconvenientes de ambos: es hombre, es blanco, es progresista y ecologista, sure?o y familiar. Edwards tiene planta presidencial, es buen orador y, aunque no cuenta en las encuestas nacionales, puede aparecer en la escena si consiguiese una victoria en Iowa.
Todo el mundo est¨¢ pendiente de ese Estado. Es parte de la liturgia de la democracia americana, agudizado ahora por la incertidumbre del resultado. Hace cuatro a?os, apenas unos 150.000 dem¨®cratas acudieron a sus caucuses, un arcaico sistema electoral que consiste en reuniones ciudadanas en las que se discute el voto y se da la oportunidad de votar por segunda vez a los seguidores de los candidatos que no rebasen una cierta barrera de sufragios. Esta vez, todos los aspirantes han hecho un esfuerzo m¨¢ximo, tanto en recursos personales como econ¨®micos, para movilizar a un electorado muy exigente que estudia hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle del aspirante.
El ¨²ltimo esfuerzo de Hillary Clinton ser¨¢ en la noche de la v¨ªspera electoral, el 2 de enero, con un mensaje televisado por el que ha pagado 20.000 d¨®lares (13.600 euros) y que llegar¨¢ a medio mill¨®n de telespectadores. Clinton ha gastado en total 6,5 millones de d¨®lares en publicidad en Iowa. Menos que Obama, que ha invertido m¨¢s de ocho millones. Edwards no llega a tres millones.
Ya no tendr¨¢n que gastar m¨¢s. Ya est¨¢ el trabajo hecho. Los hoteles de Des Moines que durante meses han sido el centro neur¨¢lgico de la pol¨ªtica nacional comienzan a llenarse de maletas que esperan en el lobby su nuevo destino: New Hampshire, el 8 de enero.
![Hillary Clinton se dirige a sus seguidores durante un mitin celebrado el pasado jueves en Iowa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/M3G2F67V26KCSX5JYZ276OR5CA.jpg?auth=2e955b8993c58d556b1745063a5729f02fdc9e2b285d8f4d4daa8b6026fef5d1&width=414)
![Barak Obama reza en la iglesia de la Trinidad, en Chicago, durante una misa celebrada en 2004.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QZJEGJFN2Y2L3SD5APOWHMLKBY.jpg?auth=e0afd996d40c34619638bb1142cf213fee7ee3ad3a242d94ee76a3ed7ca67710&width=414)
![El candidato en las primarias del Partido John Edwards, el jueves, en Decorah (Iowa).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TW4DZLGGTFROMHZKPGAUGS2CCI.jpg?auth=26188ddfd920fdbb4a3c496f721d6fd1627beb8b432e8f6833b61eac92961453&width=414)
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