"Ya no valen treguas de ETA ni mesas"
Tres fundadores del Pacto de Ajuria Enea avalan la ilegalizaci¨®n de ANV
El 12 de enero de 1988, el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza y los l¨ªderes de todos los partidos democr¨¢ticos vascos firmaban en el Palacio de Ajuria Enea el primer gran acuerdo contra ETA. Veinte a?os despu¨¦s, tres de sus principales protagonistas -el vicelehendakari socialista Ram¨®n J¨¢uregui; el asesor en el Pacto del lehendakari Ardanza, Jos¨¦ Luis Zubizarreta, y el ex secretario general de Euskadiko Ezkerra Kepa Aulestia- opinan que con el Pacto de Ajuria Enea pretendieron, hace veinte a?os, "acosar a ETA para que abandonara la violencia y que la izquierda abertzale participara en la pol¨ªtica".
"Hubo una ¨²ltima oportunidad esta legislatura, pero ha sido imposible porque ETA y la izquierda abertzale son un bloque homog¨¦neo que sigue apostando por la violencia. Por tanto, ahora les decimos que no pueden participar. Tampoco sirven ya las treguas ni las mesas de di¨¢logo". Los tres fundadores del Pacto coinciden en este diagn¨®stico, incluida la ilegalizaci¨®n de ANV.
Los 17 puntos del Pacto de Ajuria Enea siguen siendo el principal referente pol¨ªtico de la lucha contra el terrorismo, fracasado el Pacto de Lizarra y vistas las limitaciones del Pacto Antiterrorista, que, adem¨¢s recog¨ªa muchos de sus aspectos, subraya Zubizarreta.
Prueba de su vigencia e importancia es que el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea inspir¨® la resoluci¨®n parlamentaria de mayo de 2005, el referente pol¨ªtico del fallido proceso de final dialogado del terrorismo de 2006.
Pero sus fundadores creen, ahora, que el Pacto necesita adecuarse porque "hay toda una experiencia y veinte a?os no pasan en balde", como dice J¨¢uregui.
El Pacto de Ajuria Enea tiene dos partes fundamentales: la unidad de los partidos frente a ETA para deslegitimar y acosar a la banda y una metodolog¨ªa para la paz. Esta segunda parte es la que necesita adecuaci¨®n, seg¨²n los tres fundadores.
Esa metodolog¨ªa para la paz est¨¢ recogida en el punto 10 del Pacto: "Si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad de poner fin a la misma y en actitudes inequ¨ªvocas que puedan conducir a esa convicci¨®n, apoyamos procesos de di¨¢logo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democr¨¢tico irrenunciable de que las cuestiones pol¨ªticas deben resolverse a trav¨¦s de los representantes leg¨ªtimos de la voluntad popular".
Zubizarreta y Aulestia creen que la aplicaci¨®n "literal" de esta propuesta "podr¨ªa servir para el futuro". El problema, a?aden, es que se aplic¨® de "forma voluntarista" tanto en el proceso de paz de Argel, de 1989, como en el proceso fallido el pasado a?o.
A su juicio, el "voluntarismo" procede de que al suscribir el Pacto pensaron que era posible que la izquierda abertzale se incorporara a la pol¨ªtica con todas sus consecuencias mientras ETA abandonaba la violencia. Por eso, en la tregua de 2006, el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero acept¨® dos mesas: la t¨¦cnica, entre el Gobierno y ETA, para resolver la cuesti¨®n de los presos, y la pol¨ªtica entre los partidos, con Batasuna.
En la tregua de 2006, la f¨®rmula de las dos mesas fracas¨®. "Se demostr¨® que la f¨®rmula de dos mesas fue err¨®nea porque en la mesa pol¨ªtica, la representaci¨®n de Batasuna era la de ETA y se pleg¨® a la banda armada. Esa f¨®rmula ya est¨¢ muerta", coinciden los fundadores.
Tampoco tienen ya credibilidad las treguas de ETA, que ya ha anunciado tres, desde 1989, con tres fracasos, coinciden.
A su juicio, s¨®lo es posible un final dialogado "si ETA abandona definitivamente las armas", se?ala J¨¢uregui. "El acoso a Batasuna y sus marcas, la ilegalizaci¨®n de ANV, hoy, es necesaria para que ETA interiorice su derrotal y lleguemos al final", a?ade Zubizarreta.
Pero la clave para llegar a ese final es la misma esencia del Pacto de Ajuria Enea: persistir en la unidad de los partidos contra ETA, deslegitimar a la banda ante la sociedad y aislarla. "Esta parte del Pacto est¨¢ hoy totalmente vigente y est¨¢ muy asumida en la sociedad vasca por el trabajo que entonces se hizo", se?alan los fundadores.
Este reto, la unidad contra ETA, la tratar¨¢n los partidos tras las elecciones de marzo. Pero hoy cuenta con un obst¨¢culo, el nuevo Plan Ibarretxe. J¨¢uregui y Aulestia creen que el plan debe someterse a "moratoria" hasta que ETA acabe. Y Zubizarreta lo dice con otras palabras: "El PNV tiene que defender la tesis de Josu Jon Imaz, primero la paz, y luego la pol¨ªtica".
"El otro problema que hoy tiene la unidad contra ETA procede de que todos los partidos saben que estamos en la fase terminal de la banda y nadie quiere que otro rentabilice ese final", subraya Aulestia.
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