El misterio del toro bravo
Los ganaderos son los verdaderos cient¨ªficos autodidactas del proceso de la selecci¨®n
Ortega y Gasset los llam¨® "profesionales de la furia", y Zorrilla los calific¨® en un verso como "destripadores de caballos". Pero eso era antes, cuando los espadas valerosos lidiaban a toros fieros que desparramaban genio y violentos derrotes al aire. Cuando Belmonte cambi¨® la norma, y la est¨¦tica se visti¨® de luces, cambi¨® la morfolog¨ªa y el car¨¢cter del protagonista de la fiesta. El animal grande y destartalado, ¨¢spero, brutal y rudo, se ha transformado en un toro guapo, arm¨®nico, bravo y noble que ha elevado el toreo a altas cotas art¨ªsticas. La clave de este cambio radical se llama selecci¨®n, el gran misterio de la tauromaquia.
El toro de hoy es un extra?o para los ascendientes de su propia especie, y los ganaderos -verdaderos cient¨ªficos autodidactas- se devanan los sesos para que la furia de anta?o no derive en aburrida dulzura. Es el misterio del toro, un animal ¨²nico e irrepetible, poderoso o inv¨¢lido, bravo o manso, violento o suave, con car¨¢cter o descastado, capaz de provocar la emoci¨®n m¨¢s intensa o el tedio m¨¢s sopor¨ªfero.
El animal grande y destartalado, ¨¢spero y rudo, se ha transformado en un toro guapo, arm¨®nico y noble
"Encierras a un miura en un cami¨®n", dice el veterinario Juan M. Mej¨ªas, "lo trasladas a Sevilla, y pierde 80 kilos"
"El toro es un misterio; sin duda. Yo cada vez s¨¦ menos. Cuanto m¨¢s avanzo, m¨¢s interrogantes se me abren", cuenta Fernando Cuadri, ganadero que lleva toda su vida dedicada al toro bravo. "Y lo curioso es que seleccionas sin un modelo", contin¨²a, "si te dedicas a criar caballos, la asociaci¨®n correspondiente te indica c¨®mo debe ser ese animal, pero aqu¨ª no; en el toro manejas actitudes como la casta, la bravura o la nobleza, y cada uno debe crear su propio modelo".
De parecida opini¨®n es Juan Miguel Mej¨ªas, veterinario dedicado al toro de lidia, quien se?ala que "en el misterio del toro radica su atractivo; ¨¦ste es el ¨²nico animal en el que se seleccionan comportamientos que, adem¨¢s, no son medibles".
Francisco Herrera, vicepresidente del Colegio de Veterinarios de Sevilla y miembro de uno de los equipos gubernativos de la Real Maestranza, valora de forma extraordinaria la labor de los ganaderos, que no son genetistas, ni veterinarios ni m¨¦dicos, y, sin embargo, son capaces de mantener un tipo de toro con el paso de los a?os. "Es tremendamente dif¨ªcil", afirma, "repartir en su justa medida las cualidades que debe tener un toro bravo porque el resultado final depende de m¨²ltiples factores; esto no es una carrera de caballos en el que gana es el que primero llega a la meta, sino que el toro depende del torero que le toca en suerte, de la categor¨ªa de la plaza, del p¨²blico... La selecci¨®n es dificil¨ªsima".
Cuadri tiene su propio modelo de toro: de capa negra, bajo, con mucha badana y acapachado de pitones, y con un comportamiento basado en la casta -af¨¢n de lucha-, bravura -capacidad de embestir- y nobleza -sin¨®nimo de obediencia-, aunque le asaltan serias dudas: "Estoy convencido", se?ala, "de que estas condiciones van en contra de la naturaleza; no es normal que un bovino se defienda atacando, porque su instinto es la huida". Alvaro Domecq, ganadero ya fallecido, apuntaba en su libro El toro bravo que "la selecci¨®n ha convertido al toro en un ser anormal", y que es "animal zool¨®gicamente cobarde, perteneciente a una especie que huye, a veces, en masa, y embiste por instinto de defensa y liberaci¨®n, cuando atacar es el ¨²nico camino que le queda".
?C¨®mo es el toro actual? Los tres est¨¢n de acuerdo en que antes se lidiaba y ahora se torea, lo que exige un toro m¨¢s bravo, m¨¢s suave, m¨¢s noble y con m¨¢s recorrido. "Se ha conseguido que embista", dice Mej¨ªas, "y que salgan m¨¢s toros buenos que antes, mejor alimentados, mejor cuidados y entrenados".
Herrera opina que "la fiesta ha evolucionado en funci¨®n de las apetencias del p¨²blico y de la imposici¨®n de las figuras". Y a?ade que "el toro no es un atleta, porque le sobran unos 50 kilos de media, pero tampoco un animal obeso y enfermizo, porque su estirpe no se lo permite y goza de una sanidad impecable".
Por su parte, Cuadri se?ala que "la evoluci¨®n de la fiesta la ha marcado el torero, forzado por los aficionados, de tal manera que lo ¨²nico que importa es el tercio de muleta, y los dos primeros han quedado reducidos a un puro tr¨¢mite". De todos modos, piensa que "el toro debe ser un atleta porque se le exige que pase de cero a cien en pocos minutos sin calentamiento previo; adem¨¢s, le pedimos que galope y que humille, lo cual es imposible".
"La primera cualidad del toro actual es la belleza", dice Herrera. "Y esta caracter¨ªstica, que es la primera que valora el p¨²blico", a?ade, "es incompatible con su comportamiento en la plaza porque hasta los nutricionistas deportivos abogan por la p¨¦rdida de peso para ganar en agilidad". Cuadri opina que hoy se selecciona un toro mejor: que humilla y repite m¨¢s, desarrolla m¨¢s recorrido y demuestra m¨¢s bravura y casta. Seg¨²n Mej¨ªas, "se est¨¢ perdiendo la emoci¨®n; se est¨¢n endulzando demasiado los toros, y ahora son m¨¢s tontos".
Todos coinciden en que la alimentaci¨®n y la sanidad del toro son ¨®ptimas. Esta apreciaci¨®n la confirma Anselmo Perea, catedr¨¢tico de Sanidad Animal de la Universidad de C¨®rdoba, quien afirma que "en los ¨²ltimos quince a?os se han incrementado todos los niveles sanitarios y alimenticios", y asevera que el toro no es un animal enfermizo.
El toro est¨¢ sano y alimentado, pero la verdad es que se cae. Y sobre las ca¨ªdas hay mucho que decir, aunque todos coinciden en que las causas son diversas y variadas. Perea se?ala la menor extensi¨®n de las explotaciones ganaderas, una forzada alimentaci¨®n y cuestiones gen¨¦ticas. Y los dos veterinarios afirman que el factor m¨¢s destacado es el estr¨¦s. "Encierras a un miura en un cami¨®n", dice Mej¨ªas, "lo trasladas a Sevilla, y pierde 80 kilos". Y Herrera ofrece m¨¢s detalles: "El toro est¨¢ acostumbrado a vivir en libertad y todas las faenas que se le realizan hasta su salida al ruedo le afectan mucho mentalmente. Sufre una excitaci¨®n profunda, y quiz¨¢ por eso muchos son incapaces de dar dos vueltas al ruedo sin quebrantarse; el toro sale al ruedo con una fuerza tremenda y la mayor¨ªa se rompe en los primeros recortes con el capote porque su columna sufre un quiebro de 90 grados".
En fin, como recalc¨® Alvaro Domecq: "La selecci¨®n es una loter¨ªa, y el toro, un misterio".
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