La moda tropieza con la industria
Los dise?adores independientes no encuentran en Catalu?a fabricantes que produzcan las peque?as tiradas de sus colecciones, porque no les sale rentable
Renunciar al glamour de las pasarelas para poder seguir creciendo. ?sta es la decisi¨®n que han adoptado los dise?adores Sergio Pastor e Ismael Alcaina, el d¨²o de creadores asociados en la marca Spastor. A primera vista, la medida resulta sorprendente. Spastor ha triunfado en Cibeles, como lo hizo antes en Barcelona y en Par¨ªs. Muchos querr¨ªan ocupar su lugar. Pero ha preferido abandonar una situaci¨®n privilegiada que les asegura fama y subvenciones. De poco les sirve desfilar y tener ayudas para ello, si luego no pueden producir sus colecciones.
Spastor vive en primera persona el desencuentro entre la moda y la industria. Le ha acechado el riesgo de arruinarse para adelantar el dinero en tejidos, modelaje y confecci¨®n "con la calidad que nosotros exigimos", explica Alcaina. Pero las dificultades econ¨®micas no son el ¨²nico obst¨¢culo con que topan los dise?adores independientes. El problema es que en Catalu?a no encuentran talleres donde poder producir sus prendas. Los fabricantes s¨®lo aceptan encargos de gran envergadura, incompatibles con colecciones de volumen mediano y con especificidades en cuanto a acabados.
La Generalitat trata de juntar colecciones para que sea m¨¢s rentable hacerlas
"El escaso tejido industrial que queda, o cerrar¨¢ o resulta car¨ªsimo"
"Nos ha llegado a ocurrir que nos exigieran un m¨ªnimo de prendas y cuando hemos intentado contratarles por esa cantidad, cambian de discurso y nos dicen que s¨®lo lo har¨¢n si el volumen es el doble", cuenta Sergio.
Es un efecto m¨¢s de la escabechina que ha supuesto para la industria la competencia de Asia, especialmente China, que en los ¨²ltimos a?os se ha llevado por delante centenares de empresas y miles de puestos de trabajo. "Se ha destruido tejido industrial especializado. El poco que queda est¨¢ a punto de cerrar o resulta car¨ªsimo", admite Joan Canals, presidente de la Agrupaci¨®n de G¨¦nero de Punto.
"Cuando un barco que est¨¢ dimensionado para 1.000 marineros los tiene, va. Pero si s¨®lo tiene 15, no funciona", ilustra la situaci¨®n Canals. "En la industria pasa igual. Somos competitivos a partir de grandes tiradas,no con 300 prendas de cinco modelos distintos y en seis colores diferentes. Los costes se disparan, son irreales", a?ade el tambi¨¦n presidente de Pulligan.
Spastor aboga por la necesidad de conseguir una verdadera implicaci¨®n de las administraciones para apuntalar el proceso de producci¨®n, de modo que los dise?os tan elogiados en la pasarela puedan ser realidad y llegar a las tiendas. Una ayuda que no se quede en el primer estadio, porque "no todo es escaparate", se?ala Alcaina.
"La situaci¨®n no nos sorprendre", ahonda un importante dirigente patronal. "Las ayudas
a los dise?adores crean imagen, y est¨¢ muy bien, pero no mucho m¨¢s. No estamos en contra del dise?o, pero a los industriales nos da poca facturaci¨®n", remacha.
Iv¨¢n Caparr¨®s, de la firma Txell Miras, tambi¨¦n echa en falta talleres de calidad para su moderada demanda. Y los pocos que hay son caros. Recurrir a otros implica asumir ciertos riesgos. "Alguna vez nos hemos encontrado con quejas de clientes por el acabado de algunas prendas", admite. Sin embargo, aclara que su situaci¨®n no es comparable a la de Spastor. "Ya nos gustar¨ªa que nuestro problema fuera el exceso de encargos.Ya buscar¨ªamos c¨®mo financiar la producci¨®n, con cr¨¦ditos".
El reclamo del sector ha encontrado eco en la Generalitat, que ha puesto en marcha el programa Physic, explica la coordinadora de gesti¨®n de dise?o de moda de la Generalitat, ?ngrid van Gerven. Est¨¢ pensado para que dise?adores emergentes tengan m¨¢s f¨¢cil confeccionar muestrarios, acceder a materias primas y... fabricar.
"Es cierto que cada vez hay menos talleres y que muchos dise?adores tienen que salir fuera para producir", admite Van Gerven. Custo Barcelona ha ido diversificando su fabricaci¨®n por pa¨ªses. Per¨², Tailandia, Turqu¨ªa, Portugal, Italia, India y Hong Kong son los lugares donde toma forma el grueso de las prendas de la firma. "En Catalu?a s¨®lo producimos algo de punto", se?ala Custo Dalmau. "El panorama ha cambiado mucho. Hace 20 a?os pod¨ªas producirlo todo cerca de casa. Ten¨ªas una industria textil bastante preparada", afirma.
El proyecto Physic, que justo acaba de cerrar el plazo para que los dise?adores presenten sus solicitudes -hay ocho plazas-, pondr¨¢ en contacto a los creadores con fabricantes de Igualada. Concentrar la elaboraci¨®n de sus colecciones hace que al fabricante le salga a cuenta producirlas. "Las pruebas piloto son positivas; en seis meses veremos los frutos", conf¨ªa su responsable.
Van Gerven y Canals coinciden en que los dise?adores se enfrentan a un problema de masa cr¨ªtica, de tama?o. Para producir y para negociar.
Nuria Basi, presidenta de Armand Basi, sabe que conjugar creatividad y calidad es muy caro, y a su juicio tan s¨®lo es viable con una s¨®lida estructura de empresa. La l¨®gica de producci¨®n de su empresa est¨¢ muy ligada a la especializaci¨®n por pa¨ªses que vive hoy la industria textil. Dice que a¨²n produce "algo de punto y complementos" en Catalu?a, y tambi¨¦n en Galicia, Arag¨®n y Andaluc¨ªa. Pero el grueso de sus prendas se hace en Portugal (sastrer¨ªa), Per¨² (especialistas en algod¨®n fino), India (seda y pedrer¨ªa) o Turqu¨ªa. Ello requiere una gran infraestructura.
Sita Murt tiene la ventaja de poseer no s¨®lo una s¨®lida empresa, sino su propio taller. "Es imprescindible. Podemos trabajar bien porque tenemos nuestra f¨¢brica en Igualada, donde producimos exclusivamente para nosotros", indica la dise?adora.
A juicio de Nuria Basi, el estado de la industria textil en Catalu?a es un pez que se muerde la cola. "Muchas empresas han ido cerrando por cuestiones de competencia. Y con ellas se ha ido perdiendo una industria paralela y complementaria, la que se ocupa de los lavados, envejecidos, tinturas especiales...". El ¨²ltimo bot¨®n de muestra, Fibracolor. Cerrar¨¢ su f¨¢brica de Tordera. 280 personas a la calle.
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