Cambio clim¨¢tico, cambia el turismo
Deshielo y calentamiento est¨¢n transformando el mapa viajero en el mundo - Espa?a empieza a acusar la disminuci¨®n de visitantes
Eric Schmitt pas¨® de la euforia al miedo cuando se dio cuenta de la trascendencia de su descubrimiento. Fue en septiembre de 2005. El explorador de la Universidad de Berkeley, de 60 a?os, encontr¨® una nueva isla a 640 kil¨®metros del C¨ªrculo Polar ?rtico, en la fr¨ªa Groenlandia. El trozo de tierra hab¨ªa estado siempre all¨ª, pero el hielo glacial lo hab¨ªa mantenido unido al litoral, haci¨¦ndolo pasar inadvertido durante siglos. De ah¨ª que Schmitt se diera cuenta de lo inquietante de su descubrimiento. Su hallazgo era una prueba evidente de los estragos del cambio clim¨¢tico en el planeta.
Pero de todo se puede extraer un beneficio. La historia de la Isla del Calentamiento (Warming Island, en ingl¨¦s y Uunartoq Qeqertoq, en esquimal) se convirti¨® pronto en un s¨ªmbolo del cambio clim¨¢tico y tambi¨¦n en un destino tur¨ªstico. La empresa califormiana Betchart Expeditions supo darse cuenta de ello y desde entonces organiza viajes en barco al islote por un precio que va desde los 3.700 euros a los 5.100.
Canarias ha perdido ingleses, que se quedan en su tierra con buen clima
Las zonas de esqu¨ª empiezan a buscar alternativas porque la nieve desaparece
La gente va a Groenlandia para comprobar lo que ven en televisi¨®n
Las agencias de Finlandia sustituyen las motonieves por los autocares
Est¨¢ previsto que el Mediterr¨¢neo pierda posici¨®n competitiva
Menos europeos visitan Espa?a. Sus estancias son tambi¨¦n m¨¢s cortas
La disminuci¨®n generalizada de los glaciares y los casquetes polares y el calentamiento de la temperatura de la superficie oce¨¢nica han contribuido a subidas del nivel del mar y a nuevas reacciones biol¨®gicas en los ecosistemas y en las especies. El turismo trata de adaptarse a este nuevo contexto. Por lo pronto, las consecuencias que tiene el calentamiento sobre esta fuente de riqueza ocupan cientos de p¨¢ginas en los ¨²ltimos informes sobre el tema. La pasada Cumbre ministerial sobre Turismo y Cambio Clim¨¢tico (13 de noviembre de 2007, Londres) recog¨ªa algunos mensajes alarmantes, sobre todo para los pa¨ªses de acogida de turistas: "Es muy probable que las condiciones climatol¨®gicas que atraen el turismo se desplacen hacia latitudes y altitudes superiores. De ese modo, est¨¢ previsto que pierdan posici¨®n competitiva algunas zonas tur¨ªsticas populares (por ejemplo, el Mediterr¨¢neo en verano)".
Mientras esas predicciones se cumplen, el norte se ha empezado a adaptar al nuevo fen¨®meno. A Javier G¨¢lvez le ha crecido un bosque de con¨ªferas enfrente de su casa de Qassiarsuk, al sur de Groenlandia, en poco m¨¢s de cinco a?os. Este prodigio, atribuido por los cient¨ªficos al calentamiento, no s¨®lo ha transformado el mon¨®tono paisaje de nieves infinitas que contemplaba desde sus ventanas, sino que le ha convertido tambi¨¦n en un empresario m¨¢s pr¨®spero. G¨¢lvez es el due?o de Tasermuit, una peque?a agencia que organiza viajes para expediciones cient¨ªficas a Groenlandia y aventuras en kayak y trekking para turistas espa?oles.
Con el deshielo, ha pasado de atender a apenas 200 viajeros anuales a m¨¢s de 400 durante 2007. Este joven empresario atribuye el ¨¦xito de Groenlandia como destino tur¨ªstico al cambio clim¨¢tico: "La gente viene para comprobar si ocurre de verdad lo que est¨¢n viendo continuamente en los telediarios", dice. ?Lo consiguen? "S¨ª y no", contesta el empresario en uno de los puestos de la Feria Internacional del Turismo (FITUR). "No pueden detectar las muescas orogr¨¢ficas que indican d¨®nde estaba el glaciar cien a?os atr¨¢s. Pero s¨ª ven c¨®mo ha avanzado el deshielo, o lo dif¨ªcil que resulta avistar ballenas -desplazadas a las g¨¦lidas aguas del norte de la isla-, o como la exquisita gamba groenlandesa ha huido en busca de mares m¨¢s fr¨ªos y en su lugar se come bacalao".
En Tasermuit han especializado a sus gu¨ªas en explicar a los viajeros las consecuencias del cambio clim¨¢tico. "Es lo que el turista demanda", dice G¨¢lvez, que tambi¨¦n anima a los espa?oles a convivir con la poblaci¨®n local porque ellos son otra prueba viviente de la transformaci¨®n que conlleva el calentamiento. "Est¨¢n semiarruinados. Apenas tienen caza y carecen de alternativas. Son pueblos desorientados". Cuando regresan a Espa?a los espa?oles lo hacen, seg¨²n el organizador de los viajes, con la sensaci¨®n de que tardar¨¢ 50 o 300 a?os, pero Groenlandia se acaba.
Mentes similares han organizado excursiones al glaciar Perito Moreno, en Argentina, para observar como caen los casquetes sobre el oc¨¦ano o c¨®mo los fiordos noruegos desaparecen poco a poco. En Finlandia la nieve derretida ha despejado caminos donde antes s¨®lo hab¨ªa hielo y las principales agencias de viajes finlandesas han empezado a sustituir las motonieves por los autocares. Est¨¢n satisfechos por la pujanza de sus negocios: los inviernos m¨¢s suaves y cortos incrementan el turismo.
Lo mismo ocurre en Noruega, donde las empresas del sector han cambiado su oferta de paseos a pie por los glaciares y la han sustituido por expediciones en botes. "Tenemos que ser r¨¢pidos. La situaci¨®n no es dram¨¢tica pero s¨ª preocupante. En nuestro pa¨ªs, el cambio clim¨¢tico es un fen¨®meno del que nadie duda. Si no nos preparamos para el futuro nos quedaremos atr¨¢s antes de lo que pensamos", se?ala Helen Siverstol en el puesto de la empresa Fjord Norway. Otra compa?era, Goril Ovesen, de la empresa Troms, dice que, en las laderas de algunas monta?as noruegas se ven ¨¢rboles donde antes no los hab¨ªa. "Antes no estaban. Y eso, si lo piensa, es aterrador, porque quiere decir que quiz¨¢s en a?os deje de nevar en la cumbre", comenta. A menos nieve, m¨¢s ca?ones. La artificial paliar¨¢ en gran medida la subida de la cota de nieve, pero las predicciones de la Organizaci¨®n Mundial del Turismo para algunas zonas de esqu¨ª tradicionales como los Alpes europeos son muy claras: menos turistas desliz¨¢ndose por las pistas.
En Espa?a, el ¨¦xito tur¨ªstico de los pa¨ªses del norte est¨¢ empezando a ser perceptible para algunos. Canarias sufre por la bonanza meteorol¨®gica de las hasta ahora congeladas capitales del centro y norte de Europa: los europeos vienen menos y en estancias m¨¢s cortas.
Raquel Ceca, de Tenerife Golf, apunta que s¨®lo han incrementado el n¨²mero de excursionistas las hermosas localidades del norte de Tenerife: La Orotava, La Laguna... Pero pintan bastos para el resto. En el departamento de Investigaci¨®n de la Corporaci¨®n Turismo de Tenerife se?alan que el n¨²mero de visitantes extranjeros ha descendido un 2,1% durante 2007 (hasta noviembre, ¨²ltimo mes con datos disponibles facilitados por AENA) y que los brit¨¢nicos, retenidos en Reino Unido por la mejor¨ªa generalizada de sus temperaturas, son el colectivo tur¨ªstico cuyos cambios de costumbres m¨¢s se dejan notar en Canarias.
Tambi¨¦n las estaciones de esqu¨ª claman contra el efecto invernadero. En La Pinilla (Segovia) s¨®lo permanecen abiertas (a 30 de enero) las tres pistas de iniciaci¨®n, cuando lo habitual era el remonte libre. Esta desafecci¨®n de los esquiadores perjudica a las poblaciones de las proximidades. Los comercios de Riaza, en el caso de La Pinilla, reflejan en su contabilidad el menor movimiento de visitantes. En un plano m¨¢s modesto, ni a Hontanares ni a El Espinars acuden tanto las familias a pasar el domingo. La sequedad del terreno, la peligrosa yesca acumulada por la falta de lluvia, han erradicado de las costumbres familiares la popular barbacoa en el monte, prohibidas hasta en tiempos de romer¨ªa.
Las predicciones se?alan que la cosa no ir¨¢ mejor en la costa. Seg¨²n el Ministerio de Medio Ambiente, el aumento del nivel del mar se comer¨¢ 15 metros de playa de media en Espa?a antes de 2050. La Albufera de Valencia, Do?ana, la Costa Brava, la Manga del Mar Menor ser¨¢n las zonas m¨¢s amenazadas. Todas las recomendaciones van en el mismo sentido: alejar ya las construcciones en marcha junto a la costa ante la crecida de los mares, que suben a un ritmo de 2,5 mil¨ªmetros al a?o.
Todo eso incidir¨¢ negativamente en un turismo que se ralentiza seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones, a pesar de seguir siendo una potencia mundial con 60 millones de turistas, s¨®lo por detr¨¢s de Francia. Un 46% de los turistas extranjeros llegan al pa¨ªs en los meses veraniegos, as¨ª que la soluci¨®n pasa por desestacionalizar el turismo. Para ello, el Gobierno destinar¨¢ cerca de 50 millones de euros en 2008, con lo que se pretende promocionar recursos naturales, culturales y gastron¨®micos de los destinos que est¨¦n desligados de la oferta veraniega.
Esos ser¨¢n (est¨¢n siendo ya) los efectos directos del cambio clim¨¢tico sobre el turismo. Pero sus consecuencias van mucho m¨¢s all¨¢. El informe de la Organizaci¨®n Mundial de Turismo apunta adem¨¢s que la lucha contra el calentamiento global del planeta obligar¨¢ a los gobiernos a tomar medidas que obliguen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas de ellas podr¨ªan actuar sobre los costes del transporte. El m¨¢s afectado podr¨ªa ser el avi¨®n, uno de los medios m¨¢s contaminantes que existen y, por extensi¨®n, los destinos lejanos. Pa¨ªses de Asia Sudoriental, Australia, Nueva Zelanda y el Caribe, se han mostrado muy preocupados por la posibilidad de que las pol¨ªticas de mitigaci¨®n del calentamiento incidan sobre su econom¨ªa nacional. No en vano, los turistas de las naciones templadas, como las de Europa septentrional, son los que m¨¢s desplazamientos internacionales hacen. Los cambios podr¨ªan, siempre seg¨²n el informe de la OMT, llevarles a "pasar m¨¢s tiempo de vacaciones en su pa¨ªs de residencia y adaptar sus pautas de viaje para aprovechar las nuevas oportunidades que les ofrezcan los destinos m¨¢s cercanos". La nueva duraci¨®n y calidad de las estaciones tur¨ªsticas como consecuencia del clima (en el caso por ejemplo del turismo de sol y playa o de las vacaciones centradas en los deportes de invierno) "podr¨ªan incidir decisivamente en la competencia entre destinos y por tanto en la rentabilidad de las empresas tur¨ªsticas", explica el estudio, que predice una menor capacidad de adaptaci¨®n de los proveedores de servicios tur¨ªsticos y los tour operadores radicados en destinos concretos.
Hasta aqu¨ª los efectos del calentamiento sobre el turismo. Cabe preguntarse si el sector es tambi¨¦n causa y si le est¨¢ ayudando a reducir la cuota de gases que le toca. En cuanto a lo primero, la OMT cifra en un 5% su contribuci¨®n a las emisiones mundiales, despu¨¦s de sumar los efectos negativos del desplazamiento de miles de turistas, el alojamiento y las actividades a las que dedican el tiempo libre. Sobre lo segundo, es decir, sobre c¨®mo pueden colaborar las empresas del sector, opina una representante de la aerol¨ªnea de bajo coste Norweigan Air: "Pues emitiendo menos, claro. Y eso s¨®lo se puede hacer ahora con aviones m¨¢s limpios. Nosotros hemos sustituido algunos de los viejos Boeing por los nuevos 737-800, que ahorran entre un 20% y 30% de las emisiones y que constituir¨¢n el total de nuestra flota en 2014".
La subida de temperaturas est¨¢ haciendo pensar r¨¢pidamente a todas las compa?¨ªas. El ¨¦xito futuro depender¨¢ de c¨®mo evolucione el calentamiento en los pr¨®ximos a?os pero tambi¨¦n de qui¨¦n sea m¨¢s r¨¢pido en amoldarse a las nuevas situaciones. Mientras eso sucede, los pa¨ªses o zonas que, por su inhospitalidad, nunca hab¨ªan sido gusto de turistas viven ahora su minuto de gloria como s¨ªmbolos palpables de un fen¨®meno que algunos no cre¨ªan.
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