Los caldereros llegan a Eibar en tren

Los caldereros regresaron a Eibar en 1991 tras un largo silencio impuesto despu¨¦s de la guerra civil y lo hicieron para quedarse muchos a?os, a tenor del ¨¦xito que ha tenido hasta hoy la recuperaci¨®n de este Carnaval. Estas cuadrillas, que beben de la hom¨®nima que se pase¨® por vez primera por San Sebasti¨¢n en 1827, se inspiran en las familias de buhoneros que recorr¨ªan el Pa¨ªs Vasco llegadas de Centroeuropa y se ganaban la vida reparando cacharros dom¨¦sticos.

En sus carretas tiradas por caballos o burros, estas familias numerosas destacaban por su vestimenta peculiar: prendas negras los hombres; vestidos floreados y pa?uelo cubriendo la cabeza las mujeres. Algo queda de aquella indumentaria n¨®mada en los trajes que llevar¨¢n hoy los cientos de participantes en Eibar. Adem¨¢s, se incluyen nuevas incorporaciones, como el oso y su domador y otros elementos circenses que los emparentan con los z¨ªngaros ambulantes.

En Eibar, el Carnaval es conocido tambi¨¦n como Aratuste o Aratoste

La fiesta est¨¢ vinculada a la memoria obrera de la localidad

En Eibar, como dice la canci¨®n, los caldereros llegan en ferrocarril. El tema, variante del que se canta en San Sebasti¨¢n, con melod¨ªa de Raimundo Sarriegi, dice: "Caldereros somos de la Hungr¨ªa, que venimos en tren especial". Efectivamente, los participantes, comandados por el grupo de folklore Kezka, se encontrar¨¢n en el parque de Urkizu, junto a la estaci¨®n de ferrocarril, a las 19.30 para salir hacia la plaza de Untzaga en desfile alegre, desordenado y festivo, con participaci¨®n de otros colectivos de la localidad armera y de cientos de vecinos que se suman a esta celebraci¨®n abierta cada uno disfrazado a su manera.

Tras recorrer las calles Bittor Sarasketa, Estazi?o, Errebal y Toribio Etxebarria, en Untzaga se leer¨¢ el preg¨®n. En Eibar, como en otros pueblos del Deba y en Vizcaya, el Carnaval es conocido tambi¨¦n como Aratuste o Aratoste. All¨ª se bailar¨¢ con el oso de los caldereros y se cantar¨¢n canciones que los eibartarras mayores recuerdan de su juventud, como esa mazurca sobre el ofic¨ªa de la calderer¨ªa: "Componemos bien y pronto / braseras, chocolateras / los peroles y calderas / con la mayor perfecci¨®n (...) Eibarresas, hechiceras / salid pronto que nos vamos. / Gratos recuerdos llevamos / al separarnos de aqu¨ª. / Y no olvid¨¦is que hoy al pisar / los caldereros vuestro pa¨ªs / una canci¨®n van a cantar / acompa?ados del tic, tic, tac".

A pesar de su apelativo, el viernes no es flaco en Eibar, sino quiz¨¢s la jornada m¨¢s importante del Carnaval, el d¨ªa en el que en otros pueblos se recuperan de los excesos del Jueves Gordo o Lardero. No en vano, los caldereros est¨¢n vinculados a la memoria obrera de la poblaci¨®n guipuzcoana. La cuestaci¨®n del Carnaval de 1934, por ejemplo, se destin¨® en solidaridad con los vecinos detenidos por participar en las huelgas.