El duelo dem¨®crata polariza EE UU
La rivalidad entre Clinton y Obama desata una movilizaci¨®n sin precedentes - McCain aporta tambi¨¦n un mensaje de renovaci¨®n para los republicanos
En la concurrida esquina de Hollywood Boulevard con Highland Avenue hubo durante todo el d¨ªa de ayer turnos de j¨®venes partidarios de Barack Obama recordando a los transe¨²ntes que los independientes pod¨ªan votar en las primarias dem¨®cratas en California y explicando c¨®mo hacerlo. Unas manzanas m¨¢s al sur, una mesa de mujeres repart¨ªa los ¨²ltimos panfletos a favor de Hillary Clinton.
Las primarias se han convertido este a?o en un asunto de inter¨¦s nacional
Los dos candidatos dem¨®cratas han devuelto la ilusi¨®n a muchos ciudadanos
Cientos de estudiantes de la Universidad de California en Los ?ngeles participan en equipos de encuestas y propaganda de uno y otro candidato. De Misuri, de Arizona, de Minnesota, de todo el pa¨ªs llegan historias semejantes, historias que confirman una movilizaci¨®n pol¨ªtica sin precedentes en la memoria reciente.
Al filo de las tres de la madrugada, los sondeos auguraban la victoria de Barack Obama en su feudo pol¨ªtico, el Estado de Illinois, en Georgia y Delaware. Mientras, Hillary Clinton se impon¨ªa en el Estado que representa en el Senado, Nueva York, y ten¨ªa ventaja en Massachusetts, Arkansas, Oklahoma y Tennessee. Pero nadie se atrev¨ªa a hacer pron¨®sticos sobre el decisivo Estado de California, el de mayor peso demogr¨¢fico, que seguramente decidir¨¢ la batalla.
Estados tan ap¨¢ticos en el pasado como Alabama o Nuevo M¨¦xico ayer batieron un r¨¦cord de participaci¨®n. El proceso de primarias, antes restringido a los m¨¢s fieles de cada partido, se ha convertido este a?o en un asunto de inter¨¦s nacional en el que toman parte millones de ciudadanos. Una nueva generaci¨®n de votantes se ha incorporado de repente a la pol¨ªtica en unas elecciones que el c¨¦lebre periodista Tom Brokaw califica como "las m¨¢s importantes desde 1968".
Indirectamente, es m¨¦rito de George Bush, que parece haber agotado un largo ciclo conservador y la paciencia de sus compatriotas. Pero, sobre todo, de los dos candidatos dem¨®cratas, que con una campa?a extraordinariamente competida y prometedora de cambio -aunque de distinto grado y caracter¨ªsticas- ha devuelto la ilusi¨®n a los ciudadanos.
Sin duda el hecho de que una mujer y un afroamericano est¨¦n, por primera vez, compitiendo por la victoria y con serias posibilidades de llegar a la Casa Blanca, es una de las razones de este entusiasmo. Clinton y Obama no tienen ni que hablar para demostrar la renovaci¨®n que traen; su misma imagen lo dice todo.
Pero han hablado, y mucho, en esta campa?a. Han participado en 18 debates televisados y en centenares de m¨ªtines en todo el pa¨ªs. Sus programas electorales siguen siendo, ciertamente, vagos en algunos aspectos: c¨®mo pagar el seguro de salud obligatorio, de d¨®nde sacar recursos para socorrer a las clases medias afectadas por la crisis de las hipotecas... Pero ha quedado claro hasta ahora que los norteamericanos pueden elegir entre una mujer de car¨¢cter, con un equipo de gobierno probado y consistente, y un joven y brillante pol¨ªtico que promete una nueva era, no s¨®lo para Estados Unidos sino para todo el universo sobre el que este pa¨ªs ejerce influencia.
Esta dif¨ªcil decisi¨®n ha estimulado al electorado dem¨®crata como nunca desde los tiempos de John Kennedy. Tanto que, a veces, el duelo entre Clinton y Obama se ha hecho ¨¢spero y los votantes han temido que el partido acabe muriendo de ¨¦xito en las presidenciales de noviembre. Pero, de momento, el viento sopla a favor del cambio.
El Partido Republicano tambi¨¦n parece haberlo detectado. El senador John McCain, a quien todas las encuestas daban como vencedor ayer, representa a su manera una gran novedad respecto a Bush, a quien ya se enfrent¨® en las primarias de 2000 y con quien ha mantenido discrepancias durante todo su periodo en la Casa Blanca.
McCain ha conseguido hacer olvidar su edad (71 a?os) y su largo historial en Washington para presentarse ante los electores como el portador de un nuevo mensaje republicano. Ha logrado incluso revertir en su favor su apoyo a la guerra de Irak. McCain se perfilaba la pasada madrugada como ganador, seg¨²n los primeros sondeos, en media docena de Estados, entre otros Nueva York, mientras su rival Mike Huckabee se impon¨ªa en otros tres.
La mejor prueba, quiz¨¢, de que McCain representa algo diferente es el hecho de que haya salido adelante en esta campa?a pese a la resistencia encontrada de parte del establishment republicano y de los m¨¢s influyentes portavoces de la derecha radical. Uno de ellos, el comentarista radiof¨®nico Rush Limbaugh, ha advertido que la elecci¨®n de McCain como candidato, que ¨¦l considera irreversible, destruir¨¢ al Partido Republicano.
El veterano senador por Arizona puede transformar considerablemente el Partido Republicano que hemos conocido en los ¨²ltimos a?os. Su victoria podr¨ªa anticipar el relevo de los neocon por los Schwarzenegger, de los fan¨¢ticos por los moderados, de los visionarios por los pragm¨¢ticos.
Los principales temas de la campa?a
- Econom¨ªa. La incertidumbre ante una eventual recesi¨®n ha colocado la econom¨ªa en el centro del debate. En el campo dem¨®crata apenas hay diferencias tras la renuncia del proteccionista John Edwards. Entre los republicanos, Mitt Romney vende su experiencia como ejecutivo frente a un John McCain que nunca ha prestado demasiada atenci¨®n a los asuntos econ¨®micos.
- Irak. El apoyo inicial que Hillary Clinton dio a la guerra le ha causado problemas en las bases dem¨®cratas, m¨¢s cercanas en este punto a Barack Obama, que nunca la respald¨®. McCain se apunta como propio el te¨®rico ¨¦xito del surge -siempre pidi¨® m¨¢s tropas- y Romney coincide en que no hay que retirar los soldados hasta que "el trabajo est¨¦ hecho".
- Cambio. Es el mantra de Obama, que en cierta forma trata de recoger tambi¨¦n Romney, alejado del poder de Washington. Clinton se coloca en medio, mientras que McCain se enorgullece de su larga trayectoria en el Senado.
- Sanidad. Los dem¨®cratas coinciden en avanzar hacia una universalizaci¨®n a la europea, si bien los expertos subrayan que la propuesta de Clinton es m¨¢s ambiciosa. Entre los republicanos, coincidencia en perfeccionar el modelo.
- Inmigraci¨®n ilegal. Romney es el m¨¢s duro, mientras que McCain ha impulsado propuestas de consenso con los dem¨®cratas, que descartan expulsiones masivas.
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