Primera impresi¨®n
Con el trasfondo pol¨¦mico de la abrupta exclusi¨®n de galer¨ªas, sobre todo, aunque no s¨®lo, espa?olas, y la novedad de su nueva instalaci¨®n en Ifema —pabellones 12, 14 y 14-1—, la 27? edici¨®n de Arco 08 genera expectativas ambivalentes, porque a¨²n no se sabe c¨®mo funcionar¨¢ comercialmente con el agobio de la crisis econ¨®mica resoplando en el cogote. En todo caso, el nuevo look de la feria no se reduce s¨®lo al cambio de locales (que, dicho sea de paso, mejoran sustancialmente los anteriores, aunque el 14-1 est¨¦ comparativamente m¨¢s abigarrado), porque adem¨¢s se percibe f¨ªsicamente el cambio de orientaci¨®n de primar, no s¨¦ c¨®mo llamarlo, lo "¨²ltimo", "emergente", "moda"..., con detrimento de lo m¨¢s "a?ejo" o "cl¨¢sico", cuyos representantes se han visto escorados a los fondos y a las esquinas de los respectivos pabellones.
Es dif¨ªcil apreciar sin el tiempo suficiente c¨®mo digerir¨¢ el peque?o y muy intervenido mercado espa?ol un cambio tan dr¨¢stico, el cual, sin embargo, tiene todo el apoyo medi¨¢tico, pol¨ªtico y, por tanto, social. Por lo dem¨¢s, la presencia en esta edici¨®n de Brasil como pa¨ªs invitado aporta inter¨¦s y potencia art¨ªsticos, marcando quiz¨¢ la senda de lo que podr¨ªa convertir a Arco en un evento internacional verdaderamente singular. Dicho lo cual, s¨®lo cabe se?alar que, con criba o sin ella, esta edici¨®n cuenta con un plantel de firmas nacionales e internacionales muy notable para nuestro pa¨ªs y que se ha dise?ado el espacio y el recorrido con claridad, aunque sea inevitable cierta desorientaci¨®n inicial hasta que los visitantes se reubiquen.
Entusiasmo
Nadie puede discutir, en fin, que la actual directora, Lourdes Fern¨¢ndez, ha aportado un aire fresco de renovaci¨®n para una feria que se hab¨ªa consolidado, pero que pod¨ªa estancarse. La presencia institucional sigue siendo, sin embargo, abusiva, si bien est¨¢ m¨¢s discretamente arrinconada que en otras ocasiones, pero ¨¦ste es un viejo y gran problema que no hace sino reflejar la realidad de nuestro pa¨ªs. Lo que nadie puede negar, ya que hablamos de Espa?a, es el contagioso entusiasmo de sus profesionales que, pase lo que pase, es contagioso. En relaci¨®n con los que ahora est¨¢n representados, casi todos est¨¢n sobradamente legitimados, pero, sea como sea, se aprecia su constante af¨¢n de superaci¨®n y ya no se ve tanto como antes una l¨ªnea marcada de separaci¨®n entre la oferta local y la for¨¢nea. Otro dato positivo que, por cierto, no es peque?o.
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