La ley del m¨¢s fuerte

Los gigantes energ¨¦ticos europeos EDF (Francia), E.ON (Alemania) y Enel (Italia) est¨¢n jugando en Europa su particular partida de Monopoly. Y Espa?a, sin armas legales para obstaculizar su avance, es parte del tablero. Enel y E.ON, tras dos a?os de batalla en torno a Endesa, ya est¨¢n dentro. Tambi¨¦n la portuguesa EDP, propietaria de Hidrocant¨¢brico. Ahora, es EDF la que pide paso. Quiere un trozo del pastel. Quiere a Iberdrola. La fortaleza de la que hacen gala no es casual. Son empresas con mayor¨ªa de capital p¨²blico (EDF, Enel) o estrechamente vinculadas al Estado (E.ON) que han disfrutado durante a?os de un control absoluto de sus respectivos mercados y de la benevolencia de sus Gobiernos.

Frente al desarme espa?ol, EDF cuenta con respaldo total del Gobierno franc¨¦s

Solbes: "Que una empresa sea p¨²blica es peor que una ayuda p¨²blica"

Los gigantes tienen a su favor dos elementos clave. Primero, el respaldo normativo de la Comisi¨®n Europea, que no distingue entre capital p¨²blico o privado a la hora de defender su libre circulaci¨®n. Y segundo, la inocencia -siempre osada y m¨¢s o menos reconocida-, de un pa¨ªs, Espa?a, que a partir de 1996 (Plan Estrat¨¦gico de Privatizaciones), decidi¨® dar un ejemplo de liberalismo en Europa y vender todas sus participaciones en empresas p¨²blicas. Una opci¨®n que un alto cargo en uno de los ¨®rganos de supervisi¨®n del mercado resume ahora con tres palabras: "Somos unos pardillos".

El Gobierno de entonces, del PP, apost¨® por las privatizaciones y la liberalizaci¨®n total de los mercados. Incluido el energ¨¦tico. El modelo a seguir era el del Reino Unido: troceamiento de las grandes empresas p¨²blicas (Central Electricity Generating Board) para crear otras m¨¢s peque?as en competencia. Eran tiempos de sacar pecho. De liberalizar m¨¢s, m¨¢s r¨¢pido y mejor que nuestros vecinos. Mientras Espa?a admiti¨® en 2003 la plena libertad formal de competencia y de elecci¨®n de suministrador en el sector el¨¦ctrico, Alemania y Francia hac¨ªan moh¨ªnes a los planes de Bruselas, para cuatro a?os m¨¢s tarde.

El Gobierno se guard¨® algunos ases en la manga. Primero, el derecho a vetar operaciones en las empresas privatizadas mediante la llamada "acci¨®n de oro" (Telef¨®nica, Endesa, Repsol, Tabacalera, Argentaria). Luego, cuando se dieron los primeros escarceos de la gran batalla energ¨¦tica (como el intento de adquirir Hidrocant¨¢brico por EDF a finales de los a?os noventa) se adoptaron t¨ªmidas medidas de control (ley Rato). Se intentaba impedir la entrada, por las bravas, de empresas extranjeras de capital p¨²blico en el sector de la energ¨ªa. Y en plena batalla por Endesa, con el gigante E.ON haciendo alarde de su poder¨ªo por Madrid, se reforzaron las funciones de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE) por decreto. El prop¨®sito era facilitar la imposici¨®n de condiciones a operaciones no deseadas.

Pero el arsenal, adem¨¢s de escaso, se ha revelado in¨²til. En el a?o 2003, el Tribunal de Luxemburgo sentenci¨® contra la "acci¨®n de oro" y en 2005, el Gobierno asumi¨® la sentencia. Esta semana, el mismo ¨®rgano judicial ha tumbado la ley Rato y, seg¨²n fuentes de la Administraci¨®n, el ¨²ltimo cartucho -las competencias de la CNE, que tambi¨¦n est¨¢n siendo examinadas en el Tribunal de la UE- es simple p¨®lvora mojada. El Tribunal de Luxemburgo fallar¨¢ en contra en un a?o como mucho. ?Qu¨¦ queda para la defensa? En ausencia de instrumentos normativos, instrumentos pol¨ªticos. O sea, negociar de Gobierno a Gobierno.

Frente al desarme espa?ol, EDF cuenta con el respaldo total del Ejecutivo franc¨¦s (cuenta con un 86% de capital p¨²blico); E.ON es una empresa "no comprable" -en el improbable caso de que sufriera un asalto, el Gobierno alem¨¢n obligar¨ªa a vender su filial de gas, Ruhrgas- y Enel, con m¨¢s de un 30% en manos del Estado italiano, est¨¢ segura.

La situaci¨®n la resumi¨® en el a?o 2006 el hoy acosado presidente de Iberdrola, Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n: "Tres compa?¨ªas de dos pa¨ªses (Francia y Alemania) producen m¨¢s del 50% de toda la electricidad en Europa y s¨®lo dos pa¨ªses y medio (Reino Unido, Espa?a y Suecia) han liberalizado sus mercados".

Ayer, mismo, el vicepresidente segundo del Gobierno hizo tambi¨¦n su particular resumen de la situaci¨®n. Sin mencionar a la francesa EDF o a la alemana E.ON, pero con ellas en mente, Solbes explic¨® "que una empresa sea de propiedad p¨²blica no es una ayuda p¨²blica, pero es peor que una ayuda p¨²blica". Peor porque si EDF optara por engullir a Iberdrola a las bravas -algo poco probable-, el Gobierno tendr¨ªa las mismas posibilidades de salir airoso de la pelea que George Armstrong Custer en Little Big Horn.