Arturo Tejerina, periodista
Trabaj¨® en la cadena SER y en Telemadrid
A Teje parece que le conoc¨ªa todo el mundo. Si hab¨ªa festejo era el centro de la reuni¨®n. Si paseaba a los perros le paraban las se?oras para preguntarle cu¨¢ndo volv¨ªa a la tele. Si entraba en un bar, de noche o de d¨ªa, al rato ten¨ªa corrillo alrededor; espacios con humo que tan bien retrat¨® en La gu¨ªa de EL PA?S. El del peaje de la autopista le recordaba de sus tiempos de La media vuelta, de la SER, porque le hac¨ªa re¨ªr, y los taxistas de Madrid presum¨ªan de haberle llevado de ac¨¢ para all¨¢. Les daba palique.
Muchos sab¨ªan que proced¨ªa de Astorga, pero casi nadie que sali¨® de all¨ª a los 18 para estudiar periodismo radiof¨®nico. Aunque la primera vez que se oy¨® su voz en la capital -en plan profesional- fue cantando n¨²meros en un bingo. Despu¨¦s -corr¨ªan los setenta- deleit¨® a los turistas que visitaban la Capadocia, ejerciendo de gu¨ªa y encontrando para ellos "en cada esquina un monumento testigo mudo del devenir de los tiempos". Como ya era ins¨®lito, consigui¨® llevar a 800 rocieros a visitar al Papa sin que se le perdiera ninguno.
Por entonces ya hab¨ªa aterrizado en la reci¨¦n nacida Radio Televisi¨®n Madrid donde cre¨® un departamento de formaci¨®n por el que pasaron muchos de los que ahora dirigen, producen o presentan. Fue en aquella Onda Madrid tan de andar por casa donde se forj¨® El Tejerina: deslenguado personaje que igual le pon¨ªa las peras al cuarto a la Pantoja que le le¨ªa la cartilla al alcalde de turno. Parec¨ªa que con un micr¨®fono delante se le disparaba el ingenio.
En el d¨ªa a d¨ªa era igual: inquieto, vitalista, insatisfecho, cr¨ªtico y generoso hasta el tu¨¦tano. Af¨®nico, jam¨¢s.
Las tardes de Telemadrid le pusieron rostro a aquella voz. Fue una larga etapa que cerr¨® con un portazo, escribiendo e interpretando en el escenario a un contertulio del coraz¨®n que desvelaba la trastienda de un g¨¦nero que decidi¨® abandonar para seguir buscando ese proyecto al que aportarle iron¨ªa, gracia y talento. De todo le sobraba.
No hubo suerte y se le fue apagando la voz cada d¨ªa un poquito m¨¢s. Esa voz de Tejerina, que no callaba ni debajo del agua. Para provocar sonrisas o para ara?ar conciencias.
[El periodista Arturo Tejerina (Ria?o, Le¨®n, 26 de marzo de 1956) falleci¨® a principios de esta semana en el hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid a los 51 a?os. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, trabaj¨® en la cadena SER, en Telemadrid y otras televisiones auton¨®micas y en Onda Cero.]
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