"Tendr¨¢ que pagar por lo que hizo"

"Ahora tendr¨¢ que pagar por lo que hizo. ?Estoy muy contento! La noticia de la ampliaci¨®n de la extradici¨®n para que pueda ser juzgado en Argentina es un paso de gigante", asegur¨® ayer Rufino Almeida, de 51 a?os. "Estoy muy sorprendido. No s¨¦ qu¨¦ decir", balbucea al tel¨¦fono desde Italia Jorge Allega. Ambos son dos de las v¨ªctimas de Ricardo Taddei, el ex militar y polic¨ªa que secuestr¨® y tortur¨® a decenas de hombres y mujeres durante la dictadura argentina y que fue detenido hace dos a?os cuando paseaba por una calle de Madrid. El Consejo de Ministros aprob¨® ayer ampliar su extradici¨®n para que responda de sus cr¨ªmenes ante sus v¨ªctimas.

"Fue el hombre que me enca?on¨® con un rev¨®lver y me llev¨® hasta El Banco [uno de los centros de detenci¨®n ilegal]", record¨® Almeida desde Buenos Aires "con una mezcla de satisfacci¨®n y angustia" ante la perspectiva de ver de nuevo la cara a su verdugo, de abandonar su condici¨®n de superviviente para convertirse en testigo, de tener que revivir ante un juez todo el horror.

"Nos desnudaban, nos vendaban los ojos, nos ataban y nos enviaban a la m¨¢quina (picana el¨¦ctrica). En aquel lugar, al que llamaban quir¨®fano, nos propinaban descargas el¨¦ctricas en las zonas m¨¢s sensibles: ojos, o¨ªdos, genitales, la planta de los pies... durante horas. Pero peor que estar all¨ª era estar all¨ª con alg¨²n ser querido. Mientras me interrogaban trajeron a mi novia, Cecilia. La hab¨ªan violado y arrancado buena arte del cuero cabelludo", recuerda Almeida.

Torturando a las madres, las novias, los hermanos, a veces consegu¨ªan que los interrogados decidiesen colaborar. "Sal¨ªan en un coche con los torturadores a marcar, es decir, se?alar a sus compa?eros desde el veh¨ªculo. Lo llamaban salir de caza", a?ade.

Taddei dirig¨ªa aquellas c¨¢maras de los horrores en que se convirtieron los centros de detenci¨®n clandestinos de Club Atl¨¦tico, El Banco y El Olimpo donde le pusieron el mote de El Padre. En todos se cometieron atrocidades, vejaciones, torturas e incluso robos de ni?os. "Unos torturadores se quedaron con el beb¨¦ de una compa?era embarazada. Ella lo sigue buscando", afirma Almeida.

Cuando la polic¨ªa localiz¨® a Taddei, en febrero de 2006 en Madrid, el coronel al que apodaban El Padre se hab¨ªa convertido en zapatero. Hab¨ªa entrado legalmente en Espa?a en 1985. Viv¨ªa con su mujer y su hijo y se ganaba el pan en un peque?o local de reparaci¨®n de calzado y duplicado de llaves. "Esto es una venganza pol¨ªtica. Los que entonces corr¨ªan ahora est¨¢n en el poder", dijo a los agentes que le detuvieron.

Sus v¨ªctimas le esperan en Argentina. "Con una mezcla de satisfacci¨®n y de angustia".