As¨ª vi a Borges
La viuda del escritor abre una muestra de fotos que le tom¨®
Mar¨ªa Kodama, que comparti¨® con Jorge Luis Borges 16 a?os de ¨ªntima complicidad, mostr¨® ayer en Madrid el perfil l¨²dico y vital del escritor argentino. Lo hizo en una visita, por ella comentada, a una exposici¨®n fotogr¨¢fica suya que plasma momentos de la vida de la pareja en numerosos viajes a lo largo del mundo. El Atlas de Borges se exhibe hasta el 23 de marzo en la Biblioteca Joaqu¨ªn Leguina, de la Comunidad (complejo El ?guila, Ram¨ªrez de Prado, 4).
V¨ªdeos, voces y m¨¢s de 130 fotograf¨ªas, de calidad notable, dispuestas seg¨²n un esquema geom¨¦trico y mondrianesco apto para el relato visual, jalonan este entretenido periplo gr¨¢fico. Lo acompa?a una selecci¨®n de jugosas citas del escritor, que perdi¨® completamente la vista en 1955 cuando contaba 56 a?os. Seg¨²n revel¨® ayer Mar¨ªa Kodama, Borges -con quien se trataba de vos por mutuo y festivo acuerdo- "supo que perder¨ªa la visi¨®n muchos a?os antes de quedar ciego: en su familia, la ceguera hab¨ªa sido hereditaria".
Mar¨ªa Kodama evoca la dimensi¨®n l¨²dica y vital del literato porte?o
Empero, gracias a su disciplina personal y a la delicada reevocaci¨®n que su compa?era Kodama le brind¨® en los a?os que compartieron, ¨¦l pudo paladear con extrema delectaci¨®n aquellos viajes, que les llevaron desde Uruguay a Sevilla, de Estambul a Jap¨®n. Y ello tambi¨¦n merced a que, con antelaci¨®n, ¨¦l se aprest¨® a pertrechar convenientemente su imaginaci¨®n de erudici¨®n riqu¨ªsima: no s¨®lo le granje¨® fama de universal hombre de letras, sino que le procur¨® igualmente bastimentos y conoceres por los que guiar su vida. A ellos recurr¨ªa con la desenvoltura de quien camina entre las sombras con un aplomo que s¨®lo otorgan la verdadera sabidur¨ªa y el afecto cercano.
Tales singularidades confieren a la exposici¨®n valor testimonial a?adido por la irreparabilidad de una carencia sensorial que Kodama, como ayer mostr¨® con delicadeza, hubo de suplir con una sensibilidad cincelada por una sabidur¨ªa que atribuy¨® a su padre, natural de Jap¨®n: "Un hombre profundamente comprometido con la b¨²squeda la belleza", esfuerzo que supo legarle. Tal fue causa desencadenante del enamoramiento que se profes¨® con Borges, eterno buscador de lo m¨¢s sustantivo y -tambi¨¦n de lo m¨¢s ex¨®tico- de espacios de civilizaci¨®n como la cultura greco-latina, germ¨¢nica y sajona, am¨¦n de la querencia por las lenguas extra?as, el buen gusto a la francesa y el aroma c¨ªvico de Ginebra, "ciudad donde me confes¨® haber descubierto la tolerancia", record¨® Kodama. Sin embargo, "por su anticomunismo, nunca se atrevi¨® a visitar las naciones sovi¨¦ticas", reconoci¨®.
Hay fotograf¨ªas con escenas del hotel madrile?o donde la pareja se alojaba, con un Borges con un tobillo fracturado y la pierna estirada, hasta otras en que ambos se aprestan a elevarse, en globo, desde una planicie de Texas; un rodeo venezolano y numerosas fotos m¨¢s en Marraquech, en Sevilla, junto al escritor Gonzalo Torrente Ballester o en umbr¨ªos rincones de la inmortal Toledo, bajo faroles colgados de ladrillo y perdernal. No hay en la exposici¨®n atisbo alguno de afectaci¨®n, hecho que sorprende un poco a quien recuerda la poderosa peana p¨²blica de un Borges asombrosamente erudito y pol¨ªglota. En Madrid -resid¨ªa en un hotel de la Puerta del Sol donde tiene una placa- trab¨® amistad con el pol¨ªgrafo espa?ol Rafael Cansinos Assens "cuando ¨¦ste le dijo que era capaz de saludarle en treinta lenguas", dice Kodama con un divertimento muy semejante al que caracteriza esta muestra gr¨¢fica, cuyo hilo conductor es la sonrisa que signa los rostros de ambos amantes.
La visita de Mar¨ªa Kodama ha servido a la Consejer¨ªa de Cultura y Turismo para anunciar un convenio que establecer¨¢ la sede europea de la Fundaci¨®n Jorge Luis Borges en la Biblioteca P¨²blica de Retiro, en la calle del Doctor Esquerdo, 138 -ayer con 74 vol¨²menes del autor- y que, a partir de ahora, llevar¨¢ su nombre. Santiago Fisas, consejero del Gobierno regional, mostr¨® un espacio preparado para recibir la sede, con paveses casetonados y dos amplias escaleras, desde alguno de cuyos pelda?os, -reflexion¨® Kodama- "bien pudiera hallarse otro punto desde el cual se contemple el mundo entero", en referencia a El Aleph, cuento de cu?o persa inmortalizado por el escritor porte?o.
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