Del amor, el mal y la muerte
Fatih Akin (Hamburgo, 1973) habla y no para al otro lado del tel¨¦fono desde su ciudad natal. Va pespunteando las frases r¨¢pidas y la voz grave con la coletilla "?no?" ("ne?", en alem¨¢n) como una m¨²sica interior que le brota sin control, como si buscara siempre la aprobaci¨®n del interlocutor o le dejara v¨ªa libre para apostillar sus ideas, matizar y aportar sus historias. S¨ª, dir¨¢ luego. No es hablar, sino escuchar lo que a ¨¦l m¨¢s le gusta. Atender a las vidas ajenas, empaparse de ellas y construir despu¨¦s las situaciones al l¨ªmite de sus personajes, aqu¨ª y all¨¢, en Alemania y en Turqu¨ªa, tal como muestra en sus obras. "Siempre me interesaron los outsiders, aquellos que est¨¢n fuera del camino habitual; tengo simpat¨ªa por las prostitutas, los homosexuales, los negros, los ind¨ªgenas, los parados, los borrachos, los noct¨¢mbulos, los sin techo, los sin papeles, los sin nada, todos esos seres que est¨¢n siempre ah¨ª, al lado de uno, ?no?".
As¨ª suced¨ªa en Contra la pared, una historia de amor cruda, contundente, con una m¨²sica atronadora; una inmersi¨®n sin concesiones en la opresiva vida de una mujer turca de y en una familia tradicional. "Pero no es de esa violencia tan expl¨ªcita, yo no soy fan de Tarantino", puntualiza. Y as¨ª sucede ahora con Al otro lado, un cruce de geograf¨ªas existenciales m¨¢s llevadero que su filme anterior, pero igual de desasosegante. Seis personajes de dos generaciones que habitan mundos paralelos entre Europa y Asia y, en un puzzle azaroso (contado en vaiv¨¦n, al estilo de 21 gramos, un gui¨®n de su admirado Guillermo Arriaga), la muerte de unos va condicionando el renacer y el crecer de los otros, que los a?oran, los lloran, hasta los perdonan.
El encuentro, dice, con la m¨ªtica actriz alemana Hanna Schygulla (rostro de Fassbinder) y con el famoso actor turco Tun?el Kurtiz (rostro de otro realizador al que venera, el kurdo Yilmaz G¨¹ney) acab¨® de decidir la obra.
"Me fascinan las relaciones humanas, no s¨®lo las sexuales, me refiero a todas, a su conjunto, a c¨®mo se establecen, lo que provocan y representan". Lo que atan e implican. Una fuerza tan poderosa como la propia pasi¨®n por la vida, por hacer las cosas. "Cuando una persona lucha apasionadamente por una causa se vuelve sexy". Y la inteligencia, comenta, tambi¨¦n lo es ("muy, muy sexy"). Asegura Akin que necesitar¨ªa vivir varias vidas para rodar todas las historias poderosas que le surgen. "No tenemos mucho tiempo; se debe aprovechar cada segundo". Algo que ahora que es padre de un ni?o de dos a?os sabe mejor que nunca. El tiempo preciso para cada pasi¨®n. Las suyas: sus dos familias. La real y esa otra que construye en los rodajes, en los que comparte todo con el equipo: "Los actores tienen un papel muy activo, el gui¨®n est¨¢ abierto, casi todo se va construyendo? y luego la m¨²sica convierte todo eso en tridimensional".
Las dos obras citadas son la primera y segunda parte de una trilog¨ªa que Fatih Akin dedica al amor, la muerte y el mal. ?se es el t¨ªtulo: Liebe, tod und teufel. ?Y por qu¨¦ tres filmes? "Son indisociables. Con uno solo no alcanzaba a contar todo lo que quer¨ªa contar. Y porque yo aspiro a dedicarme largo tiempo a hacer cine, que es mi pasi¨®n? Desde los ocho a?os sab¨ªa que ser¨ªa director". Y s¨ª. Porque ve cine a diario y tiene una colecci¨®n de DVD ampl¨ªsima. Porque en su conversaci¨®n borbotean las referencias a sus modelos (Scorsese, G¨¹ney, Fassbinder, Coppola, Wilder), a sus obras m¨¢s gustosas? Y porque quiere ilustrar con la mayor precisi¨®n posible esa ecuaci¨®n de tres factores, tres v¨¦rtices, que conforman, dice, al ser humano. "El amor, que es todo, paciencia, tolerancia, entrega. El mal, que es justo lo contrario: ignorancia, racismo, poder? Y en medio, la muerte, no como final, sino como ruptura y transformaci¨®n; la intermediaria; ese dualismo vertiginoso; el espejo que hace que todo lo positivo pueda convertirse en negativo y viceversa". Una balanza que se inclina constantemente de un lado a otro. "Si hay guerras en el mundo", explica, "es por eso, porque el hombre no ama lo bastante al pr¨®jimo. El fracaso del intermediario, ?no?".
'Pendulear' ser¨ªa el verbo en castellano adecuado para definir lo que Akin hace hacer a sus protagonistas: pendeln, en alem¨¢n. Ir y venir, andar en vaiv¨¦n, oscilar de aqu¨ª para all¨¢. Nejat, Ali, Yeter, Ayten, Lotte y Susanne pendulean entre dos mundos en Al otro lado, como antes lo hicieron el matrimonio de conveniencia formado por la turca Sibel y el rockero borracho de Cahit en Contra la pared, pel¨ªcula con la que Akin consigui¨®, entre otros premios, el Oso de Oro del Festival de Berl¨ªn de 2004 a la mejor pel¨ªcula y al mejor director. En sus creaciones, desde aquellos primeros cortos titulados Kurz und schmerzlos (Corto y sin problemas), filmado casi a la puerta de su casa en Hamburgo, y Get¨¹rkt (Turqueado, vendr¨ªa a significar) con los que debut¨® en 1998, hasta incluso esa pel¨ªcula musical rodada en 2005 en Estambul (Cruzando el puente. Los sonidos de Estambul), los protagonistas transitan por las calles, deambulan por su barrio, se mueven por la ciudad, se pasan la vida subidos a los autobuses, los trenes; recortando distancias en coche, en barco, en avi¨®n; yendo de un pa¨ªs a otro, de un paisaje urbano a otro rural, del interior a la costa? de la cercan¨ªa a la distancia. Como ¨¦l mismo hac¨ªa de ni?o los veranos cuando desde Alemania cruzaba en caravana toda Centroeuropa en coche camino de la patria paterna.
Ciudadanos del mundo embarcados en un tour existencial interminable. No paran quietos un instante, ni por fuera ni por dentro (aunque la imagen se detenga, la mirada se pare ante la c¨¢mara o el cuerpo enmudezca y duerma). "Yo mismo soy hiperactivo y m¨²ltiple, trabajo en muchos proyectos a la vez". Ante s¨ª tiene varios: el largo Soul Kitchen, un corto en el proyecto colectivo I love you New York, la biograf¨ªa del realizador kurdo Yimaz G¨¹ey, que estuvo a?os perseguido y encarcelado en Turqu¨ªa, y hasta una historia de emigrantes hacia Ellis Island, en Estados Unidos: "Ser¨¢ mi primer western".
En su pa¨ªs natal, acostumbrados a poner nombre r¨¢pido a las cosas, llaman a sus obras (y a las de otros directores como Thomas Arslan y Y¨¹ksel Yavuz) "migrantenkino" (cine de migraci¨®n), g¨¦nero que los muchos premios obtenidos por Akin confirman como de tir¨®n. Y dicen que es la cosecha obtenida por haber sido tierra de acogida e integraci¨®n durante d¨¦cadas, pero esto es algo que Akin niega, como niega pertenecer a una generaci¨®n de realizadores: "Este cine est¨¢ vivo, est¨¢ en las escuelas de cine desde hace mucho, el que brille ahora es porque en realidad el cine alem¨¢n brilla y cada uno de nosotros cuenta y narra de lo que conoce, del lugar y la gente con la que vive. Buen momento para el cine alem¨¢n. Nada m¨¢s".
Art¨ªculos y art¨ªculos en los medios alemanes analizaron el porqu¨¦ del ¨¦xito de Contra la pared (hac¨ªa m¨¢s de tres lustros que una producci¨®n alemana no ganaba el m¨¢ximo galard¨®n de la Berlinale), con el que Fatih pas¨® en un pisp¨¢s de ser un "desconocido realizador de origen turco" a "estrella del cine alem¨¢n". Mientras la comunidad turca m¨¢s conservadora y religiosa se deten¨ªa en lo irreverente de la propuesta y en el desnudo "inaceptable" de la protagonista, el sensacionalista Bild Zeitung sacaba a relucir el pasado como pornostar de la actriz. Otros hablaban de c¨®mo nada tiene que ver "este cine" con aquel otro marroqu¨ª o argelino nacido en la periferia de Par¨ªs o incluso con el italo-americano en Estados Unidos. "?ste nace y crece en el centro mismo de la ciudad, y no es producto de la excepci¨®n, sino de la normalidad", escrib¨ªa Die Zeit en 2004.
Fatih Akin es, ya est¨¢ dicho, turco y alem¨¢n, segunda generaci¨®n de inmigrantes en la Alemania rica y occidental de entonces, pero no se considera ni de aqu¨ª ni de all¨¢, sino ambas cosas, y ninguna que no sea ciudadano universal: "No creo que ning¨²n adjetivo nacional alcance a definirme". Se confiesa con tradici¨®n y educaci¨®n musulmanas, pero no practicante. Respeta algunas costumbres y rechaza otras. "Mi educaci¨®n, esa mezcla de lo mediterr¨¢neo y lo centroeuropeo, me ha hecho m¨¢s rico".
En su vida, dice, la religi¨®n no juega ning¨²n papel. "En la de mis padres, s¨ª; y en la de los de mi esposa, Monique, que es mexicana, y M¨¦xico es un mundo, ya se sabe; y s¨ª, hablo un poquito de espa?ol, mi hijo se llama Santiago, y mi productora, Coraz¨®n Internacional, ?no?". Y sigue: "?Qu¨¦ pienso de la relaci¨®n de Turqu¨ªa con la UE? Cada d¨ªa odio m¨¢s a la UE. ?Qu¨¦ es en realidad? ?Angela Merkel vendiendo armas? ?Sarkozy con la Bruni? Es una pena que las reformas en Turqu¨ªa se hagan por presiones de la UE y no por verdadera necesidad democr¨¢tica. Y considero que ese ambiente tranquilo de los turcos en Alemania tiene m¨¢s que ver con el esfuerzo hecho por las personas, que con el triunfo de una pol¨ªtica de integraci¨®n determinada y...". Esc¨¦ptico es la palabra. Eso s¨ª, asegura convincente y convencido, hoy d¨ªa todo es pol¨ªtico o pol¨ªtica, aunque ¨¦l la odie tanto como a esos nacionalismos exacerbados que provocan estrechez de miras y, en consecuencia, tanta pobreza de esp¨ªritu y tanto sufrimiento.
Su relaci¨®n con Turqu¨ªa es de amor-odio. Le encanta. Le enerva? Y alguien susurra al otro lado del tel¨¦fono que debemos acabar. ?ltima pregunta. ?Por qu¨¦ sus finales son siempre abiertos? "Porque la vida es un poco as¨ª. Y porque me gustan las pel¨ªculas o los libros que no responden todas las preguntas". ?Y regresa el padre en la ¨²ltima escena de Al otro lado?
?l, dice, tiene su opini¨®n, pero "lo que suceder¨¢ depende de ti misma".
'Al otro lado', de Fatih Akin, se estrena el 14 de marzo en cines de toda Espa?a.
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