CiU gana margen para condicionar a Zapatero sin tener la llave en solitario
La federaci¨®n se salva del bipartidismo y obtiene 10 diputados
Josep Antoni Duran Lleida lo arriesg¨® todo a una carta. Y a tenor de los resultados, no le ha ido nada mal. Los nacionalistas obtuvieron diez diputados, la misma cifra que en 2004 y albergan esperanzas de que hoy el recuento del voto procedente del extranjero les otorgue uno m¨¢s. Pero no han conseguido su objetivo m¨¢s ambicionado: tener la llave de la gobernabilidad en solitario y condicionar con ella a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Sin embargo, el resultado definitivo proporciona a la federaci¨®n nacionalista mayor margen de negociaci¨®n con el PSOE, debido al descalabro de quienes fueron en la pasada legislatura socios preferentes de los socialistas (Izquierda Unida y Esquerra Republicana), sobre todo visto el desplome de los independentistas catalanes.
Duran augura que CiU ser¨¢ una pieza "central" en la pol¨ªtica espa?ola
El retroceso de ERC da alas a CiU como garante del catalanismo en Madrid
"Hemos resistido bien la ola de la bipolarizaci¨®n", subray¨® Duran en su comparecencia, pasadas las 22.30 horas, en la que estuvo acompa?ado de Artur Mas y toda la c¨²pula nacionalista. Su mensaje fue claro: pese a los "intentos" de limitar la presencia de CiU en la pol¨ªtica espa?ola, dijo, la federaci¨®n ser¨¢ "central" en ella. No ser¨¢n los nacionalistas quienes mover¨¢n ficha y esperar¨¢n a ver los pasos que da el PSOE para asegurarse la investidura de Zapatero y la gobernabilidad de la legislatura. Los dirigentes de CiU, reunidos en el hotel Majestic de Barcelona, pasaron la velada electoral m¨¢s pendientes de los resultados del PSOE que de los propios, clavados en 10 esca?os, hasta ¨²ltima hora. Cerca de las dos de la madrugada, CiU ganaba un diputado a costa del PP en Barcelona, a la espera de contabilizar esta semana el voto por correo.
Cuanto m¨¢s bajaba Zapatero, m¨¢s amplia era la sonrisa de los nacionalistas catalanes, pues se ampliaba su capacidad de maniobra. No es lo mismo contar con el apoyo de 11 diputados de una tajada que ir negociando con tres o cuatro partidos para lograr la mayor¨ªa en una votaci¨®n. Y los convergentes confiaban en que al PSOE le ocurriera eso. Cuando los socialistas se plantaron en 167 diputados (luego ganar¨ªan otros dos), se oyeron t¨ªmidos aplausos de simpatizantes.
La prudencia de los primeros an¨¢lisis de la noche se fue tornando optimismo, pero sin euforia. Los sonoros aplausos s¨®lo se oyeron cuando salieron a la palestra los m¨¢ximos dirigentes de CiU para confirmar que aguantaban el golpe y el duro empuje de la bipolarizaci¨®n. As¨ª, el n¨²mero dos de Converg¨¨ncia, Felip Puig, subrayaba en su primera aparici¨®n que la federaci¨®n era el ¨²nico partido "de obediencia estrictamente catalana" que mejoraba resultados y, de este modo, se erig¨ªa en "fuerza garante del catalanismo pol¨ªtico con capacidad de influencia en Madrid".
El bipartidismo al final no ha pasado factura a CiU, aunque sus dirigentes confiaban en superar ese casi dram¨¢tico resultado de 2004, de 10 esca?os, que fue el peor de la federaci¨®n.
Duran podr¨¢ respirar aliviado despu¨¦s de una campa?a marcada por su s¨²bita enfermedad. Una semana antes del arranque tuvo que pasar por la mesa de operaciones para que le fuera extirpado un tumor maligno en el pulm¨®n. Se est¨¢ recuperando, pero sus asesores se vieron obligados a reprogramar todos los actos, no sin cierto desbarajuste en los mensajes electorales.
Al final, un empate que en CiU deja, indudablemente, un sabor agridulce. Duran Lleida intentar¨¢ sacar pecho, pero ya se ver¨¢ c¨®mo reacciona el otro partido hermano de la federaci¨®n, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica. Jordi Pujol y Artur Mas no se cansaron de reclamar durante toda la campa?a una reacci¨®n en toda regla de Catalu?a frente a los "enga?os" e "incumplimientos" de los socialistas, una vez que los sondeos auguraban su victoria. No se ha producido ese pu?etazo sobre la mesa que anhelaban. Ni tan s¨®lo de ese electorado m¨¢s catalanista, pues CiU repite resultado y Esquerra se hunde irremediablemente hasta perder el grupo parlamentario.
Cuando los dirigentes independentistas aparecieron por televisi¨®n en las pantallas de la sede electoral de CiU, se oyeron sonoros silbidos y alg¨²n que otro insulto. Son hermanos catalanistas, pero no les perdonan el haber votado al socialista Jos¨¦ Montilla como presidente de la Generalitat. M¨¢s tarde, Mas lamentaba la p¨¦rdida de peso en Madrid "de los partidos de estricta obediencia catalana", en referencia a ERC.
Pese a este p¨¦same, en CiU ya se frotaban las manos por las repercusiones que estos resultados tendr¨¢n para el tripartito. Y aunque los republicanos proclamaron que el Gobierno catal¨¢n no se tambalea, en CiU mantienen otra teor¨ªa plagada de esperanza. "Ya veremos si ERC aguanta este terremoto, con una legislatura en la que debe desarrollarse el Estatuto y negociarse una nueva financiaci¨®n", se?al¨® un dirigente de CDC.
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