El plan contra el desempleo se ampliar¨¢ a todos los parados

El declive del ladrillo infundi¨® al Gobierno la idea de elaborar un plan espec¨ªfico para combatir el paro en la construcci¨®n. Pero la negociaci¨®n con los agentes sociales ha ampliado el horizonte de estas medidas que tratan de ahuyentar el fantasma del desempleo. El primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno -previsiblemente, el 11 de abril- pretende aprobar un plan extraordinario que se aplicar¨¢ durante este a?o para facilitar la reinserci¨®n de trabajadores que hayan perdido su empleo en labores con m¨¢s futuro.

La idea inicial consist¨ªa en atender a los 132.378 desempleados nuevos con que arranc¨® el a?o, el peor repunte mensual de la democracia, seg¨²n los datos de paro registrado. Pese a la alarma que gener¨® esa cifra, los sindicatos se opusieron a que las medidas extraordinarias se dirigieran s¨®lo a la construcci¨®n -aproximadamente la mitad de los nuevos parados procede del sector servicios- y a que quedasen excluidos los de m¨¢s antig¨¹edad. Tras recibir las primeras aportaciones de UGT, de Comisiones Obreras y de la CEOE -que la patronal efectu¨® m¨¢s tarde-, Trabajo se ha comprometido a estudiarlas y a incluir ciertas mejoras, aunque en esencia las partes ven con buenos ojos el plan. ?stas son las principales novedades:

- Itinerarios personalizados. Ning¨²n parado es igual a otro. Recolocarlos requiere trazar un plan personalizado para cada uno. Ese compromiso, ya adquirido en acuerdos anteriores, nunca se ha puesto en marcha. Esta vez, el Gobierno se compromete a reforzar las oficinas de empleo con 1.500 nuevos orientadores que rastreen "las opciones de reciclaje y b¨²squeda de empleo de las personas que han perdido su ocupaci¨®n", seg¨²n figura en el documento del Ministerio de Trabajo. El objetivo es que cada oficina -hay 701 en todo el pa¨ªs- tenga uno o dos profesionales cualificados para realizar esa labor.

Lo que los sindicatos pretenden es que esta iniciativa tenga vocaci¨®n de permanencia: que los itinerarios sean la forma habitual de ayudar a los demandantes de empleo y que los orientadores permanezcan en los servicios p¨²blicos de empleo una vez concluido el plan. Tambi¨¦n exigen otras medidas de cambio de modelo productivo para que el crecimiento econ¨®mico sea sostenible.

- 350 euros al mes. Cuando los orientadores consideren que un desempleado necesita un periodo de formaci¨®n para reciclarse en otro empleo, los candidatos podr¨¢n acceder a ayudas mensuales de 350 euros durante un m¨¢ximo de tres meses. Esa subvenci¨®n s¨®lo la percibir¨¢ quien no tenga prestaci¨®n de desempleo, subsidio o ingresos superiores al indicador p¨²blico de rentas (equivalente a 516,90 euros al mes). Los destinatarios preferentes ser¨¢n "los trabajadores con graves problemas de empleabilidad, especialmente por razones de edad".

- Ayudas adicionales. Durante ese periodo de formaci¨®n, los beneficiarios podr¨¢n complementar los 350 euros mensuales con becas o ayudas para transporte. Quienes deban cambiar de residencia fruto de estas medidas acceder¨¢n a partidas por desplazamiento, mudanza, alojamiento o guarder¨ªa. Estas ayudas a¨²n no est¨¢n cuantificadas.

- Captar a las empresas. Los orientadores de empleo deben recoger las ofertas vacantes que existan en el mercado, "de tal manera que sean los servicios de empleo los que se dirijan a las empresas". Se propone convocarlas para ofrecerles convenios de colaboraci¨®n con el compromiso de que contraten a trabajadores provenientes de sectores con dificultades.

- Financiaci¨®n. Es uno de los asuntos m¨¢s espinosos, no tanto por el coste del plan (alrededor de 201 millones de euros) como por el origen de esos fondos. Los sindicatos creen que lo m¨¢s justo ser¨ªa financiarlo con cargo a los Presupuestos de este a?o, pero asumen que finalmente se har¨¢ con los excedentes de los servicios de empleo -es decir, con las cotizaciones de los trabaja-dores-, que en teor¨ªa s¨®lo deber¨ªan servir para pagar las prestaciones por desempleo generadas.

El documento inclu¨ªa un ¨²ltimo apartado que disgust¨® a sindicatos y empresarios, por lo que el Gobierno parece dispuesto a retirarlo. Se trata de un cuadro de correspondencias entre actividades que pierden empleo y otras en las que deber¨ªan ser recolocados los ex trabajadores de esas actividades en declive. Trabajo lo plante¨® como una gu¨ªa para los orientadores profesionales, pero los sindicatos insisten en que el cambio de ocupaci¨®n debe ser voluntario. Previsiblemente, el Ejecutivo renunciar¨¢ a mantenerlo.