"Ha nacido una nueva lengua: el rife?o-catal¨¢n"
En catal¨¢n existe una palabra para definir a los amantes de cultivar la literatura: lletraferit. Najat el Hachmi (Marruecos, 1979) forma parte de esa casta. La escritora pas¨® del anonimato a la fama gracias a L'¨²ltim patriarca [El ¨²ltimo patriarca], libro galardonado con el Premio Ramon Llull, el Planeta de las letras catalanas. Todo un lujo para una autora de la que apenas se ten¨ªa noticia. La novela, que en castellano aparecer¨¢ a finales de este mes, narra el choque generacional que se desencadena en una familia de inmigrantes entre un padre d¨¦spota, el patriarca, y su rebelde hija.
Marroqu¨ª y ganadora del Planeta de las letras catalanas, odia la palabra integraci¨®n
El encuentro con la autora se produce en la cafeter¨ªa Lletraferit, un local lleno de libros para acompa?ar el copeteo que est¨¢ ubicado en el Raval, en la calle de Joaqu¨ªn Costa. Antes se llamaba calle de Poniente y con ese nombre ocup¨® un lugar destacado en la historia del crimen local, porque all¨ª viv¨ªa a principios del siglo XX Enriqueta Mart¨ª, la terrible sacamantecas bautizada como La Vampira de Barcelona. Pero ¨¦sa es otra historia y tampoco se trata de ponerle mal cuerpo a El Hachmi con relatos macabros.
La escritora llega con hambre, pero en este local no se sirven comidas y tiene que recurrir al socorrido caf¨¦ con leche. Entre libros, est¨¢ en su salsa. Cuando se le pide que coja uno para leer en el tren, busca El extranjero, de Albert Camus. Como no lo encuentra, opta por Le th¨¦ au harem d'Archi Ahmed (Gallimard), de Mehdi Charef, una obra que comparte imaginario con la suya.
En eso de rastrear en las estanter¨ªas se le nota pericia. "No tengo muchos libros, siempre he tirado de bibliotecas". Ahora, ni siquiera tiene tiempo para leerlos, porque su agenda est¨¢ llena de citas. Tanto, que parece ubicua. Hace poco, por ejemplo, particip¨® en una nueva entrega de Anatom¨ªa, un curioso acto cultural barcelon¨¦s que consiste en practicar metaf¨®ricamente la autopsia a un singular cad¨¢ver: la literatura catalana producida durante el a?o pasado. Todo muy CSI, pero sin Las Vegas.
El Hachmi trabaja en la oficina de acogida para inmigrantes del Ayuntamiento de Granollers. All¨ª ha constatado la eclosi¨®n de una nueva lengua: "el rife?o-catal¨¢n, algo as¨ª como un spanglish aut¨®ctono de los inmigrantes de origen marroqu¨ª". Ahora sue?a con poderse dedicar a escribir con m¨¢s tranquilidad. Eso s¨ª, su familia no entiende del todo su gusto por consagrarse a la literatura. "Les parece extra?o. Algunos miembros de mi familia creen que escribir bien es tener buena letra", bromea.
Son malentendidos propios de haber vivido en dos mundos diferentes: hasta los ocho a?os en Marruecos y desde entonces en Catalu?a. Como nexo de uni¨®n entre ambos, su titulaci¨®n universitaria: filolog¨ªa ¨¢rabe. "Ten¨ªa mucha formaci¨®n sobre la cultura occidental, pero me faltaba lo mismo de otra realidad que tambi¨¦n forma parte de m¨ª y que est¨¢ m¨¢s all¨¢ del Estrecho. Por ejemplo, en las clases de historia del colegio mataban en tres l¨ªneas de manual ocho siglos de cultura ¨¢rabe-isl¨¢mica en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica", recuerda.
?Una palabra que deteste? "Integraci¨®n", responde sin dudar. "Es de risa. Mientras hablemos de la inmigraci¨®n como un problema, no trataremos de otras cuestiones fundamentales. Nos intentan idiotizar, el pensamiento cr¨ªtico es escaso", concluye muy guerrera. Pobre del pretendido patriarca, ay, que se cruce con ella.
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