Diga muuu, por favor
Reconozc¨¢moslo: despu¨¦s de una legislatura como la pasada, se nos hac¨ªa interminable aguardar hasta la constituci¨®n de las nuevas Cortes y la elecci¨®n de las Mesas. Mir¨¢bamos el calendario y los primeros d¨ªas de abril parec¨ªan no llegar nunca, sobre todo si, como anunciaban los signos m¨¢s aciagos, el remedio a nuestra ansiedad pod¨ªa demorarse, incluso, hasta el primer pleno de pol¨ªtica general o la primera sesi¨®n de control al Gobierno. Y todo ello con la preocupaci¨®n a?adida de que las declaraciones de los l¨ªderes insinuaban que comenzaba un tiempo nuevo, diferente del anterior. Pero, ahora, todo nos sonr¨ªe. Nuestra angustiosa espera ha recibido recompensa.
El se?or Bono ha sabido comprender lo que ha pasado desapercibido a otros pol¨ªticos con menor vocaci¨®n de sacrificio que la suya, que han hecho mutis cuando m¨¢s los necesit¨¢bamos. Como ciudadanos atentos a la pol¨ªtica, como seguidores incondicionales del apasionante espect¨¢culo pol¨ªtico que se desarrolla desde hace tantos a?os, estamos irremediablemente enganchados a la crispaci¨®n, y se nos hac¨ªa insufrible vivir este largo par¨¦ntesis entre dos legislaturas sin la adrenalina de las declaraciones descomunales, sin esa m¨²sica celestial para nuestros o¨ªdos que son las declaraciones chabacanas. Nunca tendremos suficientes palabras de agradecimiento para un pol¨ªtico que ha estado a la altura de nuestras necesidades y que ha sabido decir lo que correspond¨ªa en unos momentos tan cruciales como ¨¦stos. Atizar a los nacionalistas con la gu¨ªa de tel¨¦fonos: nunca tan pocas palabras proporcionaron tanto alivio.
Bien es verdad que el se?or Erkoreka no se ha dejado arrebatar la bandera del servicio a los ciudadanos y se ha apresurado a comparar al se?or Bono con un cabestro. Como ciudadanos enganchados a la crispaci¨®n, tal vez tendr¨ªamos que agradec¨¦rselo. Pero es que el remedio del se?or Erkoreka ha tenido un perverso efecto secundario, que nos obliga a censurar su conducta. Porque nosotros, debido a nuestra adicci¨®n, no es que queramos, es que necesitamos que el se?or Bono diga muuu.
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