Camacho y otros cuatro condenados ingresan en prisi¨®n tras la sentencia

No les dio tiempo a digerir que hab¨ªan sido condenados. Nada m¨¢s concluir la lectura de la sentencia, el fiscal Vicente Gonz¨¢lez Mota reclam¨® del tribunal que enviase a prisi¨®n a los acusados que hubieran sido condenados a m¨¢s de seis a?os. Eran cinco, el propietario de Gescartera, Antonio Camacho (11 a?os); los directivos de la entidad Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz de la Serna (10 a?os y 6 meses) y Javier Sierra de la Flor (6 a?os y 6 meses); el proveedor de clientes An¨ªbal Sard¨®n (9 a?os) y el asesor fiscal y proveedor de testaferros Julio Rodr¨ªguez Gil (6 a?os).

A todos ellos, incluido Camacho que ya deb¨ªa de esperarlo, se les cambi¨® la cara. Camacho hab¨ªa entrado sonriente embutido en su traje gris y haciendo bromas con su letrado Miguel Bajo. Pero aunque quiz¨¢ para ellos la condena entraba dentro de lo probable, seguramente pensaron que tras la lectura de la sentencia seguir¨ªan en libertad hasta que el Supremo resolviera los previsibles recursos y la resoluci¨®n fuera firme.

La presidenta del tribunal, Paloma Gonz¨¢lez Pastor, sin embargo, convoc¨® de inmediato las vistillas sobre la prisi¨®n. Camacho hab¨ªa cumplido ya 2 a?os y 11 meses en prisi¨®n preventiva. Sard¨®n y Rodr¨ªguez Gil, apenas unos meses. Ruiz de la Serna y Sierra, nada.

De nuevo solos. Uno a uno, los cinco imputados comparecieron ante el tribunal mientras el fiscal alegaba que exist¨ªa un elevado riesgo de fuga y exig¨ªa su inmediato encarcelamiento.

El tribunal valor¨® la "gravedad de los hechos perpetrados, la elevada penalidad que se ha impuesto a los acusados (...) y la propia desaparici¨®n del dinero en su d¨ªa confiado por los inversionistas, en cuant¨ªa importante". Todo ello, precisan los magistrados, "conlleva un gran riesgo de fuga que ha de conjurarse mediante la adopci¨®n de tan dr¨¢stica medida cautelar".

Dos horas despu¨¦s de iniciada la lectura del fallo, los acusados ya sab¨ªan que permanecer¨ªan en la prisi¨®n de Soto del Real (Madrid), al menos hasta cumplir la mitad de la pena que les han impuesto.

Mientras tanto, el Tribunal Supremo tiene tiempo para resolver los recursos correspondientes y dictar la sentencia definitiva, de forma que los condenados no podr¨¢n ya fugarse.