Versos por las esquinas

Madrid ha sido casi siempre fuente manantial de poemas. Nacidos madrile?os o llegados de fuera y aposentados, mil poetas hallaron aqu¨ª inspiraci¨®n y acicate. Desde el nicarag¨¹ense Rub¨¦n Dar¨ªo, mu?idor y orfebre del Modernismo, hasta Jorge Luis Borges, residente en un hotel de la Puerta del Sol, el inolvidable Pablo Neruda de la Casa de las Flores, o el C¨¦sar Vallejo amigo de todos. Lo mejor que Madrid les dio fueron los altos celajes de un azul puro, que aqu¨ª lo envuelve todo e inflama de luz los versos y que ahora se recuerda con motivo del D¨ªa Mundial de la Poes¨ªa, el pasado 21 de marzo.

Pionero de los poetas fue Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, que recorriera las cuerdas que surcan la cordillera de Cabeza L¨ªjar hasta la Somosierra y que hallara en la dehesa de La Finojosa, frente a Manzanares, esparcimiento a su traviesa libido.

Federico Garc¨ªa Lorca, manantial de alegr¨ªa, vivi¨® entre Goya y Narv¨¢ez

En el siglo XV, Fern¨¢n P¨¦rez de Guzm¨¢n escribi¨® versos de gran finura desde el se?or¨ªo del castillo, hoy madrile?o, de Batres, donde se dice que naciera Garcilaso de la Vega, luz de la l¨ªrica castellana. Hijo tambi¨¦n de aquel siglo fue el madrile?o Juan ?lvarez Gato (1433-1509), autor de cancioneros; el callej¨®n que lleva su nombre fue evocado en Luces de bohemia por Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n, padre del po¨¦tico realismo m¨¢gico, pese a que se atribuya a otros lejanos padres.

Miguel de Cervantes, mejor poeta de lo que ¨¦l se consideraba, fue vecino de la calle de Francos esquina a la del Le¨®n. Francisco de Quevedo, sard¨®nico gu¨ªa de monarcas, residi¨® en la que hoy ser¨ªa la calle de su nombre. Y del impar versificador F¨¦lix Lope de Vega se conservan hoy el pozo y el jard¨ªn de su morada, en pleno barrio de Las Letras. Todos ellos encomiaron Madrid villa en sus versos, novelas o dramas, pero maldijeron las tramas cortesanas que les oprimieron.

El prol¨ªfico Pedro Calder¨®n de la Barca escribi¨® aqu¨ª de combates navales, naumaquias, para ser representadas en el Estanque Grande del Buen Retiro; ser¨ªa enterrado en la calle de San Bernardo; Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, ilustrado afrancesado, vecino de Las Letras, fue asiduo de la Quinta del Sordo, de su buen amigo el pintor Francisco de Goya; Gustavo Adolfo B¨¦cquer, inquilino de la calle de Claudio Coello, compuso algunas de sus leyendas a un suspiro del domicilio de Emilia Pardo Baz¨¢n, amiga de Benito P¨¦rez Gald¨®s. Antonio Machado, poeta de Castilla, y su hermano Manuel, costumbrista, desplegaron su estro en los Madriles y moraron en las calles de Fuencarral y Churruca.

Enrique de Mesa llev¨® sus versos hasta la cumbre del lirismo en sinton¨ªa con la que, desde Pe?alara, se ense?orea de Madrid. Fue enterrado en 1929 en el claustro del monasterio de El Paular. Federico Garc¨ªa Lorca, manantial de alegr¨ªa, vivi¨® en la calle del Pinar, Residencia de Estudiantes, y en la calle de Goya esquina a Narv¨¢ez. Jes¨²s L¨®pez Pacheco, Jos¨¦ Hierro, Claudio Rodr¨ªguez, ?ngel Gonz¨¢lez, al igual que Gloria Fuertes, enamorada de los ecos, hoy todos desaparecidos, vivir¨¢n todav¨ªa lustros en sus poemas, como el Nobel Vicente Aleixandre. En la calle de Velintonia, su casa corre el riesgo de ser demolida: nadie se compromete a convertirla en Casa de la Poes¨ªa.