Las turbulencias forjan otro 'consenso de Washington'

A diferencia de otras cumbres en las que coinciden el FMI, el Banco Mundial y el G-7, Washington es esta vez un remanso de paz. Los controles policiales son dignos de Estados Unidos, pero no han aparecido por la capital estadounidense los manifestantes antiglobalizaci¨®n. No hay protestas, apenas se oyen ecos de las concentraciones contra la guerra de Irak ante la Casa Blanca. Nada. Y, sin embargo, la profundidad de la crisis financiera y la aparici¨®n de la crisis alimentaria han alimentado las tensiones entre el ej¨¦rcito de funcionarios, ministros, banqueros centrales y dem¨¢s representantes del mundo econ¨®mico y financiero que se dan cita en Washington.

La capital estadounidense vio nacer el denominado consenso de Washington en la d¨¦cada de los noventa: 10 instrumentos de pol¨ªtica econ¨®mica con tintes marcadamente neoliberales, a favor de una especie de darwinismo econ¨®mico: la supervivencia del m¨¢s fuerte en un mercado dominado por la competencia y la relativa ausencia de reglas de juego. Durante a?os eso se tradujo en innovaciones financieras y en enormes beneficios para el sector bancario. La actual crisis financiera -la mayor desde los a?os treinta- es consecuencia de esos excesos, a juzgar por el pu?etazo en la mesa del G-7 y el FMI, que parece cerrar esa p¨¢gina de la historia econ¨®mica.

Al frente del Fondo Monetario Internacional, el socialista franc¨¦s Dominique Strauss-Khan explicaba el jueves lo que despu¨¦s han repetido durante el fin de semana las principales instituciones multilaterales, desde el Banco Mundial al poderoso G-7, en lo que parece un nuevo consenso de Washington, pero con un gui¨®n distinto.

"Somos partidarios de distintos tipos de control, que van desde las intervenciones de los bancos centrales para paliar la sequ¨ªa en los mercados de cr¨¦dito hasta aumentar los sistemas de control de riesgo y de supervisi¨®n financiera", adem¨¢s de "el uso de fondos p¨²blicos si la situaci¨®n lo requiere", dijo ante los periodistas el sucesor del espa?ol Rodrigo Rato en la instituci¨®n. Eso, poco m¨¢s o menos, es todo lo contrario de las recetas que ha predicado el poderoso Fondo Monetario Internacional durante a?os y a?os.