Cuba trata de frenar el declive del sistema educativo
Fidel respald¨® la decisi¨®n de Ra¨²l Castro de destituir al ministro del ¨¢rea
No es casualidad que el primer ministro cesado por el Gobierno de Ra¨²l Castro haya sido el de Educaci¨®n. El deterioro del sistema educativo, universal y gratuito, era cuestionado por la poblaci¨®n desde hace tiempo. Del boca a boca popular se pas¨®, primero, a reproches m¨¢s o menos directos en la prensa oficial; y luego a cr¨ªticas dur¨ªsimas durante un reciente congreso de la Uni¨®n Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, en el que se lleg¨® a plantear que la actual estrategia educativa hipotecaba el futuro de la naci¨®n. Por eso, cuando el martes el ministro de Educaci¨®n, Luis Ignacio G¨®mez, fue destituido fulminantemente, la noticia no sorprendi¨®.
El comunicado en que se anunci¨® su cese no inclu¨ªa ninguna cr¨ªtica a G¨®mez, solamente el elogio de su sucesora, Ana Elsa Vel¨¢squez, quien durante los ¨²ltimos ocho a?os fue rectora del Instituto Pedag¨®gico de Santiago de Cuba. Sin embargo, por la forma de redacci¨®n de la nota oficial, al viejo estilo, todo el mundo entendi¨®. Durante el debate nacional celebrado el a?o pasado en la isla, el problema de la educaci¨®n y su deterioro sali¨® con fuerza. Decenas de miles de cubanos criticaron la calidad de la ense?anza y la improvisaci¨®n de maestros adolescentes, formados a toda prisa, que hoy llevan buena parte del peso de la ense?anza.
Cuando Ra¨²l Castro asumi¨® el cargo de presidente, el 24 de febrero, dijo que comenzar¨ªa a levantar prohibiciones absurdas y a tomar medidas para elevar el nivel de vida. Se?al¨®, adem¨¢s, que el mill¨®n de opiniones y planteamientos vertidos por sus compatriotas durante las asambleas ser¨ªan la materia prima para empezar a trabajar. Y, por supuesto, entre los problemas prioritarios, est¨¢ el de la educaci¨®n.
Hasta ah¨ª todo normal. Pero el mi¨¦rcoles, en un art¨ªculo publicado en Granma, Fidel Castro argument¨® el cese de G¨®mez. Dijo que ya no era "confiable" y opin¨® que "hab¨ªa perdido energ¨ªa y conciencia revolucionaria". Asegur¨® Castro que se le consult¨® la destituci¨®n y que estuvo de acuerdo, y a?adi¨®: "Asumo la responsabilidad plena por esta decisi¨®n". Diplom¨¢ticos y analistas vieron en la intervenci¨®n de Fidel una muestra de que su papel en el Gobierno sigue siendo relevante, y recordaron que Ra¨²l Castro pidi¨® al Parlamento autorizaci¨®n para consultarle "las decisiones de especial trascendencia".
En su art¨ªculo, Fidel dej¨® establecido que contin¨²a velando por el rumbo de su revoluci¨®n. "Usted puede pensar que su peque?o barco avanza r¨ªo arriba, pero si la corriente es m¨¢s fuerte estar¨¢ retrocediendo", dijo, para pedir despu¨¦s "no hacer vergonzosas concesiones a la ideolog¨ªa del imperio". "Los libelos enemigos me acusar¨¢n de aplicar terror psicol¨®gico a partir de la autoridad moral. El verdadero terror psicol¨®gico y f¨ªsico ser¨ªa el regreso del dominio imperial sobre Cuba", afirm¨®.
![Ni?os cubanos con uniforme escolar en el barrio de Habana Vieja, en La Habana, en 2002.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CZA5S6NMRYAZ6P6OQNOGCT5MUM.jpg?auth=3b525a7c37ec89148a7df404eae11693799d78b6d116704a833482f2e6963b22&width=414)
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