Memoria sonora de ?frica

Tres discos, tres, soberbios retazos de la memoria sonora africana de los a?os setenta, paradigma de la modernidad de la negritud antes de que esa convenci¨®n llamada world music habitara entre nosotros. En los setenta rein¨® el rey Fela, lo que nos viene al pelo para hablar del maliense Moussa Doumbia, quien, instalado en Abidj¨¢n (Costa de Marfil) entre 1974 y 1978, factur¨® la que se ha calificado como una obra audaz para un p¨²blico minoritario. Keleya es un muestrario soberbio de la vitalidad de Doumbia, creador de un afrobeat singular, repleto de incendiarios soplos de funk. Tras una estancia en Par¨ªs en los a?os ochenta, muri¨® en Mal¨ª en el m¨¢s triste de los anonimatos. De Mal¨ª procede tambi¨¦n el guitarrista Djelimady Tounkara, quien dio nuevos br¨ªos a la orquesta Le Rail Band, de Bamako (la rebautiz¨® Orchestre Super Rail Band Internacional), formaci¨®n por la que hab¨ªan pasado Salif Keita , Kant¨¦ Manfila y Mory Kant¨¦. Le Rail Band (creada por Tidian¨¦ Kon¨¦ a instancias del director del bar de la estaci¨®n de tren de Bamako) fue una de las precursoras del desarrollo contempor¨¢neo de la m¨²sica mandinga. En Allo Bamako, con Tounkara como l¨ªder, se recogen piezas que muestran diferentes aspectos musicales de la formaci¨®n: desde las influencias latinas a los encuentros con el jazz y el funk.

Y la senegalesa Orchestra Baobab fue, junto con la Star Band de Dakar, uno de los grupos m¨¢s sobresalientes de la conexi¨®n de las tradiciones mandingas y wolof con las vibraciones cubanas. Hoy, tras a?os de letargo, la Baobab ha vuelto a la actividad con grabaciones nuevas, pero A night at Club Baobab recopila grandes y ya m¨ªticas apuestas de la orquesta: desde Diarabi a Yolanda, pasando por Cabral y On verra (ce soir). -

Mousa Doumbia. Keleya. Djelimady Tounkara. Allo Bamako. Orchestra Baobab. A night at Club Baobab. Oriki Music / Karonte.