Montserrat y la memoria hist¨®rica
La Abad¨ªa de Montserrat est¨¢ mostrando estos d¨ªas una exposici¨®n de la Guerra Civil espa?ola que contiene una narrativa, presentada en forma de citas de personajes participantes y / o observadores de aquel conflicto, que reproduce una interpretaci¨®n hist¨®rica ampliamente promovida por c¨ªrculos de la Iglesia catalana y grupos sociales y pol¨ªticos afines a tal instituci¨®n. Seg¨²n ella, aqu¨¦lla fue una guerra entre dos bandos, igualmente responsables de tal evento hist¨®rico, que guiados por ideolog¨ªas y principios "tan nocivos como los gases venenosos" realizaron "salvajadas", t¨¦rmino que se utiliza para definir horribles violaciones de los derechos humanos. De tal interpretaci¨®n se deriva la necesidad de "olvidar aquellos agravios e injusticias, y mirar al futuro bas¨¢ndonos en la reconciliaci¨®n". Un mensaje impl¨ªcito en la exposici¨®n es una cr¨ªtica a la Ley de la Memoria Hist¨®rica (que desea recuperar una versi¨®n hist¨®rica distinta a la presentada en tal exposici¨®n), cr¨ªtica hecha expl¨ªcita por el abad de Montserrat en una reciente conferencia en el C¨ªrculo Ecuestre de Barcelona a un grupo de empresarios catalanes.
Los vencidos de la Guerra Civil espa?ola eran los que llevaban la raz¨®n en aquel conflicto
Es dif¨ªcil no estar de acuerdo con la llamada a "mirar el futuro, con una vocaci¨®n de reconciliaci¨®n". Pero no es posible una reconciliaci¨®n entre vencedores y vencidos a no ser que se corrija esta interpretaci¨®n hist¨®rica y que se haga justicia a los vencidos. Asumir que hay una equidistancia en las responsabilidades por aquel conflicto es ignorar hechos que han sido ampliamente documentados y que incluyen: 1) las salvajadas de los vencedores fueron m¨¢s numerosas que las realizadas por los vencidos; 2) las primeras eran parte de una pol¨ªtica de Estado, en la cual la Iglesia desempe?¨® un papel fundamental no s¨®lo en ofrecer el eje ideol¨®gico de aquel r¨¦gimen dictatorial (el nacionalcatolicismo), sino tambi¨¦n en su participaci¨®n directa de la represi¨®n; 3) las salvajadas del bando que perdi¨® la guerra (que deben denunciarse tambi¨¦n) no respondieron, en su mayor¨ªa, a una pol¨ªtica de Estado y es bien conocida la movilizaci¨®n de autoridades republicanas para parar tales abusos. Por ¨²ltimo, y el factor m¨¢s importante, ignorado en la exposici¨®n, es que la Guerra Civil no fue una lucha entre dos bandos igualmente responsables por las salvajadas. Fue un golpe militar estimulado por instituciones como la Iglesia, el mundo empresarial, la banca y otros grupos de presi¨®n que vieron afectados sus privilegios por las reformas llevadas a cabo por un Gobierno democr¨¢tico.
No s¨®lo como hijo de vencidos, sino como dem¨®crata, me ofende que se considere a los que lucharon por la democracia a la misma altura moral que aquellos (como la Iglesia) que lucharon para destruirla. Hubo una causa justa y otra injusta. Y es dif¨ªcil alcanzar la reconciliaci¨®n sin el reconocimiento de este hecho. La Iglesia cat¨®lica catalana, en su gran mayor¨ªa, no se opuso al golpe militar, antes al contrario. Todav¨ªa hoy existe en la entrada de Montserrat un monumento a los ca¨ªdos del bando golpista, present¨¢ndolos como "ejemplos a seguir para las pr¨®ximas generaciones". M¨¢s tarde, fue cambiando y se convirti¨® en un centro con sensibilidad democr¨¢tica promoviendo una visi¨®n pr¨®xima a la democracia cristiana. Su oposici¨®n ahora a la Ley de la Memoria Hist¨®rica con el argumento de que con ella se abren de nuevo las heridas asume que las heridas est¨¢n ya cicatrizadas, confundiendo silencio con curaci¨®n. Las heridas no se curan con el tiempo a no ser que desaparezca la causa de la herida. Y esta causa es la enorme injusticia que se ha hecho a los vencidos reproduciendo una historia que viola sus derechos y dignidad. En realidad, lo que se requiere no es tanto la recuperaci¨®n, sino la correcci¨®n de la memoria hist¨®rica. Dejar tal labor de correcci¨®n a los historiadores -como el abad de Montserrat propone- es dejar la historia tal como est¨¢, pues el pasado se promueve y se ense?a a trav¨¦s de instituciones p¨²blicas como escuelas y medios p¨²blicos que no est¨¢n todav¨ªa difundiendo la historia de los vencidos, que eran los que llevaban raz¨®n en aquel conflicto.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Pompeu Fabra.
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