Informadores en peligro en Europa
En este momento, 129 profesionales de la comunicaci¨®n se hallan entre rejas -algunos desde hace a?os y condenados a largas penas- por haber divulgado informaciones molestas, frecuentemente reclamando un mayor respeto a las libertades individuales. Y desde el 1 de enero han matado a casi una decena de periodistas en diversos lugares en conflicto. Es el peor de los escenarios para la libertad de expresi¨®n. Pero hay otros.
La autocensura est¨¢ a la orden del d¨ªa. No solamente en Irak, China, Cuba, Ir¨¢n... Tambi¨¦n en el Occidente que presume de democr¨¢tico pero que practica las verdades a medias, lo pol¨ªticamente correcto e incorrecto, y en donde prevalece cada vez m¨¢s la entrega de libertad a cambio de seguridad. En general, ejercer de periodista, en una escala de mayor a menor gravedad, supone exponer la vida, la libertad, la profesi¨®n o tener que llevar escolta, como ocurre en Espa?a con los periodistas amenazados por ETA. Para vivir en paz muchas veces se calla. Aqu¨ª, en Italia, en Francia, en Irlanda. En Dinamarca. Incre¨ªble.
En Espa?a se dan los casos m¨¢s graves de agresi¨®n, acoso y amenazas
Siempre dirigimos nuestras denuncias hacia aquellos reg¨ªmenes que casi en dos terceras partes del mundo se sustentan sobre la opresi¨®n y el sometimiento a una verdad oficial indiscutible. Pero mucho m¨¢s cerca se da una peligrosa variedad de poderes no instituidos oficialmente que se sirven de modalidades diversas de violencia para lograr los mismos fines. Son poderes econ¨®micos en forma de concentraci¨®n de medios. Excesiva en algunos pa¨ªses. Sin olvidar otros factores: la precariedad laboral, la ofensiva generalizada contra la confidencialidad de las fuentes.
Y existe otra preocupante realidad que afecta negativamente a la libertad de prensa en la UE de la que se habla poco: las amenazas y agresiones a periodistas. A diario, los profesionales de los medios de comunicaci¨®n se ven intimidados, atacados por grupos criminales, ya sean organizaciones mafiosas, paramilitares, guerrilleras o terroristas.
Es frecuente la coerci¨®n ejercida por creencias religiosas o ultranacionalistas. De manera muy destacada la de Estados o grupos fundamentalistas que inhiben la libertad de conciencia y de expresi¨®n mediante la extorsi¨®n social y la amenaza personal. El caso de Dinamarca con las vi?etas de Mahoma. En Italia, son conocidas las represalias de la mafia, principalmente en Sicilia y Calabria. En Francia, tras el independentismo corso, hoy en los suburbios, cada vez m¨¢s inaccesibles, de las grandes capitales los periodistas corren graves peligros. En Irlanda del Norte, delincuentes procedentes de grupos paramilitares unionistas protestantes no dudan en amenazar de muerte a periodistas que investigan sus actividades. Y tambi¨¦n algunos grupos disidentes del IRA. En los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se ha cometido violencia contra periodistas en Suecia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Chipre, entre otros pa¨ªses.
Y en este contexto de libertad en peligro, que contradice los principios de democracia, pluralismo y Estado de derecho, hay que situar la inaceptable realidad existente en el Pa¨ªs Vasco a causa de la larga duraci¨®n del terrorismo de ETA. Desgraciadamente es en Espa?a donde se dan los casos m¨¢s graves de acoso, amenazas, agresi¨®n y a¨²n asesinatos de periodistas. S¨®lo en Euskadi hay 40 profesionales de la comunicaci¨®n amenazados, en palabras del propio consejero de Interior, Xavier Balza. Y trabajan alrededor de 1.200 escoltas p¨²blicos aunque el n¨²mero de escoltas privados es incuantificable.
"Tras la ruptura de la tregua, los periodistas son de nuevo un objetivo", afirma Gorka Landaburu, v¨ªctima de un atentado en 2000.
Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja, declarado "persona non grata" en Bilbao a causa de las repetidas amenazas de ETA, se exili¨® a trabajar a Madrid a finales de los noventa. Lleva protecci¨®n del Ministerio del Interior y afirma que no prescindir¨ªa de sus escoltas "aunque el trabajo resulta mucho m¨¢s complicado".
"ETA me ha arrebatado mi vida, mis amigos, mi ciudad". Son palabras de Carmen Gurruchaga, quien tuvo que dejar de hacer informaci¨®n de calle aunque persisti¨® en su trabajo de denuncia tras los ataques sufridos en su domicilio. Exiliada en Madrid, su nombre figura en un documento interno interceptado a la banda el pasado mes de marzo.
Es imposible contabilizar todos los casos en el informe que hoy presentamos y aunque Espa?a ocupa un lamentable primer lugar de peligrosidad para el ejercicio libre del periodismo, las intimidaciones, amenazas y agresiones contra periodistas se cuentan por cientos en Europa.
Mar¨ªa Dolores Masana es presidenta de Reporteros sin Fronteras-Espa?a.
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