"Cuando me tocaba el turno, el jefe me apartaba"

Sin credenciales. Apartado del mando. Sin llaves para entrar al despacho de cabos y con ataques de ansiedad. As¨ª ten¨ªa Gin¨¦s Jim¨¦nez a uno de los polic¨ªas locales de Coslada que no comulgaba con sus m¨¦todos, seg¨²n cuenta el propio agente. Un cabo municipal que no se plegaba a cualquier orden del sheriff, que se negaba cuando su oficial jefe le ordenaba que fuese a "apretar las tuercas" a un local de copas sin que estuviese justificado o hubiese indicios de falta o delito. Un cabo que lleg¨® incluso a presentar, a trav¨¦s del registro del Ayuntamiento, tres escritos explicando la situaci¨®n de presi¨®n a la que se ve¨ªa sometido en el ejercicio de su labor. Y que ahora, tras las detenciones, recibe los insultos de los vecinos, que creen que todos los polic¨ªas son iguales.

"Cuando me tocaba turno, ¨¦l me apartaba del cargo. Le dec¨ªa a alguno de los suyos 'dale un papel para que se entretenga', y no me permit¨ªa cumplir con mi mando", cuenta. En varias ocasiones Gin¨¦s lleg¨® a poner a un polic¨ªa raso por encima de un cabo que no le era af¨ªn, seg¨²n fuentes policiales. Eran los suyos los que mandaban."Entiendo que habr¨¢ veces que tendr¨¦ que denunciar, es mi trabajo", asegura el cabo con la mirada fija y la voz firme. "Pero nunca entend¨ª que por norma hubiese que pegar el sablazo a un local. ?se no era mi trabajo". Recuerda que la presi¨®n a la que le somet¨ªa su jefe era tal que en alguna ocasi¨®n tuvo que ser trasladado a un centro de salud por ansiedad.

Tras m¨¢s de 20 a?os en el cuerpo, el cabo ha visto c¨®mo saltaba por los aires la supuesta trama de corrupci¨®n. "Sab¨ªamos que algo hab¨ªa. Pero yo nunca llegu¨¦ a imaginar que ser¨ªa de esta magnitud", asegura. "Lleg¨® a acusarnos de robarle el coche para despu¨¦s quem¨¢rselo", relata. La investigaci¨®n judicial determin¨® que los acusados eran inocentes, pero Gin¨¦s recurri¨® la sentencia. Su recurso fue desestimado. Los agentes se querellaron entonces ante la denuncia falsa y la juez archiv¨® el caso en dos ocasiones. Esta semana han sabido que la querella se ha reabierto porque se han hallado indicios de delito.

Desde el jueves, los agentes que contin¨²an patrullando las calles han recibido todo tipo de insultos. "Qu¨¦, ?vas a cobrar la comisi¨®n?", le gritaban a un polic¨ªa local cuando acud¨ªa a sacar dinero a un cajero autom¨¢tico. Los adjetivos de "?corrupto!", "?ladr¨®n!" y "?sinverg¨¹enza!" son los que m¨¢s escuchan al cruzarse con los vecinos de Coslada. "Es constante", asegura otro polic¨ªa local. "Todo esto ha causado much¨ªsima desconfianza en la poblaci¨®n, incluso en otros municipios, y va a ser muy dif¨ªcil de recuperar".

'Polis' buenos

"El viernes, mi hijo, de nueve a?os, vino de clase llorando", relata un agente. Los compa?eros de clase saben que su padre es polic¨ªa y han o¨ªdo campanas sobre la corrupci¨®n en Coslada. "Sin parar de llorar me pregunt¨® si yo iba a ir a la c¨¢rcel", cuenta el padre. "Estaba aterrorizado".

El agente explic¨® a su hijo que tambi¨¦n hab¨ªa "polis buenos" y que ¨¦l estaba entre ellos. Esa tarde pidi¨® unas horas de asuntos propios para acercar al ni?o al colegio. "Nunca he podido llevarle. Pero aquel d¨ªa era diferente. Era muy importante que sus compa?eros viesen que su padre era de los buenos y que no iba a prisi¨®n", relata.

Aun as¨ª, seg¨²n explica el agente, el ni?o todav¨ªa espera cada noche, medio dormido por el cansancio por las diversas actividades extraescolares que realiza, a que su padre llegue del trabajo. Por si acaso no vuelve.