El 'no' a la deuda 10 a?os despu¨¦s
El pago de la deuda externa de los pa¨ªses del sur sigue siendo, a d¨ªa de hoy, un lastre insalvable que condena a la pobreza a centenares de miles de personas. Ma?ana se cumplen 10 a?os de una de las mayores protestas contra la deuda, que se llev¨® a cabo el 16 de mayo de 1998 en Birmingham contra la cumbre del G7 con m¨¢s de 70.000 personas en la calle. Pero, ?qu¨¦ ha conseguido este movimiento internacional?
Las protestas en contra de la deuda se han repetido, con m¨¢s o menos fuerza, desde mediados de los a?os ochenta, cuando en Am¨¦rica Latina y en ?frica surgieron campa?as de masas contra el reembolso de la misma. Estas movilizaciones inspiraron, durante los noventa, la solidaridad de organizaciones del norte que se manifest¨® en reiteradas ocasiones en motivo de las cumbres de las instituciones internacionales.
El pago de la deuda sigue siendo, a d¨ªa de hoy, un instrumento de dominaci¨®n del norte respecto al sur
Pero no fue hasta la cumbre del G7 en Birmingham, el 16 de mayo de 1998, que se dio un salto cualitativo y cuantitativo en la protesta al sumar a miles de personas a la movilizaci¨®n y al conseguir situar la cuesti¨®n de la deuda en la agenda de la cumbre. Desde 1998 hasta 2001 fue el momento de m¨¢ximo apogeo, en especial coincidiendo con la celebraci¨®n por parte de la Iglesia cat¨®lica del a?o jubilar 2000 y su llamada a "perdonar" las deudas con motivo de esta fecha, as¨ª como de la internacionalizaci¨®n de la campa?a Jubileo 2000. Una espiral de movilizaci¨®n que arrastr¨® a un amplio espectro pol¨ªtico de organizaciones en todo el mundo.
A lo largo de estos 10 a?os, las protestas contra la deuda consiguieron algunos avances, especialmente, en el terreno de lo simb¨®lico y en la percepci¨®n que la sociedad ten¨ªa de este problema. En los pa¨ªses acreedores, se difundieron las causas y las consecuencias de su pago y los v¨ªnculos con la pobreza. Mientras que en los pa¨ªses deudores, se puso ¨¦nfasis en la responsabilidad de las instituciones internacionales en la generaci¨®n y el mantenimiento de esta deuda.
En el ¨¢mbito del movimiento, colectivos de mujeres, campesinos, ONG incorporaron a sus demandas la cancelaci¨®n de la deuda, mientras que las campa?as antideuda a?adieron a sus reivindicaciones nuevos enfoques ecologistas, feministas, contra las multinacionales... en una din¨¢mica de contaminaci¨®n mutua y fruto de su encuentro en el seno del movimiento altermundialista.
Sin embargo, en el terreno institucional, m¨¢s all¨¢ de situar la cuesti¨®n de la deuda en la agenda pol¨ªtica, los cambios conseguidos fueron muy pocos. Si analizamos, por ejemplo, las promesas de condonaci¨®n de los pa¨ªses del G8, podemos afirmar que ¨¦stas no han sido nada m¨¢s que una estrategia de limpieza de imagen. En la cumbre de Colonia, en junio de 1999, los jefes de gobierno se comprometieron a anular el 90% de la deuda bilateral y multilateral de los 42 pa¨ªses m¨¢s endeudados, pero, finalmente, las cifras reales tan solo equival¨ªan al 3% de la deuda total de los pa¨ªses del sur.
Es a partir del an¨¢lisis de estas cifras que se observa la dificultad para conseguir medidas reales. El impacto pol¨ªtico se ha limitado al terreno de lo simb¨®lico, del descr¨¦dito y del debilitamiento de los acreedores tanto del G8 como de las instituciones internacionales.
En el Estado espa?ol, a finales de 2006 y despu¨¦s de m¨¢s de un a?o y medio de tr¨¢mite parlamentario, el Congreso de los Diputados aprob¨® una ley reguladora de la gesti¨®n de la deuda que, aunque supon¨ªa una mayor transparencia, se quedaba muy por detr¨¢s de las demandas del movimiento que exig¨ªa, por ejemplo, la corresponsabilidad del gobierno en la generaci¨®n de la misma.
En Am¨¦rica Latina hay que destacar la estrategia del Gobierno de Rafael Correa en Ecuador para tomar medidas que frenen el pago de la deuda, repudiando aquella considerada como ileg¨ªtima. Con este objetivo se ha creado una Comisi¨®n de Auditor¨ªa Integral de la Deuda P¨²blica Interna y Externa, formada por representantes de la administraci¨®n del Estado y de la sociedad civil ecuatoriana e internacional.
El pago de la deuda sigue siendo, a d¨ªa de hoy, un instrumento de dominaci¨®n del norte respecto al sur. Estos pa¨ªses han reembolsado casi 10 veces el monto de 1980 y a¨²n as¨ª se encuentran cinco veces m¨¢s endeudados. Acabar con el yugo de la deuda es hoy m¨¢s urgente que nunca.
Esther Vivas es autora de En pie contra la deuda externa (El Viejo Topo, 2008).
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