Ante ETA, ?unidad o pinza?
A punto de iniciarse la celebraci¨®n por la Universidad Complutense del 40? aniversario del famoso concierto de Raimon en Pol¨ªticas, punta del iceberg en aquel 68 antifranquista espa?ol, recuerdo un momento en que se nos hel¨® el entusiasmo, tanto a m¨ª como a mi acompa?ante Marta Bizcarrondo, organizadora hoy olvidada del recital. Fue cuando el cantante catal¨¢n enton¨® aquello de Tots els colors del verd gora Euskadi diuen fort, en la canci¨®n dedicada al Pa¨ªs Vasco. Llev¨¢bamos ambos alg¨²n tiempo en contacto con el grupo de estudiantes abertzales en Madrid, dirigido por el etarra Txomin Ziluaga, y no ve¨ªamos que en la mentalidad de la mayor¨ªa de esos j¨®venes nacionalistas, Txomin y el cura Mart¨ªn Gar¨ªn excluidos, hubiera nada que pudiera ser asociado a la idea de libertad. Les preocupaba ¨²nicamente la opresi¨®n sufrida por el Pa¨ªs Vasco, con una carga enorme de irracionalismo y con un desprecio absoluto por cuanto pudiera sucederle a Espa?a, la gran enemiga.
Una cosa es la condena y otra que ETA deba ser tenida en cuenta como factor pol¨ªtico
Cuatro d¨¦cadas m¨¢s tarde, las cosas no han cambiado, a pesar de algunas apariencias, y la reacci¨®n nacionalista ante los dos cr¨ªmenes recientes de ETA viene a confirmarlo. Por parte de los seguidores de la banda, claro, no cabe esperar otro comportamiento que el practicado una y otra vez en nombre del odio. En el editorial de Gara, justificaci¨®n impl¨ªcita del atentado al recordar que lo propio de la Guardia Civil es "imponer a sangre y fuego" el dominio de Espa?a. Para los proetarras de Elorrio, frente a la malhadada (y adem¨¢s vencida) "moci¨®n ¨¦tica" que el mismo d¨ªa del atentado plantearon PSOE y PNV, ¨¦stos son "asesinos" y "fascistas". Nazismo euskald¨²n y antivasco obliga. Es lo suyo. El problema se plantea con las actitudes, expl¨ªcitas o encubiertas, del lehendakari Ibarretxe y del nacionalismo democr¨¢tico.
A primera vista, todo es perfecto. El lehendakari dirige un contundente serm¨®n a los plastikolaris, conmin¨¢ndoles a no seguir matando "absolutamente para nada" y a no empa?ar la imagen del pueblo m¨¢s antiguo del mundo. Y apela a llegar a "acuerdos". En una intervenci¨®n muy del gusto de los amigos del pasteleo, Josu Erkoreka se averg¨¹enza de que alguien pueda asociarles con ETA y habla de la urgencia de "acuerdos" en su declaraci¨®n de condena. El editorial del ¨®rgano nacionalista insta a ETA a que no condicione negativamente el di¨¢logo de Ibarretxe con Zapatero. As¨ª que ETA ante todo es nociva para la aspiraci¨®n nacionalista. S¨®lo que apenas rasgada la cortina de la denotaci¨®n, y a la vista de los antecedentes significativos, el panorama es otro. Ante todo, una cosa es la condena y otra que ETA deba ser tenida en cuenta como factor pol¨ªtico: "Que ETA no condicione la convivencia" (titular de Deia). En realidad, que sea reconocida la plena validez de la insistencia de Ibarretxe en una autodeterminaci¨®n a corto plazo, sin que ETA cuente para nada aconsejando aplazar su proyecto. Ahora bien, seg¨²n el editorial, para Zapatero el atentado s¨ª debe contar, ya que confirma la justeza de lo propuesto por el lehendakari. En la misma l¨ªnea, por debajo del discurso condicionador, tanto ¨¦ste como Erkoreka insisten en la urgencia de "acuerdos pol¨ªticos". Pero es que sobre la mesa ya est¨¢ el texto de un acuerdo, o mejor, de un diktat, el texto del pacto cuya aceptaci¨®n sin m¨¢s plantea el lehendakari al jefe de Gobierno espa?ol, con el punto central de que la autodeterminaci¨®n organizada por su Gobierno sea aceptada "por las instituciones del Estado". De ah¨ª saldr¨¢ el "compromiso ¨¦tico por el fin de la violencia" que sin duda impresionar¨¢ a ETA tanto como las mociones ¨¦ticas en los ayuntamientos. Mensaje subliminal: Zapatero se hace responsable de la continuidad de ETA en caso de no ser aceptado "el pacto" unilateralmente concebido.
Ibarretxe puede ser un obseso y un c¨ªnico, pero no un est¨²pido, y juega de cara a los suyos, los creyentes en esa versi¨®n abertzale del pueblo vasco que comparte con ETA. Nunca se le oir¨¢ una palabra de distanciamiento de ETA en cuanto a los fines y a las concepciones de base. Otra cosa son los medios, pero llegado el caso buscar¨¢ los votos de sus representantes como lo hizo para la aprobaci¨®n parlamentaria en Vitoria de su plan. Mantendr¨¢ la condena a la Ley de Partidos, a las acciones judiciales sobre ANV, y las invitaciones a los familiares de los terroristas presos por encima de las v¨ªctimas del terrorismo. Tiene que proclamar la inutilidad de ETA, pero sabe muy bien que la necesita y act¨²a en consecuencia. No se incorpora a unidad pol¨ªtica alguna. Sostiene impl¨ªcitamente una pinza al lado del terror contra la pol¨ªtica del Gobierno y contra la vida democr¨¢tica en Euskadi.
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